Especiales Semana

DIA DEL PADRE

11 de julio de 1988

LOS PADRES DEL 2000
El Tercer Milenio se vino encima. El mundo empieza preparar las celebraciones con las que recibir el año 2000. Si un hijo suyo está en primero de primaria en la actualidad, apenas estará terminando bachillerato en el último año del presente siglo, si no reprueba ninguno de los grados.

Se trata de una distancia en tiempo de tan sólo once años. Un periodo que resultaria risible para los hombres de la edad media si se pretediera hablar de cambios.
Pero en un mundo acelerado como el que vivimos, en una época en la que en pocos lustros se transforma la industria y evoluciona inusitadamente el universo de las comunicaciones, periodo resulta lo suficientemente prolongado como para hablar de un nueva generación.

En efecto, el choque generacional del presente siglo ya no se presenta, simplemente, de padres a hijos, sino incluso entre hermanos si éstos se encuentran relativamente distantes.

Y si continúa la progresión, el panorama para los padres del 2000 no resulta muy alentador "Tendrán la responsabilidad de preparar a sus hijos para un mundo muy competido en el campo laboral, asegura el psicólogo Sergio Mendoza, para un mundo excesivamente violento inundado de droga y de libertinaje sexual".

Seguramente muchas parejas llegarán a privarse del mejor regalo de la naturaleza--los hijos- por el temor a no educarlos de una manera apropiada. Pero tal vez no hay que dejarse llevar tan lejos por el pesimismo. "Se trata símplemente de una nueva transformación, puntualiza Mendoza. Ya hemos visto en el transcurso del siglo XX otros cambios similares. Al principio, por ejemplo, se tenia la idea de que la letra con sangre entraba.
Después se vino abajo esta teoría y tanto padres como educadores se volvieron más racionales. Ahora la transformación debe girar hacia la libertad responsable: si se logra este esquema, el mundo está salvado ".

LA LIBERTAD RESPONSABLE
Los expertos aseguran que el problema de la juventud actual radica, en buena parte, en que los mayores les han querido cerrar sus ojos.
Ante la multitud de peligros, frente al cúmulo de tentaciones que aparecen en cualquier esquina, en forma de droga, en forma de violencia, en forma de deshonestidad, o en cualquiera de estas formas destructivas, a veces se piensa que lo mejor es cerrar los ojos. Pero la solución no puede estar más lejana. Algún dia, en el colegio, en el barrio o en otro lugar, los jóvenes abrirán los ojos frente al peligro, y entonces hay que recordar el dicho de que todo lo prohibido causa mayor atracción .

Uno de los psicólogos consultados recuerda el caso de una clienta suya que adoptó una singular manera de educar a sus hijos en este aspecto.
Llegados a la adolescencia, un buen dia arribó a casa con una botella de licor. Reunió a sus hijos en la sala, y todos probaron el alcohol. Lo mismo hizo con el tabaco y con las drogas. El ejemplo ilustra, aunque la actitud resulta un poco exagerada. Pero en todo caso no hay duda de que esta mecánica arrojó mejores resultados que si hubiera optado por jamás tocar el tema con sus hijos y cambiar los canales de la televisión siempre que se hiciera alusión al problema. Posiblemente no hay que ir tan lejos, pero lo cierto es que el padre que quiera triunfar en la actualidad debe buscar, ante todo, hacerse amigo de sus hijos... y los buenos amigos jamás se ocultan los problemas".

La pedagogía de avanzada trabaja en todo momento el concepto de la responsabilidad. La promoción automática en primaria es un buen ejemplo de esta tendencia. La gente ha mirado con ojos de preocupación la medida, pero a largo plazo empezarán a surgir los beneficios que esto trae. No se trata, como pretendian algunos, de promocionar y fomentar la vagancia estudiantil, sino de hacerle sentir a los educandos que el interés en el aprendizaje no radica en una nota, sino en la utilidad que éste representa para la vida. Por eso mismo, se pretende que la medida sea reforzada en casa, para que el interés tampoco radique en la manera de evitar un castigo. Y como lo más indicado es que exista una coordinación entre las medidas adoptadas en el colegio y las adoptadas en el hogar, se recomienda que los padres se preocupen cada vez por mantener una relación estrecha con los maestros de sus hijos.

Si bien se ha dicho que la inteligencia de un hombre depende de sus experiencias vividas durante los cinco primeros años de vida, una familia no puede pretender que el colegio sea el encargado, de manera exclusiva, de convertir a los hijos en los seres tan inteligentes que ellos quieren. Si no hay una coordinación permanente casa-escuela, si no hay un seguimiento y una distribución de responsabilidades, jamás se llegará a lograr ese cometido. --