Especiales Semana

EL COMANDANTE PAPITO"

Descendiente de patriotas y militares Pizarro cambio la Biblia por el fusil y el fusil por los votos.

28 de mayo de 1990

Desde los primeros albores de las gestas de la Independencia, por las venas de la familia Pizarro Leongomez corre sangre revolucionaria. Y no es gratuito: una de las ramas de su arbol genealogico desciende de Jose Acevedo y Gomez, el "Tribuno del Pueblo", quien defendio la emancipacion definitiva de España y la organizacion de un Estado republicano y democratico. Hijo del vicealmirante Juan Antonio Pizarro, hombre de ideas conservadoras y alumno de los jesuitas de San Bartalome, y de Margoth Leongomez, bisnieta del Tribuno, Carlos Pizarro nacio en Cartagena el 6 de junio de 1951. Desde sus primeros años, por una u otra razon, seria llamado con diferentes apodos. Si el último fue el de "Comandante papito", que le dieron las mujeres como homenaje a su incuestionable buena "pinta", el primero fue el de "Charlie boy" por aquello de que paso los años de su primaria en Washington, en medio de comodidades. Tercero de una familia de cinco hijos (Juan Antonio, Eduardo, Carlos Hernando y Margoth), hizo parte de su bachillerato en el prestigioso colegio Berchmans de Cali, y los años 30 y 40 en La Ceja (Antioquia), impulsado por una fugaz vocacion religiosa.

Vino despues la universidad. No podia ser otra que la Javeriana, en donde abandono la Biblia por los codigos y compartio pupitre con la crema y nata del establecimiento: Ernesto Samper, Nohemi Sanin, Mauricio Gomez, Diego Pardo y Julio Cesar Turbay Quintero. Desde entonces motivado por el movimiento estudiantil, sintio que en su cabeza bullian ideas de cambio revolucionario. Pero el padre Giraldo cuando le dio a Carlos su bendicion para ingresar a la universidad, nunca imagino que este joven iba a convertirse en uno de los instigadores de la primera y unica huelga que registra la historia de la Javeriana. La huelga termino con el cierre de la facultad de sociologia y con la expulsion de algunos huelguistas, entre los cuales, obviamente, se encontraba Pizarro. Ya para entonces militaba no precisamente en la orilla en la cual lo hicieron sus antepasados, que empuna ron los fusiles para defender a las instituciones republicanas, sino en la opuesta, en la que combatian contra ellas. Pertenecia a la Juventud Comunista.

Reclutado por Jaime Bateman dejo los codigos y tomó el fusil. Fue a parar a las FARC y hasta llego a combatir en El Pato (Huila), bajo el comando de Alvaro Fayad. Pero su permanencia en el movimiento revolucionario mas antiguo de America no supero los dos años. Considero al grupo como atrasado y con ideologia caduca. Tal vez recordaba entonces algo que su padre le habia dicho en alguna oportunidad cuando ya se habia matriculado en la izquierda: que el pueblo no sentia a Marx, mientras que si lo hacia con Bolivar.

El fracaso de la Anapo y de la candidatura del general Rojas Pinilla en 1970 habia comenzado a gestar un descontento en sus filas, principalmente en su linea socialista. Si los partidos tradicionales habian perdido ya el voto de Pizarro, muy pronto tambien lo perdio el Partido Comunista, adonde habia ido a parar como muchos otros de su generacion y de los que fundarian el Movimiento 19 de Abril. Consideraban sus esquemas muy estrechos y dogmaticos. Habia que buscar otras alternativas.

Con Jaime Bateman, Alvaro Fayad, Andres Almarales, Ivan Marino Ospina, Carlos Toledo y otros, fundo en 1970 el M-19. Fue siempre osado, a veces duro, ambicioso, pero leal inclusive hasta con el enemigo. Se cuenta, por ejemplo, que en un asalto a Herrera, un aislado cacerio en donde 10 policias resistieron el embate de 150 guerrilleros hasta disparar el ultimo cartucho, Pizarro hizo formar a su comando para rendirles honores a los valientes policias. Participo en muchas de las mas espectaculares acciones de su organizacion, como el robo de la espada de Bolivar y de las armas del Canton Norte, pero se opuso a la toma del Palacio de Justicia previendo la tragedia. Fue el primer acusado como responsable de ese demencial golpe militar y politico.

Como muchos de sus compañeros, fue a dar a la carcel por el robo de las armas. Casi tres años estuvo en La Picota. Desde alli escribio a su padre una conmovedora carta en la que le hablaba de las torturas a las que habia sido sometido: "No he inclinado la cabeza ante interrogadores y torturadores, pues mi vida publica y privada esta frente al pais y a sus gentes".
Tambien le reiteraba sus convicciones y le reconocia y agradecia su "culto a la libertad ajena".

Carlos Pizarro, como muchos de sus compañeros del M-19, recibio el beneficio de la amnistia del gobierno de Belisario Betancur. Viajo inmediatamente a Cuba y a su regreso escogio de nuevo el monte. Despues vinieron las conversaciones de paz y a el le toco firmar los acuerdos de tregua en Corinto (Cauca), a pesar de que un conflicto con el Ejercito, que le costo una herida en un brazo, estuvo a punto de frustrarlos pocas horas antes.

Carismatico, con facha de protagonista de un spaghetti western, fue siempre uno de los lideres mas importantes del movimiento. Temperamental e impulsivo, como lo reconoce uno de sus hermanos, siempre enmarco su accion dentro de una especie de mesianismo con sello cristiano y bolivariano. Curiosa mezcla que, sin embargo, lo llevo a ocupar la cabeza de movimiento y a convertirse en su primer candidato presidencial.

Creo el Batallon América, inspirado, segun el, en los ideales bolivarianos y emprendio su campaña militar en el Cauca e intento sitiar a Cali, pero fue derrotado y arrinconado por el Ejercito, hasta el punto de que tuvo que replegarse hacia el Sur. Su ultima accion espectacular antes de tomar la decision de volver a hacer un cambio de tercio--del fusil a los votos--, fue el secuestro de Alvaro Gomez Hurtado. Puesto en libertad el ex candidato conservador, se empezó nuevamente a hablar de paz y de desmovilizacion, de abandonar la guerra. Pizarro estaba a la cabeza del M-19 y a la cabeza de un movimiento que habia perdido considerable terreno militar y politico se jugo, como otras veces, los restos.
Despues de largas conversaciones con el gobierno de Barco, el 25 de enero de 1990 abandono las armas. Ese dia disparo su ultimo cartucho. Habia decidido que el cambio ya no era por la via de las armas, sino por la de los votos. Pero unas balas asesinas, el jueves 28 de abril, le impidieron medirse en la contienda para elegir Presidente de la Republica.