ENTREVISTA

“Son los ojos de los que no ven”

Juan Carlos Guerrero, el único entrenador de perros guía del país, habla sobre las prohibiciones que sufren los ciegos para entrar con sus canes a sitios públicos.

18 de julio de 2009

SEMANA: ¿Cómo así que están prohibiendo la entrada de los ciegos con sus perros guía a sitios públicos?

Juan Carlos Guerrero: Por ignorancia y hasta por intolerancia, algunos supermercados, centros comerciales, entidades públicas y empresas de transporte están prohibiendo que los ciegos acompañados por sus perros guía (conocidos como unidad funcional) entren o se suban a un bus, sin saber que pueden recibir sanciones y multas que van desde 10 hasta 200 salarios diarios.
 
SEMANA: ¿Y este binomio qué derechos tiene?

J.C.G.: El Decreto 1660 del Ministerio de Transporte, el Código de Policía y otras normas del Ministerio de Ambiente obligan a que todas las empresas, los despachos públicos y donde haya afluencia de personas, así como cualquier medio de transporte, desde taxis, buses, hasta sistemas de transporte masivo, metro o avión, deben permitir que entren o viajen juntos.

SEMANA: ¿Pero es que para muchos no es común verlos en las calles?

J.C.G.: No, pero cada vez va a ser más común. Los bastones para los ciegos están mandados a recoger en los países desarrollados y cada vez el perro se está convirtiendo en los ojos de los ciegos.

SEMANA: ¿Cuántos perros guía hay en Colombia?

J.C.G.: En este momento hay más de 50, pero en la Fundación para el Perro Guía Vishnú del Ciprés, la única de Suramérica autorizada para este tipo de adiestramiento, tenemos más de 160 solicitudes de Colombia y Suramérica.

SEMANA: ¿Cuánto vale entrenar un perro de estos?

J.C.G.: Este es un trabajo complejo y de una responsabilidad enorme. El estándar internacional es de 20.000 a 25.000 dólares. Gracias al apoyo generoso de varias personas y empresas, entrenamos todos nuestros perros sin que les cueste a los usuarios.

SEMANA: ¿Hay más entidades en Colombia o en la región haciendo este trabajo?

J.C.G.: En Brasil y Argentina se ha intentado, pero han fracasado. Nosotros, a pesar de tener seis años de trabajo, tenemos un éxito del 99 por ciento y para orgullo del país, somos la única reconocida en Suramérica. Ojalá tuviéramos más recursos para entrenar más canes y darles más felicidad a más ciegos. Un perro es un amigo, compañía y protección para estas personas que, al tenerlos, pueden salir a la calle sin depender de nadie.

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