Garrote y zanahoria, candidatos se pronuncian sobre Peñalosa

Bogotá es la ciudad con el mayor presupuesto del país. Para 2018 fueron aprobados 20 billones de pesos, aún así, solucionar muchos de sus problemas necesita el apoyo del Gobierno nacional. Por ejemplo, la primera línea del metro, o el aumento del pie de fuerza de la Policía. Por eso, la relación que logre la administración de Enrique Peñalosa con el próximo presidente será determinate. 17 meses tendrán que coincidir el nuevo huésped de la Casa de Nariño y el actual ocupante del Palacio de Liévano. 

En el debate presidencial de Canal Capital esta fue la pregunta obligada, ¿cómo será la relación que llevarán con Peñalosa? El primero en contestar fue Germán Vargas Lleras, quien a través de Cambio Radical apoyó la elección de Peñalosa, partido que además ha apoyado los proyectos de la administración en el Concejo. “Yo valoro los esfuerzos del actual alcalde, es un pésimo comunicador, pero también heredó una situación catastrófica”, dijo.

Le recomendamos: 10 cosas que pasarían si el presidente es…

Durante el debate, así como en la campaña presidencial, Vargas le ha dado garrote y zanahoria a Peñalosa, ha criticado que a dos años de su administración no haya resultados, incluso ejerció presión para que en los pliegos de la licitación de la nueva flota de TransMilenio se le diera una mayor importancia a energías más limpias. Sin embargo, durante la trasmisión televisiva, Vargas prometió trabajar de la mano con Peñalosa para apalancar proyectos clave: poner en marcha el metro, materializar los programas de vivienda de interés social, plena cooperación para enfrentar la criminalidad, materializar la inversión que permita recuperar el río Bogotá, apoyo a todos los proyectos en materia mediambiental.

En contexto: “Me siento bastante descorazonado de los resultados”: Vargas sobre Peñalosa

Además, volvió a insistir en la necesidad de crear un área metropolitana. “Bogotá necesita integrarse con los municipios vecinos, tener una autoridad única en materia de transporte”, explicó el exvicepresidente. Hay que recordar que en días pasados Vargas lanzó una pulla a Peñalosa durante su correría por Cundinamarca, dijo que no cree que Soacha sea un “hueso”, esto en referencia al polémico comentario de Peñalosa en el que calificaba de esta manera al municipio.

Gustavo Petro, por su parte, empezó defendiendo su gestión en la Alcaldía de Bogotá. “No se puede decir que Peñalosa recibió una ciudad catastrófica. No se puede llamar así a reducir la pobreza multidimensional a la tercera parte”, aseguró Petro, el más crítico de todos los candidatos con la gestión de Peñalosa, como era de esperarse. Dijo estar preocupado porque durante la actual administración estarían creciendo las tasas de mortalidad, y explicó que ayudará a superar el problema si llega a la presidencia. Sin embargo, sorprendió que durante su respuesta dio a entender que tratará de tener una relación cordial con Peñalosa. “Lo vamos a afrontar con el criterio de ni de odios ni venganzas sino reconciliación con Peñalosa”, dijo el candidato de la Colombia Humana.  

Puede leer: “Unos hablan, otros hacemos”: el contragolpe de Peñalosa a Vargas

Sin embargo, durante todo el debate Petro mostró su inconformismo con la gestión de Peñalosa. Uno de los puntos más críticos de su relación sería la puesta en marcha de la primera línea del metro, la diferencia de criterios sobre si debería ser subterráneo o elevado sería un asunto delicado. Petro asegura que se puede reversar lo que se ha acordado en la administración Peñalosa y volver al metro subterráneo. "Lo vamos a convencer con el metro elevado". 

Este punto toca las fibras de la actual administración, tanto así que Peñalosa desde su cuenta de Twitter contestó en pleno debate (sin nombrar a Petro), pero con obvia intención por ser el único candidato que se opone a que sea elevado. “Agradecemos al presidente Santos, al ministro Cárdenas y al director del DNP, Luis Fernando Mejía, la aprobación del CONPES que le permitirá a la empresa Metro de Bogotá contar con la garantía de la Nación y obtener las mejores condiciones de crédito”, escribió el alcalde como una forma de recordar lo avanzado que va el proyecto en materia de aprobación del Gobierno nacional.

Humberto de la Calle también criticó parte de la gestión de Peñalosa. “Yo sí hecho de menos una mayor sintonía del doctor Peñalosa con la comunidad, muchas personas le reconocen capacidad gerencial, pero es que Bogotá exige gerencia pero también democracia y participación, y hay muchos casos en los que él se ha colocado a espaldas de la opinión como la reserva Thomas van der Hammen”, aseguró el candidato liberal.

Sin embargo, recalcó que apoyaría la administración Peñalosa, pero haciendo más énfasis en lo social. Para De la Calle lo que necesita la ciudad y el país es la cohabitación, es decir, que un presidente y un alcalde con visiones diferentes puedan trabajar y sacar juntos los proyectos necesarios. “No podemos replicar a nivel nacional lo que vivimos en Bogotá”, dijo De la Calle en referencia a la notoria división que hay en la ciudad entre peñalosistas y petristas.

Iván Duque cerró la ronda sobre Peñalosa y fue quien más le garantizó su apoyo, a pesar de recalcar que con el alcalde tiene  coincidencias y diferencias. “Quiero que le vaya bien, si le va bien al alcalde le va bien a Bogotá. Hay que pensar en el futuro de la ciudad (…) hay que reconocer que recibió la ciudad en un estado de desgreño terrible, caótica en el manejo de las basuras. Me la juego por mi ciudad y porque le vaya bien al alcalde”, dijo el candidato del uribismo.

Los candidatos presidenciales buscaron calar en los bogotanos, su foco no estuvo en defender la administración de Peñalosa sino en demostrar que tienen la ciudad en la cabeza. Bogotá tiene el mayor potencial de electores, con más de cinco millones de votos posibles. Ganar su beneplácito podría ser definitorio en los comicios del 27 de mayo.

Vea el debate completo: