A LA SOMBRA DE UNA SOMBRILLA

31 de julio de 1995

NO SIEMPRE ES FACIL PARA los mandatarios resguardarse de los temporales que en distintos frentes tienen que afrontar en el cumplimiento de sus funciones. Y el presidente Ernesto Samper no es la excepción. Los vaivenes de la economía, las alteraciones del orden público y las críticas internas y externas entre otros factores no siempre son sus mejores aliados. Sin embargo, a la hora de dirigirse a sus gobernados, el Presidente tiene que transmitir tranquilidad. Y parte de esa tranquilidad se obtiene mediante la adecuada preparación del escenario desde el cual entrega sus mensajes a la Nación. La semana pasada el fotógrafo Lope Medina captó la atmósfera que rodea al primer mandatario en sus alocuciones, aunque la lente no fue suficiente para registrar qué tan efectiva pueda ser tal escenografía.

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