Kurt Cobain volvió a la vida en la piel de Paul McCartney

Tras el devastador paso del huracán 'Sandy' por la costa este de Estados Unidos a finales de octubre, que dejó unos 120 muertos, la solidaridad del pueblo norteamericano se despertó y los artistas no fueron la excepción.

Dave Grohl, exbaterista de Nirvana y actual líder de Foo Fighters, decidió contactar a Paul McCartney, de 70 años, para invitarlo a hacer un concierto histórico para recaudar dinero para los damnificados.
 
Le contó al exbeatle que no tocaba con su compañero, el exbajista de Nirvana, Krist Novoselic, hace unos 20 años. Entonces le propuso participar en el reencuentro de la legendaria banda y que, por una noche, ocupara el lugar de Kurt Cobain, que se suicidó en 1994. Así ocurrió anoche.
 
McCartney aceptó la propuesta sin dudarlo. Todo con tal de recaudar fondos para la Fundación Robin Hood, una organización sin ánimo de lucro que está ayudando a las labores de recuperación en las áreas más humildes golpeadas por 'Sandy', que continúan sin servicios públicos y sin un techo propio donde dormir.

Al concierto, que se realizó este miércoles en el Madison Square Garden de Nueva York, también se unieron los Rolling Stones, que celebran una gira en el aniversario 50 de su banda.
 
El evento, llamado 12-12-12, también contó con celebridades de la talla de Eric Clapton, Bon Jovi, Billy Joel, The Who, Kanye West y Alicia Keys. Pero, sin duda, el principal atractivo del evento serán Paul McCartney al frente del regreso de Nirvana.

"En verdad, no sabía quiénes eran. Hablaban de lo bueno que era volver a tocar juntos entre ellos. Les dije: '¿Qué? Ustedes no han tocado juntos desde hace tiempo?'. Entonces, alguien me susurró: 'Ellos son Nirvana. Tú serás Kurt'. Realmente no lo podía creer", declaró McCartney al diario británico The Guardian.
 
Entre los presentadores estuvieron Billy Cristal, Katie Holmes, Quentin Tarantino y Adam Sandler.

El espectáculo fue retransmitido en directo en más de 30 portales web, 37 canales de televisión en Estados Unidos, otros 200 en el extranjero y fue proyectado en múltiples cines de todo el país.
 
Se estima que su audiencia alcanzó hasta 2.000 millones de personas, convirtiéndose en el concierto de mayor alcance de la historia.