TECNOLOGÍA
Colombianos incursionan en la industria de los videojuegos
A través de videojuegos educativos, la empresa santandereana Below The Game ha incursionado con éxito en la competida industria mundial de software.
Uno de los campos que genera más expectativas frente a los impactos de la tecnología es la educación, pues el desarrollo de la técnica brinda infinitas herramientas para que los estudiantes accedan al conocimiento y que les genere motivación. Por esto, algunas compañías están enfocando sus esfuerzos en crear instrumentos que eduquen y a la vez entretengan a los niños.
Este es el caso de Below The Game (BTG), una empresa santandereana creada en 2009 por tres egresados de la Universidad Autónoma de Bucaramanga que desarrollan videojuegos para incentivar el aprendizaje. Según Carlos Rocha, uno de los fundadores de BTG, “llamar la atención de los jóvenes hoy en día es muy difícil, pero por medio de los videojuegos los pequeños pueden aprender y a la vez tener una experiencia divertida”.
Para este ingeniero de sistemas “los videojuegos son como una película”, en los cuales hay un relato, música, efectos y todo un entramado donde la gran diferencia radica en que cada persona puede ser el protagonista de cada historia. Esto último permite que cada individuo al involucrarse en el juego siempre obtenga algún aprendizaje aunque este no haya sido pensado, necesariamente, para ser usado como estrategia pedagógica.
Aunque BTG también desarrolla videojuegos comerciales, la empresa ha hecho énfasis en la educación porque cree que en este campo hay un gran potencial, especialmente en el ámbito internacional. Esta idea que nació como una distracción en la Universidad, hoy es una empresa reconocida en su campo, y que además, recibió el apoyo de la Cámara de Comercio de Bucaramanga (CCB), así como del Gobierno Nacional a través de Colciencias y Procolombia, entidades que promueven programas de innovación empresarial.
Por ejemplo, BTG ha realizado trabajos para Amplify, una empresa estadounidense que busca que luego de las sesiones educativas los niños puedan fortalecer sus habilidades en matemáticas, lenguaje o ciencia a través de los juegos. “Hicimos un juego de acertijos y de palabras llamado Shelf Life, que ayuda a aprender a leer y el cual fue implementado en colegios de Nueva York y Los Ángeles”. Con esta idea, la publicación especializada en tecnología y educación edSurge destacó la creatividad e inteligencia que los colombianos pusieron en la herramienta. Además, fueron nominados a los premios IndieCabe, el Festival Internacional de Juegos Independientes en 2015.
Por otro lado, BTG en el país ha ganado las convocatorias para desarrollar proyectos que fomenten el aprendizaje y la apropiación de las TIC como Crea Digital, un programa realizado por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTic). Así, en 2012 fueron los beneficiados con la financiación para desarrollar ‘Palabras de Independencia’, un juego cuyo objetivo era que los niños aprendieran de la historia del país, pues para subir de nivel debían aplicar los conceptos aprendidos. Este año también ganaron con la propuesta de videojuego educativo ‘Cartas del Tiempo’, con el cual los jóvenes pueden viajar en el tiempo a conocer a importantes personajes de la cultura nacional como Gabriel García Márquez.
Sin embargo, para Rocha, aunque el mercado en Colombia es difícil, Below the Game quiere seguir haciendo parte del crecimiento del potencial de esta industria en el país, pues ya están ganando reconocimiento en Latinoamérica y en el mundo. Además, seguirán apostándole al potencial que tienen los videojuegos para transmitir conocimiento.
Una idea que casi no se ha desarrollado ni aquí ni en el mundo y que puede ser un motor de crecimiento y desarrollo económico si empresarios privados, jóvenes estudiantes y el gobierno le apuesta a fomentar la innovación empresarial.
Para nadie es un secreto que buena parte del Producto Interno Bruto de algunos países proviene del desarrollo de productos tecnológicos relacionados con la industria informática y de software. Basta con retomar el caso de Silicon Valley, California. Un pequeño territorio de 4.900 kilómetros cuadrados dedicado al desarrollo informático, que tiene un PIB de alrededor 500.000 millones de dólares, la quinta parte del PIB del Estado californiano y casi el doble del de Colombia.
Esta economía debe su prosperidad a la innovación empresarial, representada en la creación de star-ups (empresas emergentes de tecnología) en las que inversores privados creen en la idea innovadora e invierten altas sumas de dinero.
En el caso colombiano, Below the Game, es un perfecto ejemplo de que el apoyo tanto del gobierno como del sector privado en empresas emergentes de tecnología puede no solo contribuir al éxito de una idea innovadora sino contribuir a la consolidación de la industria de la informática y de software como motor de desarrollo del país.