Especiales Semana

DESARROLLO INDUSTRIAL

1 de abril de 1985

A LA ESPERA DE UN MILAGRO
La industria colombiana se encuentra en una situación tan crítica que requiere acciones verdaderamente milagrosas para su salvación. Tanto las grandes industrias, como las pequeñas y medianas, están a la espera de financiación y políticas más claras que las tavorezcan. En el problema se juega el sustento y la supervivencia de miles de colombianos.
Hablar hoy en día de "Desarrollo industrial" es hablar de cuestiones de supervivencia nacional. Es tan crítico el estado general de nuestra industria y son tan improbables las posibilidades de recuperación a corto o mediano plazo, que cualquier opción por mínima que sea, de evolución o crecimiento, es vista como milagrosa.
La cuestión industrial es algo que tiene que ver con temas tan importantes como el desempleo nacional, la producción de insumos, manufacturas y maquinaría y en los últimos años, la deuda externa. Cualquier polltica relacionada con el fomento industrial o el estímulo al crecimiento del sector se toma por lo tanto como base del desarrollo nacional. Sin embargo es mucho lo que hoy se asimila dentro de la categoría de "Industria". Desde hace algunos años se viene hablando de las "Industrias sin chimenea", entre las que se citan la industria de los seguros, la hotelera, la editorial y la de las comunicaciones entre otras. Aunque estas últimas se han visto golpeadas también por la crisis general de nuestra economía, el problema central se encuentra en la llamada industria manufacturera.
Según la última recopilación de la Andi, en 1982 se contaba con un total de 7.067 establecimientos industriales, con un crecimiento del 4% anual. Estas industrias empleaban en ese mismo año a 489.023 personas, de las cuales 352.032 eran obreros y operarios. 25.983 formaban parte del personal directivo y técnico y 103.085 cabían en la categoría de empleados, mientras que 7.923 en la de "otros".
En total la industria manufacturera colombiana utilizaba materias primas y materiales por un valor de 554.876,3 millones de pesos de los cuales 154.385,5 millones eran de procedencia extranjera. Debido al cierre de importaciones impuesto por el actual gobierno, en cuyas restricciones se incluyeron diversas materias primas e insumos necesarios para industrias tan vitales como la farmacéutica, las estadísticas actuales de consumo de insumos no nacionales se desconocen. Igualmente se desconocen las dimensiones reales de la actual crisis, que azota por igual a pequeñas, medianas y grandes industrias. Mientras los gremios declaran que ésta se está tornando insostenible, el gobierno contesta que hace lo que puede y el Presidente declara solidaridad y apoyo a sus políticas.
Para muchos observadores el problema real es de plata. Sin financiación y créditos generosos por parte del gobierno, la industria sola no podrá hacer nada.
Para otros sin embargo, la cuestión es de aguante, pues según dicen, éste será el último año difícil. Como quiera que sea, los niveles de endeudamiento externo e interno, y los pasivos laborales que alcanzan en los dos casos cifras escandalosas, son el talón de Aquiles que no permiten a los empresarios dar un compás de espera por mucho más tiempo.
Es cierto que después de la tempestad sigue la calma y que después de la noche siempre ha salido el sol, pero esta vez nuestros empresarios deberán ser muy hábiles y creativos para cuando amanezca. -