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Sigue la división conservadora

Con la entrada de Noemí Sanín y Marta Lucía Ramírez al Partido Conservador se superó el tema de la fecha de la consulta. Ahora la agrupación está dividida entre reeleccionistas y antirreeleccionistas.

26 de septiembre de 2009

Que hayan logrado ponerse de acuerdo en aplazar su consulta interna hasta el 14 de marzo, no significa que las fuerzas conservadoras estén unidas. Esta semana, en la casa del partido, Noemí Sanín y Marta Lucía Ramírez inscribieron sus candidaturas presidenciales. Ambas están en desacuerdo con una segunda reelección presidencial y creen que el Partido Conservador debe tener candidato propio hasta el final. Su posición contrasta con la del precandidato Andrés Felipe Arias, quien en su inscripción, también esta semana, volvió a mostrarse comprometido con la defensa del referendo reeleccionista.

Esta división tiene consecuencias impredecibles en temas de mecánica. No en vano, hace dos semanas y después de un cónclave de 15 horas, los delegados del directorio conservador y los precandidatos Andrés Felipe Arias, Fernando Araújo, José Galat y Álvaro Leyva firmaron un acuerdo en el que se estableció que si el referendo pasa en las urnas, se hará un congreso para determinar si el partido apoya o no la reelección.
 
En caso de que en este congreso las mayorías decidan apoyar una tercera candidatura del Presidente, no habrá consulta conservadora. Aunque Álvaro Leyva y José Galat dejaron constancia de que el partido debe tener candidato propio, se estableció que el acuerdo se convertirá en una resolución obligatoria. Esto genera nuevas preguntas: ¿qué harán Sanín, Ramírez, Leyva y Galat si el referendo pasa? ¿Aceptarán la posibilidad de que no se haga consulta? ¿Habrá una ruptura conservadora entre reeleccionistas y antirreeleccionistas? ¿Con cuál de los precandidatos se irán los parlamentarios que hasta ahora han mostrado una férrea lealtad uribista?