Especiales Semana

EL HOMBRE DEL AÑO 1997

Augusto López Valencia, presidente del Grupo Bavaria

5 de enero de 1998

El 31 de diciembre proximo, mientras la mayoría de los colombianos trasnoche echando globos y voladores, Augusto López seguramente dormirá muy tranquilo. 1997 fue el año en que culminó una meta que el Grupo Santo Domingo se había propuesto hace 10 años: la de transformar el conglomerado, tradicionalmente cervecero, en un emporio de telecomunicaciones listo para enfrentar la tendencia mundial que traerá consigo el siglo XXI. Aunque todos los colombianos saben que al cierre del año el Grupo Santo Domingo había comprado El Espectador, se había hecho a un canal privado de televisión y se encontraba a punto de entrar en la larga distancia, no son estos tres negocios sino el conjunto de una estrategia diseñada y ejecutada a la perfección en una década lo que convierte al hombre que ha estado a la cabeza de todo este proceso en 'el hombre del año'.El año de Augusto López cierra simultáneamente con un incremento en el valor de la acción de Bavaria del 330 por ciento. El primero de enero de este año la acción costaba 4.100 pesos. Al cierre de esta edición era cotizaba en bolsa a 13.500 pesos. A ese precio el costo de la empresa ascendería a 3.116 millones de dólares de hoy. Si se quiere saber cuánto se ha valorizado Bavaria en términos reales en los 13 años en que ha sido dirigida por Augusto López, no hay sino que comparar esta cifra con el precio en dólares de la empresa en mayo de 1985, fecha en la cual López reemplazó a Carlos Cure. En ese momento el valor de la acción era de 34,50 y el dólar estaba a 135 pesos. El valor de toda la empresa en ese momento era por lo tanto de 76.130.000 dólares. En otras palabras, durante el reinado de Augusto Bavaria ha aumentado 40 veces su valor en dólares. A pesar de que en Colombia los precios de las acciones son altamente manipulables por quien controla la empresa, y sin duda alguna puede haber algo de esto detrás del boom de Bavaria en 1997, la valorización no solo ha enriquecido a Julio Mario Santo Domingo sino a los 55.000 accionistas minoritarios, quienes tienen el 30 por ciento de la cervecería. El recién fallecido presidente de Coca-Cola, Roberto Goizueta, es unánimemente considerado como el ejecutivo más importante de la historia contemporánea de Estados Unidos porque aumentó el valor de su empresa en 65 veces durante los 17 años en que fue presidente de la misma. Augusto López con sus 40 veces no ha igualado este récord en los 13 años que lleva a la cabeza de Bavaria. Pero le quedan cuatro años para lograrlo. El Primer EmpleadoTodo lo anterior convierte a Augusto López en lo que se podría denominar El Primer Empleado del País. Esta categoría no existía hasta que llegó él. Siempre ha habido Presidente. Siempre ha habido dueños del país, aunque antes no se llamaban 'cacaos'. Pero no existía el Primer Empleado. Las responsabilidades de este cargo son infinitas, pero hay tres principales: tener satisfecho a Julio Mario Santo Domingo, prácticamente manejar un país y producir muchas utilidades manejando una telaraña de más de 100 empresas, cada una de ellas con presidente, junta directiva y su problema particular. El agregado de las ventas de todas éstas se acerca a 5.181 millones de dólares, lo cual representa alrededor del 6 por ciento del PIB. El punto de confluencia de toda esta telaraña es Augusto López, quien fue la persona que le dio a toda esta actividad empresarial la estructura de Grupo. Aunque el nombre siempre lo había tenido, antes de su llegada consistía en docenas de empresas que marchaban relativamente independientes las unas de las otras. En ese momento la presidencia de Bavaria era solamente el cargo más importante del Grupo, pero no el jefe único de todo el equipo. Esas funciones eran de Julio Mario Santo Domingo, quien en esa época tenía más contacto directo tanto con el país como con sus gerentes. Santo Domingo siempre ha sido un hombre audaz e intuitivo, que sabe rodearse y sabe mandar. Pero carece de un criterio científico de la administración. Su mundo no es ni el de las máquinas ni el de la minucia de balances. Lo que le gusta es la visión global y el P y G. Conceptos como reingeniería industrial, desarrollo humano y capacitación gerencial no le roban mucho de su tiempo. Y sin embargo eran indispensables para un conglomerado del tamaño del suyo.

El hombre de los fierros
Augusto López es un maestro en todos los temas que Santo Domingo requiere y no le interesan. Entiende de procesos industriales como si fuera Carlos Ardila Lülle y tiene la agudeza para encontrar el renglón clave en un balance como si fuera Luis Carlos Sarmiento. A esto suma una mística por la cultura corporativa y por la formación de cuadros. Eso sin duda alguna lo refleja hoy el Grupo Santo Domingo. Sus funcionarios, más que empleados, son militantes. Allá reina un espíritu de cuerpo donde se comparten triunfos y agravios. El modus operandi produce resultados. Augusto López tiene montado un sistema, diseñado por él, para cazar cerebros en todas las universidades del país. El requisito es que sean estudiantes sobresalientes, que tengan capacidades de liderazgo y que no posean recursos para pagar sus estudios. El Grupo los detecta, les hace evaluación sicológica, los beca, ya sea en Colombia o en el exterior, y les garantiza empleo. Los becarios llaman esto "el PHD en Colombia de la Pola University", y es un paso obligado para llegar a ser un alto funcionario de cualquiera de las 160 empresas del Grupo. Muchos se preguntan cómo ha hecho Julio Mario Santo Domingo para haber mantenido a una persona del talento de Augusto López 13 años como empleado. De por sí, haberlo descubierto ya tenía un mérito, pero retenerlo es otro. Tener a Augusto López de gerente es el equivalente de tener a un Luis Carlos Sarmiento o a un Carlos Ardila Lülle de gerente. A todo el mundo le gustaría, pero es un imposible. La gente con ese talento tarde o temprano se independiza. Para que Augusto López no lo haya hecho ha sido necesario crearle el estatus del Primer Empleado del País. Eso requería una combinación de mucha plata y mucho poder. Sobre lo primero no hay detalles, pero una cosa es clara: Augusto López no tiene patrimonio de empleado. Es un hombre muy acomodado y es quizás el primer colombiano que ha hecho una fortuna mediana trabajando para un tercero. Su sueldo es una de las mayores incógnitas nacionales, pero aunque se da por descontado que es el más alto del país, también se da por descontado que no es todo. López Valencia es accionista importante de exitosas empresas que, solas, le permitirían vivir muy bien de la renta. Una de ellas, Shellmar, de la cual es uno de los propietarios, produce empaques y etiquetas. También es uno de los grandes accionistas de Frugal, que produce mermeladas y conservas. Estos dos negocios son manejados por sus hijos porque, curiosamente, el hombre que controla media Colombia es relativamente distante de sus propios negocios. De López se ha afirmado que como parte del paquete para retener sus servicios Santo Domingo le da juego como proveedor o como intermediario en algunos negocios del Grupo. Se cita como ejemplo el hecho de que las etiquetas de las botellas de cerveza del Grupo en la actualidad son producidas por Shellmar. López Valencia al respecto aclara categóricamente al respecto que "si bien puede haber alguna conexión comercial entre el Grupo y empresas de las cuales soy accionista, esto obedece a que esas empresas han concursado y ganado en licitaciones nacionales e internacionales del Grupo en igualdad de condiciones con la competencia".Pero quienes conocen a Augusto López aseguran que no es el dinero el que lo ha retenido en el Grupo. El mismo afirma que "hay muchas otras satisfacciones. Por ejemplo, la de mi relación con Julio Mario Santo Domingo". A pesar de la caballerosidad paisa que encierra esa frase, los augustólogos creen que hay otro factor que aunque él no lo menciona lo motiva igual que cualquier otro: el poder. Este tiene manifestaciones externas como jet privado, helicópteros, una flotilla de carros blindados y escoltas, tres turnos de secretarias, acciones de clubes y un estilo de vida más de dueño de Grupo que de alto ejecutivo. Pero ese no es el poder que más le gusta a Augusto. El que lo retiene es el poder de influir de una u otra manera en la vida de los colombianos y del país en general. El Grupo Santo Domingo es hoy tan grande, que en una u otra forma prácticamente todo el mundo depende de él. Los medios de comunicación por la pauta, las agencias de publicidad por las cuentas, los corredores de bolsa por las comisiones, los políticos por el cheque y por el micrófono, los pasajeros aéreos por Avianca, la Selección Colombia por el patrocinio, los televidentes por las telenovelas y hasta Shakira por sus conciertos. Esto, para no mencionar al Presidente, que prácticamente le debe su permanencia en el cargo al Grupo. En relación con este poder López Valencia aclara que él no es sino el ejecutor de las decisiones del dueño del balón, que es Julio Mario Santo Domingo. En esto hay mucha modestia y mucha verdad simultáneamente. La relación entre los dos es en realidad muy armoniosa. Y cada uno es el complemento del otro. Santo Domingo siempre ha practicado un estilo de vida envidiable que consiste en nunca manejar pero siempre decidir. Ahora que su comunicación con Colombia está prácticamente limitada a Augusto López, este monopolio de acceso ha generado una peculiar simbiosis entre ambos. Todo el mundo sabe que por la boca de Augusto habla Julio Mario. Relaciones públicasUn mérito que hay que reconocerle a López Valencia es que ha logrado neutralizar la mala imagen que en un momento dado tuvo el Grupo Santo Domingo. Un conglomerado de esa dimensión inevitablemente pisa callos. Pero a ello se sumaban actitudes arrogantes que agravaban el problema. Parecía que no sólo iban rumbo a ser los dueños del país, sino que se lo recordaban a los colombianos todos los días. La reacción del público a esta actitud fue medida cuando en una corrida de toros César Rincón le brindó la faena al director de Caracol Darío Arizmendi, lo cual produjo una rechifla histórica y gritos colectivos de "Leona, Leona, Leona...". El propio Augusto no ha estado exento de errores en esta materia, como fue el caso cuando se presentó al Senado de la República para observar, como un emperador romano, el debate de parlamentarios amigos contra el entonces Ministro de Hacienda Rudolf Hommes, quien había denunciado una posible evasión tributaria en la cerveza. Estas actitudes no fueron bien recibidas y el Grupo llegó a preocuparse por su imagen, cuya mejoría se volvió una prioridad. La verdad es que esta mejoría se ha obtenido, y gran parte de este cambio obedece al manejo que López Valencia le ha dado a la situación. A medida que el Grupo Santo Domingo ha crecido, ha terminado convirtiéndose en socio o competidor de medio país. El Grupo, que en una época tuvo la fama de ser socio ventajoso y de tratar de quedarse con todo, ahora es un aliado valioso para muchos. Para hacerse al talento y garantizar continuidad está recurriendo cada vez con más frecuencia a la fórmula de sociedades en lugar de la simple contratación directa. Como ni siquiera Augusto López puede manejar más de 150 empresas, en varios nuevos negocios se está optando por la fórmula de la incorporación de un socio clave. En el último año esta filosofía se ha aplicado a casos como el de Bancoquia con el Banco Santander, Carrefur para supermercados, BP para petróleos y Yamid Amat para RadioNet. Hasta los Cano quedaron de socios del periódico que vendieron. Además de tener muchos socios, el Grupo ahora tiene muchos competidores. Paradójicamente, un conglomerado que creció sobre estructuras de monopolio con el transcurso del tiempo se ha metido en tantas actividades que se ha convertido en la competencia de todos los grandes negocios. Augusto López maneja negocios en los sectores financiero, de servicios, de bebidas, de comunicaciones, de transporte, de comidas rápidas y hasta de concentrado para pollos. Son pocos los renglones empresariales en los cuales no se esté enfrentado al binomio Santo Domingo-López. En el mundo de los negocios Augusto López se ha convertido en el socio con el que hay que hablar y en el competidor al que hay que temerle. Pero ambos papeles los desempeña bien y tanto aliados como rivales lo respetan.

El lunar
En todo esto hay, sin embargo, un lunar: la concentración del poder informativo. En la práctica, en Colombia siempre ha habido tres poderes reales: el económico, el político y el de la información. El Grupo Santo Domingo proviene del primero, se consolidó con el segundo y se está adueñando del tercero. El país asimiló sin mucho agrado la incursión del Grupo Santo Domingo en el poder político. En la actualidad prácticamente todas las posiciones de elección popular en Colombia reciben el patrocinio del Grupo. Eso la gente ya lo da por hecho. Pero el tránsito al control de la información ha tropezado con más resistencia. La incursión de los grupos económicos en los medios de comunicación es un tema sensible en cualquier parte del mundo. En Colombia ha sido especialmente debatido porque el Grupo no ha sido muy sutil en el manejo de sus medios en el pasado. Cada vez que se enfrascaban en una discusión pública con alguien armaban una ofensiva periodística desproporcionada contra sus enemigos. A Rudolf Hommes en su momento, a Enrique Santos, cuando estaba en la mira, o a Pedro Gómez por la construcción de su Hotel Santa Teresa en Cartagena, les ha correspondido este tratamiento. Este puede incluir desde lectura de comunicado contra ellos cada hora en Caracol durante días, hasta desfile de sus enemigos para insultarlos por el micrófono y agravios personales de periodistas del Grupo. Si existía esta prevención cuando solo tenían a Caracol y Cromos, se ha aumentado con la compra de El Espectador y la adjudicación de un canal de televisión. Augusto López es consciente de que en este manejo ha habido equivocaciones. "Admito que ha habido errores. Pero no todos son atribuibles a una política deliberada, sino que a veces son salidas espontáneas de los periodistas, creyendo que eso es lo que queremos". La última ofensiva periodística del Grupo fue la carta contra Enrique Santos por su columna criticando la compra de El Espectador. En realidad la carta tenía argumentos válidos que se perdieron por el error de poner a firmarla a 40 gerentes del Grupo. Curiosamente López también reconoce que comprar medios de comunicación trae problemas de imagen. Afirma que muchos asesores le recomendaron no meterse en este campo, con el argumento de que los grupos pisan suficientes callos como para echarse más enemigos encima, que es lo que siempre sucede cuando se compra un medio. "Nosotros fuimos conscientes de este problema desde el comienzo. Pero después de un estudio interno nos dimos cuenta de que el problema era inevitable y de que más bien tocaba frentearlo porque había sido una decisión estratégica, la de transformar al Grupo en un conglomerado de las telecomunicaciones, porque definitivamente la plata del futuro está ahí y eso incluye desde un satélite hasta un teléfono y un periódico". Agrega que aunque tienen imagen de pulpos, en este campo lo que les ha tocado es actuar de bomberos. "Lo que hemos hecho es salir al rescate de medios como 'Caracol', 'Cromos' y 'El Espectador', que estaban en peligro de desaparecer por problemas financieros cuando los compramos. Entonces la alternativa no consistía en si iba a ser nuestro o de otra persona, sino si era nuestro o si desaparecía". La conclusión de Augusto López sobre el tema es que el Grupo era un conglomerado industrial con inversiones en telecomunicaciones. Ahora es un grupo de telecomunicaciones, y esto los obliga a un manejo más cuidadoso de la información. Todo eso es lo que hace que el Primer Empleado del País sea un hombre que el 31 de diciembre pueda dormir tranquilo. Pero sólo hasta el primero de enero, porque 1998 serán 12 meses de incansable trabajo. Durante los seis primeros tendrá que montar el canal privado de televisión y recuperar un diario que tiene más de 100 años de existencia y 18 millones de dólares de déficit. Pero además financiará las elecciones de un nuevo Congreso y, por qué no, podría llegar a inclinar definitivamente la balanza en la elección del nuevo Presidente de Colombia. Esa es la mano derecha de Julio Mario Santo Domingo. Y a su vez, lo que más le envidian a él los otros cacaos, que en varias oportunidades se han lamentado en público de no tener su propio Augusto. nn Augusto López es lo que se podría denominar El Primer Empleado del Paísn Tener a Augusto López de gerente es como tener a Carlos Sarmiento o a Carlos Ardila de gerentesn López Valencia aclara que él no es sino el ejecutor de las decisiones del dueño del balónLuis Carlos Sarmiento AnguloSocio mayoritario de la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo"Augusto me sorprende siempre por conocer al derecho y al revés todos los detalles de los innumerables proyectos que maneja. Yo, que soy de la escuela antigua y tengo el vicio de estar encima hasta del último detalle, me quito el sombrero ante alguien que puede hacer eso con más de 100 empresas".Rudolf HommesEx ministro de Hacienda"Si lo que se está destacando es una gestión empresarial, indudablemente Augusto López merece destacarse. Ha logrado volver político un cargo que debería ser privado. Con una entidad tan grande no puede ser distinto. Lo que SEMANA está destacando es su poder político. Yo le hubiera dado el hombre del año a Santo Domingo, que es el que está detrás de todo esto".
Gabriel Jaramillo
Presidente del Banco Santander, quien negoció la compra de Bancoquia con Augusto López"El es un negociador directo, tiene la gran virtud de que desenreda y agiliza las cosas en vez de enredar. Con Augusto no quedan puntos grises, las cosas quedan claras. Esa es una gran cualidad, además escasa en el mundo de los negocios".
Fernando Londoño Henao
Ex presidente de Caracol y socio del Grupo en esa cadena "A mí lo que más me sorprende de Augusto López es que cuando le vendimos 'Caracol', tomó el tema de las telecomunicaciones con gran entusiasmo, cuando su mundo era el de la cerveza. Hoy es para mí el colombiano que más sabe del complejo mundo técnico de las telecomunicaciones".
Hector Osuna
Columnista y caricaturista"Augusto López es muy importante. Negoció todo y ha comprado hasta lo incomprable: el periodismo libre.Ahora, como empresario editorial, dueño de medio país y de tantos otros medios, se verá en la alternativa de escribir acertadamente sus notas editoriales o de respaldarlas con las firmas, amenazantes de pauta, de sus 40 empresas subalternas. Pero hay alguien más importante aún que Augusto López, de quien éste es solo el precursor: aquel, cuya sandalia no es digno de desatar y a quien acostumbra nombrar como don Julio Mario.Es, pues, el primero de los segundos colombianos".

Un paisa madrugador
Augusto López es ante todo un hombre estricto y riguroso. Tal vez demasiado. Los vicepresidentes más curtidos en las juntas directivas tiemblan como niños de colegio cuando los pasan al tablero. Para muchos tanta rigurosidad despierta antipatía. Sin embargo quienes lo conocen personalmente aseguran que tiene personalidad frentera y muy cordial, ya que por lo general la gente sale de su despacho con una sonrisa. No obstante, detrás de esta aparente amabilidad se esconde un personaje que asume su trabajo con una mística casi religiosa. Se levanta a las cinco de la mañana, se afeita y juega tenis durante una hora. Sale para el trabajo y escucha las noticias radiales y llega a las ocho de la mañana a la oficina, donde permanece hasta las 11:00 de la noche. Religiosamente se toma un 30 por ciento del tiempo diario, sin recibir a nadie, para dedicarlo exclusivamente a pensar. Es lo más parecido a un atleta del trabajo. Con tres secretarias en dos turnos diferentes, las negociaciones importantes las asume como si fueran competencias olímpicas. Desde el día anterior no toma bebidas alcohólicas y cuida su dieta, se acuesta más temprano que de costumbre y repasa una y otra vez los puntos claves de la negociación. Es de origen conservador y le fascina la política. Algunos aseguran que maneja no solo el Congreso, sino que tiene influencia sobre el Presidente y los ministros. Pero es evidente que esa es una parte de su trabajo que no le causa sufrimiento. La política le fascina y por su información, su poder y su olfato, lo que pronostica generalmente se cumple. Con respecto a la próxima elección presidencial opina: "Los únicos que tienen opción de llegar a segunda vuelta son Horacio Serpa, Andrés Pastrana y Noemí Sanín".A pesar de haber impulsado a la organización a invertir a fondo en el tema de las telecomunicaciones, hay otros negocios que le interesan. La gente sabe que el Grupo Santo Domingo se está transformando en un grupo de telecomunicaciones, lo que no saben es que los dos otros frentes en que se piensan concentrar en el siglo XXI son el turismo y la industria petrolera. Estos dos temas los sigue Augusto López con atención. De allí que la organización haya decidido hacer grandes inversiones en Costa Rica para construir un complejo turístico gigantesco, y que se haya asociado con la British Petroleum para explotar gas natural y petróleo. Posiblemente Augusto López sea el mejor ejemplo que tiene el país del hombre hecho a pulso. Sin provenir de una familia adinerada, hoy es el primer empleado del país y ha aprendido a manejar el poder como pocos. De hecho, sus allegados aseguran que son muchas las cosas que aprendió ya de viejo: desde jugar tenis o golf hasta manejar computadores. Augusto López en la actualidad tiene 62 años y él expidió una norma por la cual todos los funcionarios a los 65 años tienen un retiro obligatorio de la organización. Sin embargo pocos creen que Santo Domingo vaya a hacer cumplir la norma con Augusto. Cuando se le pregunta por su sucesión contesta: "Esa es una decisión de Julio Mario Santo Domingo, no mía". Sabe que la organización que él creó le sobrevivirá. Se irá entonces a Rionegro, para dedicar su tiempo a lo único que le importa más que su trabajo: la familia.
EL HOMBRE DEL AÑO
Los negocios del 97
Estas son algunos de los negocios que consolidaron al Grupo Santo Domingo como zar de las telecomunicaciones y le abrieron el camino hacia el siglo XXI. Compra de 'El Espectador'Con esta operación el Grupo Santo Domingo cerró el círculo de la noticia, con el control del diario más antiguo del país y el segundo más importante en circulación nacional.
Direct TV
En sociedad con Carvajal y el Grupo Cisneros transmiten por satélite una programación que espera competir con la de TV Cable. Tendrán la competencia de SkyTV, que será inaugurada por los socios de TV Cable, con excepcion del Grupo. Venta de ColfondosUna de las compañías de fondos de pensiones más grandes del país fue vendida dentro de la estrategia del Grupo de salir del sector financiero.
British Petroleum
El grupo se asoció con la BP para explorar pozos petroleros. Han conseguido buenos resultados con el campo de Recetor, pues se ha comprobado la existencia de grandes yacimientos de gas.
Venta de Bancoquia e Invercredito
Dentro de la estrategia del Banco Santander de entrar al mercado financiero colombiano, ambas instituciones fueron compradas por el banco español. Aunque el Grupo conserva ún porcentaje minoritario, eventualmente piensa vender la totalidad.'
RadioNet'Con la creación de esta cadena radial, de la cual el Grupo posee un 50 por ciento, se ha innovado en la forma de presentar la información durante 24 horas consecutivas.
Escisión Bavaria
Aunque para muchos pasó inadvertida, esta operación permitió diferenciar la actividad industrial cervecera de las demás inversiones. Con ello se podrán realizar ventas o alianzas estratégicas en la actividad cervecera sin comprometer la propiedad del resto del Grupo.
Canal privado
Con la adjudicación del canal privado el Grupo tendrá a partir de mediados del 98 la oportunidad de presentar al aire hasta cinco noticieros propios, revolucionando así, en competencia con el Grupo Ardila, la televisión del país.Sociedad con Carrefour: El próximo año se inaugurará el primer hipermercado de esta cadena internacional en Bogotá. Carrefour es la multinacional más grande de Europa en este negocio.