Especiales Semana

El himno nacional

Un símbolo que perdura por tradición y por ley.

Luis Horacio López Domínguez *
24 de junio de 2006

Sorprenderá a muchos que los colombianos seleccionen como un elemento simbólico común al Himno Nacional. Explicable porque todos nos sabemos, al menos, el coro.

Es el elemento sonoro de mayor recordación, en un sentimiento que se funde con la nacionalidad y el recuerdo de la patria. Independientemente de si entendemos lo que cantamos, con entusiasmo o desgano, se tenga o no el anhelo de ver trocada su letra o mudada su música marcial por otro ritmo.

Los himnos surgieron en las culturas europeas, de la apropiación de melodías con las que se identificaron los pueblos. En Colombia, cada año, en los festejos del 20 de julio, las autoridades convocaban a concursos y premiaban himnos.

Los gobiernos radicales implantaron clases de música en las escuelas. Rafael Pombo y Oreste Sindici, vinculados al movimiento pedagógico, compusieron entre ambos canciones e himnos patrióticos para los escolares.

Cantado durante 43 años, el himno del compositor Sindici se oficializó en 1920 con la Ley 33. Pero el presidente Núñez, su letrista, nunca intervino para hacerlo Himno de la República. Apenas sabemos de una notica a Sindici, felicitándolo por la interpretación en Roma en 1890 del Inno Triunfale.

¿Qué motivó al bogotano José Domingo Torres, promotor de escenificaciones patrióticas, de Corpus Christi y de pesebres, a persuadir a Sindici a través de su esposa Justina Jannaut, para que musicalizara unos himnos de su álbum de impresos? "Percatose un día don Domingo que para agradar al doctor Núñez y a doña Soledad, cartageneros prestantes, lo adecuado sería celebrar popularmente el 11 de noviembre de 1887, aniversario de la independencia de la Ciudad Heroica, con actos y representaciones de aquellos en que la inventiva del primero era tan fecunda" nos cuenta el académico Miguel Aguilera. Ante todo, asegurándose de que Sindici montase a tiempo la obra.

Núñez no compuso estas letras pensando en Cartagena ni en el 11 de noviembre. Tampoco en Colombia. Su Himno patriótico (así lo tituló) fue inspirado en Bolívar, los héroes de la guerra, y en Nariño.

El cartagenero José P. Urueta, el 24 de julio de 1883 -centenario del natalicio de Bolívar- publicaba en su Revista Hebdomadaria, 3-4, cuatro himnos (el de Núñez, dos de Madiedo y un Himno Nacional a Bolívar de Manuel de Jesús Flores -que musicalizó Daniel Figueroa)-. En la página 25, el texto Himno patriótico aparece idéntico a como se conoce hoy.

El 6 de diciembre de 1887, en el hoy Museo de Arte Colonial, el presidente Núñez y doña Sola, diplomáticos e invitados especiales tuvieron una audición del Himno Nacional a 25 voces y gran orquesta.

Germán Arciniegas, ministro de Educación de Eduardo Santos, encargó al director de la Banda Nacional una orquestación. Él le impuso un toque marcial al introducir los primeros compases con trompetas. Su trabajo fue descalificado por la crítica.

Una tradición se mantiene vigente cuando se reproduce y valora socialmente. Por generaciones, el himno se transmite de boca a oído en las escuelas, plazas públicas o interpretado por bandas de música. De antaño se canta al izar la bandera en cuarteles y planteles educativos. Hoy se entona en los estadios al inicio de los partidos de fútbol. Suena en los podios cuando premian vencedores colombianos en competencias deportivas aquí o en el exterior, y algunos compases en ciertos teléfonos celulares. Se escucha en los honores al Presidente, entrega de credenciales de diplomáticos y actos oficiales, por bandas militares. Desde 1995, por ley, al inicio y al cierre de emisiones de radio y televisión y a las 6 de la tarde. Por pedagogía se rotan las estrofas, casi siempre en versión remasterizada de la grabación de la Banda Nacional con la voz de Víctor Hugo Ayala. Un símbolo colombiano que perdura, por tradición y por ley.

* Antropólogo de la Universidad de los Andes. Coordinador de Biblioteca y Archivo Academia Colombiana de Historia