Especiales Semana

El humor, una herramienta para hablar en serio

Andrés Velásquez*
7 de diciembre de 2002

Según Vladdo, los caricaturistas y humoristas representan todo lo opuesto al significado del concepto poder; para él, las personas o entidades encargadas de representar las realidades de una sociedad mediante el sentido del humor no poseen capacidad de ejercer poder alguno y no pueden cambiar nada.

Hay que tener en cuenta que la Iglesia, los políticos, el gobierno, los industriales, y en general los poderosos (como el humorista los llama) no son los únicos que ejercen el poder. Aparentemente los humoristas no ejercen poder; lo que hacen es representar jocosamente situaciones y personas de impacto público o criticar a los "poderosos". Cabe resaltar que el ejercicio del poder sólo existe cuando ciertas acciones modifican otras y que el poder no es simétrico.

Teniendo en cuenta que el poder es una especie de relación o vínculo en el cual dos o más interactúan por medio de acciones y estrategias, y que no puede ser ejercido por una entidad o persona sino por varias, las cuales no lo ejercen de manera simétrica, sino dependiendo del rango (por así decirlo) de los que lo ejercen, es que puedo afirmar que el humor puede utilizarse como una estrategia que usan personas o entidades, llamadas caricaturistas o humoristas, los cuales se aprovechan de las oportunidades, de las realidades, de las expresiones de sentimientos, etc., para desahogar un sentimiento en común que tiene un pueblo, que es a su vez su audiencia; generalmente esta acción es llevada a cabo por medio de una crítica pública disfrazada, que tiene como objetivo atacar a los "poderosos".

A mi modo ver, los humoristas pueden llegar a ejercer mucho poder, dependiendo del tamaño y la clase de audiencia a la que se dirigen; ellos tienen la habilidad y la autorización tácita para criticar y burlarse casi de cualquier evento o personaje. Normalmente con estas acciones obtienen una opinión en común de la audiencia, que puede estar a favor o en contra de un tema en particular. Es claro que el poder ejercido por los humoristas no es directamente el de cambiar las decisiones o realidades de un país, pero sí logran que un conglomerado social lo suficientemente grande se forme una opinión y puedan llegar a ejercer gran presión sobre los encargados de tomar decisiones trascendentales, o en algunas ocasiones, esta presión conduce a que una decisión sea revocada.

*Estudiante