Especial Salud Visual

Primero la salud visual

Identificar a tiempo la enfermedad y recurrir al tratamiento adecuado son los pasos que se deben seguir para disfrutar de una visión perfecta.

1 de septiembre de 2015

Ya sea por herencia, edad o contaminación ambiental, las enfermedades relacionadas con los ojos aparecen más comúnmente de lo que se cree. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en el planeta existen unas 285 millones de personas con alguna discapacidad visual, donde los errores de refracción corresponden al 43 por ciento, el 33 por ciento a cataratas y 2 por ciento a glaucoma.

Para el especialista Luis Escaf, de la Clínica Oftalmológica del Caribe, durante los primeros años de vida hasta los 15 años es muy común que aparezcan los defectos refractivos, es decir, aquellos que se pueden corregir con anteojos. En ese grupo de enfermedades están la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía.

“Entre los 20 y 30 años también predominan los defectos refractivos, pero de los 40 años en adelante se pueden presentar cataratas y glaucoma, y en personas que sufren diabetes o hipertensión esas dos enfermedades son más frecuentes”, asegura el experto. En el caso de los mayores de 65 años se pueden producir degeneraciones maculares.

A pesar de que las enfermedades visuales son muy frecuentes, se estima que 80 por ciento de los casos se pueden evitar o corregir. Aunque la manera más fácil y económica de reparar algún defecto refractivo es usar lentes de contacto o anteojos, las cirugías con láser sobre la córnea (Lasik) están tomando cada vez más fuerza, y entre las ventajas están la rapidez del procedimiento (aproximada-mente 15 minutos con anestesia local), la pronta recuperación (en muchos casos al día siguiente la persona puede ver 20/20) y la perdurabilidad de la corrección.

Sin embargo, vale la pena tener en cuenta que no todas las personas pueden ser candidatas a una cirugía. Además, es necesario cumplir una serie de requisitos para que la intervención tenga el resultado esperado.

Para que un paciente sea operado no debe ser menor de 18 años, debe tener una estabilidad en la enfermedad de mínimo un año y defectos refractivos que no superen las nueve dioptrías (en el caso de miopía). Para hipermetropía y astigmatismo las dioptrías no pueden ser superiores a seis.

“Pero esto no quiere decir que enfermedades con valores mayores no se puedan corregir. En esos casos existen otras técnicas quirúrgicas como los lentes intraoculares”, dice Escaf. Por su parte, las cataratas se corrigen con láser y ultrasonido.

La prevención ante todo
Uno de los principales problemas es la falta de prevención y tratamiento de las enfermedades, pues aunque en muchos casos se tiene conocimiento de la deficiencia, no siempre se busca al especialista y se prefieren los anteojos que se consiguen ya formulados en el mercado. Para Roberto Baquero, presidente de la Sociedad Colombiana de Oftalmología, solo los oftalmólogos y optómetras están en capacidad de definir qué enfermedad es la que padece el paciente, su severidad y el tratamiento a seguir. “Se debe tener mucho cuidado con las promociones que ofrecen las ópticas, porque no se puede esperar calidad en un producto que esté muy por debajo del precio convencional”, explica Baquero.

El experto aclara que usar productos en rebaja no va a dañar los ojos o producir ceguera, pero sí puede causar problemas visuales más complicados, ardor en los ojos o dolor de cabeza.


La incidencia del ambiente

Según Sashka Dunkerley, director clínico y de asuntos regulatorios en Alcon Lacar, dependencia de la compañía Novartis, el ‘ojo seco’ es una condición que cada día se diagnostica con mayor frecuencia. Para el experto, esta condición puede ser causada por factores del medioambiente como polvo, contaminación, aire acondicionado y el uso repetido de pantallas de compu-tador. “Afortunadamente hay gotas oftalmológicas de alta tecnología que la persona se puede aplicar para aliviar y mejorar la sintomatología”.