¿Cómo están haciendo frente las 'start-ups' a la covid-19?

Como un fuerte choque define Lucas Cano, gerente de Fishbox, lo que trajo la pandemia para su negocio: un emprendimiento que lleva pescados y mariscos “del mar a su casa” y que opera hace cinco años.

En condiciones estables, dice un estudio de Confecámaras, uno de cada 10 emprendimientos sobrevive luego de tres años. Lo que evidencia el desafío que representa la pandemia; un camino que solo puede hacerse más transitable de la mano de la tecnología, sobre todo si se tiene en cuenta que más del 32% del tejido empresarial colombiano está en start-ups.

Los problemas que empezó a tener Fishbox se resumen en dificultades para el transporte de mercancía y de empleados, falta de abastecimiento y miedo latente al contagio. “Lo que hicimos para salir a flote fue atender la cadena de abastecimiento. Seguros de su operación con limitaciones, hicimos compras para un stock de seguridad”, cuenta Cano.

Para mantener el empleo recurrieron al mecanismo ‘Family and Friends’, usado comúnmente por emprendedores: “Son sindicatos de inversión o de préstamo a corto plazo (grupos de inversionistas que buscan emprendimientos, por lo general en etapa temprana, para colocar su capital). De esta manera, si la caja que necesitábamos cumplía un monto, trazábamos un plan para que con los más cercanos pudiéramos lograr esa suma. Es una forma inmediata de atender flujos de caja y se busca que sea seguro para quien presta el dinero”, explica.

Durante la emergencia, según Sergio Zuluaga, director de la Asociación Colombiana de Emprendedores (Asec), “las empresas han hablado con sus equipos y ha sido sorprendente el entendimiento en cuanto al pago de prima, vacaciones y reducciones de sueldo”. También se refiere a “la mala respuesta que ha tenido el sector financiero. A pesar de la cantidad de recursos disponibles, no están llegando a los emprendedores”.

Apoyo financiero

Con un cupo de $6.000 millones, Bancóldex e iNNpulsa crearon Colombia Emprende e Innova para empresas que cuenten con mínimo seis meses y máximo ocho años de facturación. La línea ofrece un plazo de 3 años con 6 meses de gracia y un monto máximo por compañía de $100 millones.

Al 3 de junio se habían desembolsado $5.178 millones ($3.798 millones a pequeñas empresas, $1.180 millones a microempresas y $200 millones a medianas). Comercio e industria manufacturera lideran la entrega de recursos por sector.

iNNpulsa también lanzó una línea especial para emprendedores y trabajadores independientes mediante la entrega de garantías a través de Fintech y entidades financieras con canales digitales. Se han colocado $902.914 millones ($218.312 desembolsados y $684.602 por desembolsar), en 18.353 créditos.

Esta entidad invitó a los emprendedores a entregar servicios gratuitos a sus clientes para mitigar el impacto de la COVID-19. iNNpulsa informó que van cerca de 219 emprendimientos que han entregado soluciones sin cobro en servicios médicos y telemedicina, trabajo en casa, servicios tecnológicos y provisión de servicios básicos. Uno de los participantes es la plataforma Mentalterapy.com, que pone a disposición un grupo de profesionales especialistas en psicoterapia online.

Otro de los emprendimientos que ha salido a flote es Weee Global, de manejo de residuos integrales y consultoría ambiental. “El flujo de caja se redujo 80%, sobrevivimos con lo del primer trimestre. Expandimos líneas de negocio y ofrecimos desinfecciones ambientales. Con ahorros de los socios garantizamos el bienestar de los empleados”, resume David Triana, co-founder y CEO de Weee Global. 

Frente a las alternativas financieras agrega: “Aplicamos a FinaKtiva, una empresa B que nos atendió pero nos negó el préstamo. Intentamos un crédito con el respaldo del Gobierno pero nos han devuelto siete veces los papeles. Sí recibiremos el subsidio a la nómina”.

Panorama inversionista

Según Asec, las principales fuentes de inversión de los emprendimientos son 70% recursos propios; 13% créditos, 7% capital semilla, 3% recursos públicos, 3% ángeles y 0,5% capital de riesgo.

“Los fondos de capital privado se han convertido en un motor de desarrollo económico, movilizando más de US$16.000 millones, de los cuales US$10.900 millones han sido invertidos en más de 795 empresas y proyectos”, afirma María Isabella Muñoz, socia de MAS Equity Partners, firma gestora de fondos de capital privado, con más de 10 años de experiencia en Colombia.

Asimismo, menciona que “quizá solo ganen la batalla aquellos sectores más resilientes (…) Nosotros hemos trabajado para mantener las operaciones, cuidando la liquidez, optimizando inventarios y capital de trabajo, reinventando líneas de negocio y cuidando nuestra gente (…) la tecnología es fundamental para escalar”.

Rockstart es una aceleradora con cinco años de operación en el país. Su director, Felipe Santamaría, manifestó que “las inversiones se ven favorecidas porque la adopción tecnológica se está incrementando. Tenemos un programa de aceleración para 10 start-ups al año, en cada una invertimos $200 millones”.

Entre esas están Peewah, de digitalización de eventos presenciales, “a raíz de todo lo que sucedió nos tocó adaptarnos rápidamente antes de la cuarentena. Lanzamos una versión que permitía convertir eventos presenciales en virtuales independientemente del número de asistentes, y con la posibilidad de generar ingresos”, dice Camilo Sacanamboy, fundador de Peewah.

Añade que el año pasado tuvieron 1.040 eventos y solo el mes pasado, 600. “Ya hemos tenido eventos con cerca de 6.000 personas conectadas al mismo tiempo y nuestros clientes han facturado muy bien, incluso tuvimos un evento que facturó US$70.000”.

Y también están los casos de Saludtools y Foody. La primera es una herramienta para que los profesionales de salud puedan atender a sus pacientes. “Desde el inicio de la pandemia nuestras herramientas permitieron a miles de usuarios acceder a servicios médicos con seguridad, facilidad y cumpliendo las normativas. Los crecimientos en clientes y consultas superaron los pronósticos y eso nos llevó a duplicar el equipo de trabajo”, refiere Camilo Naranjo, cofundador de Saludtools.

Por su parte Foody, que entrega alimentos saludables, inició con el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad en sus entregas e implementó el trabajo en casa para el personal administrativo. “Creamos una campaña de donación en la que los usuarios pueden donar nuestros platos (a costo) a fundaciones. También creamos un market place del bienestar, donde damos oferta de frutas y verduras y con ello ayudamos a pequeños productores”, expresa Antonio Plata, CEO de la start-up.

Sin embargo, hay plataformas afectadas por la coyuntura como Eventsite, de boletería para eventos y reservas para restaurantes. “Pasamos a tener facturación de cero pesos y tuvimos que entregar nuestras oficinas”, relata Fabián Carrillo, CEO de la plataforma.

Pero hay oportunidades: “Muchos restaurantes no tenían digitalizado su menú, nosotros lo creamos, y estamos próximos a nuestro primer festival electrónico en realidad aumentada: la entrada viene con gafas VR y el cliente vive una experiencia real con audio 8D”.

Camila Salamanca, directora de Endeavor, red que desarrolla programas para emprendedores, indica que cuando comenzó la pandemia hicieron webinars y mentorías con sus emprendedores y participantes internacionales “para que pudieran entender qué significaba la crisis y qué era lo primordial para hacer en momentos así. Eso les permitió prepararse”.

Y concluye que “hay afortunados que pudieron cerrar rondas antes de la crisis y lograron acceder a créditos. Con los fondos de capital, si bien el mercado está cuidando su liquidez, hay interés de ver qué compañías surgen o están en un buen momento para apoyarlas”.

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