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EN COMA

Al del Lorencita Villegas de Santos podría seguir el cierre de otros hospitales. Y la crisis se <BR>extiende por todo el país. ¿Qué hacer?

17 de mayo de 1999

No valieron ni los lamentos de los enfermos, ni las súplicas de los empleados, ni los
argumentos del sindicato para evitar el cierre del Hospital Infantil. Y la liquidación de esa entidad en marzo
pasado podría ser apenas un fenómeno puntual. Como están las cosas, la situación puede agravarse, y
desatar una emergencia sanitariasin antecedentes en Colombia. El Hospital Infantil _que prestaba servicios
médicos a miles de niños pobres de Bogotá y que tenía 60 años de experiencia en atención pediátrica_ fue
liquidado por una deuda insostenible de 41.000 millones de pesos. Lo preocupante es que el del Infantil podría
ser el primero pero no el último de los colapsos de un hospital grande y de trayectoria en el país. Varios
expertos consideran que la lista de las entidades que podrían sufrir una crisis igual a la del Infantil está
encabezada por dos hospitales de larga tradición y de gran importancia para Bogotá: La Misericordia y San
Juan de Dios _éste último el punto de atención de urgencias más importante de la capital_.Al examinar las
causas de la crisis que provocó el cierre del Hospital Infantil y las que afectan a todo el sector de la salud
muchos expertos responsabilizan de ello a la Ley 100, creada en 1993 para organizar el sistema y
garantizar el acceso a la salud a toda la población. A pesar de que esa Ley aumentó el presupuesto del
sector en 5 billones de pesos _al pasar del 6 al 11 por ciento del PIB_, y generó enormes recursos por la
creación del régimen contributivo, nunca antes los hospitales habían enfrentado un déficit tan grande como el
que padecen ahora. Los críticos de la Ley 100 aseguran que ni las instituciones, ni las autoridades, ni
los usuarios, ni los profesionales del sector estaban preparados para enfrentar las exigencias de las reformas
implementadas. Así mismo señalan que la norma desvirtuó la razón social de la medicina convirtiéndola en un
negocio y que estableció mecanismos de intermediación que no dejan fluir los recursos. La posición sobre
el tema, sin embargo, no esunánime. Hay cierta coincidencia en que la Ley 100 trajo grandes beneficios, en
especial para los sectores más pobres. La reforma del sistema aumentó la cobertura, pasando de cinco
millones de colombianos en 1993 a más de 23 millones de personas en 1998. Al mismo tiempo sirvió para
modernizar un sector que carecía de competitividad y que hasta 1993 se había financiado de manera
paternalista gracias a la caridad del gobierno y de algunos sectores. Lo cierto es que la Ley 100 cambió el
funcionamiento del sistema de salud e impuso la necesidad de dar un manejo gerencial a la medicina.
Desafortunadamente, sin embargo, ese no era el único vacío que presentaba el sector. Y de allí que la
responsabilidad del colapso del sistema no se le pueda achacar exclusivamente al impacto de esa norma. "La
crisis de la salud es provocada por la conjugación de muchos factores",dijo a SEMANA la superintendente
Nacional de Salud, Inés Gómez de Vargas. A continuación SEMANA resume los principales problemas del
sector. nEl cáncer de la corrupciónPara el presidente de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas,
Roberto Esguerra, "el principal problema del sistema de seguridad social en salud es la corrupción". El
aumento de los recursos generado por la Ley 100 abonó el terreno para los corruptos y la falta de controles,
principalmente en el sector público, hizo que se convirtiera en una gran herida por la que se desangra gran
parte del presupuesto. En la corrupción de la salud están involucrados todos los sectores: se han denunciado
la evasión de los aportes de los usuarios, la facturación irregular de los hospitales, la afiliación de personas
muertas o la doble afiliación de beneficiarios en las Administradoras del Régimen Subsidiado, ARS, y los
injustificados tratamientos médicos inducidos por médicos inescrupulosos. Pero ese no es el único problema a
nivel regional y local. Según dijeron sus administradores locales a SEMANA, muchos de los municipios
no transfieren oportunamente los recursos a los hospitales. Aún así, y por desviar los recursos fiscales
destinados a la salud, la Superintendencia sancionó a 52 alcaldes en 1998 y más de 500 están siendo
investigados por las mismas irregularidades. Inyección filosófica "El problema de la salud en Colombia no es
de plata sino de despilfarro de los recursos", dijo a SEMANA el director del Instituto de Seguros Sociales,
ISS, Jaime Arias, quien enfrenta el reto de recuperar la entidad, cuyos problemas financieros generan un
déficit en el sector de la salud que supera los 200.000 millones de pesos al año según cálculos de la
OIT.Pese a la buena voluntad de los administradores, no obstante, la crisis del ISS, la entidad más grande del
sistema, no será fácil de aliviar. "Cuando el Seguro Social estornuda todo el sector se resiente", reconoce
Arias, pero considera que con un manejo moderno y eficiente esa entidad puede recuperarse financieramente
en unos 10 meses.Y lo mismo piensa el ministro de Salud, Virgilio Galvis, para quien el problema de la salud
no es la falta de dinero sino la mala utilización de los recursos. Aunque el Ministro dijo a SEMANA que el
gobierno deberá destinar 180 millones de dólares para el saneamiento de la red pública de hospitales, advirtió
que lo más urgente es inyectarle a todo el sector una nueva filosofía basada en criterios gerenciales que
hagan más eficiente el manejo de la salud.Salud al azarLas loterías y los juegos de azar fueron creados por
ley con un fin específico: generar recursos para La salud de los colombianos. Sin embargo la
Superintendencia de Salud detectó que varias empresas evaden el pago de gran cantidad de recursos que
deberían estar destinados a muchos centros hospitalarios. La Superintendencia encontró que en 1998 la
lotería La Nueve Millonaria, por problemas financieros, no cumplió con el pago de 18.732 millones de pesos
que estaban destinados para la salud de los nueve departamentos de los antiguos territorios nacionales, los
más pobres del país. Para la entidad de control causó sorpresa que, aunque no hizo transferencias a los
departamentos como lo debía hacer por ley, La Nueve Millonaria gastó 4.451 millones de pesos en publicidad
y 974 millones de pesos en la compra de vehículos, adquisición de artículos deportivos y electrodomésticos.
Una situación similar se presentó en la lotería Lotto Lotín, que según la Superintendencia solo transfirió 961
millones de pesos al sector de la salud, pero en cambio gastó 4.576 millones de pesos en publicidad y 4.667
millones de pesos en inversión tecnológica.Transfusión urgenteLas loterías y los juegos de azar fueron
creados por ley con un fin específico: generar recursos para la salud de los colombianos. Sin embargo la
Superintendencia de Salud detectó que varias empresas evaden el pago de gran cantidad de recursos que
deberían estar destinados a muchos centros hospitalarios. La Superintendencia encontró que en 1998 la
lotería La Nueve Millonaria, por problemas financieros, no cumplió con el pago de 18.732 millones de pesos
que estaban destinados para la salud de los nueve departamentos de los antiguos territorios nacionales, los
más pobres del país. Para la entidad de control causó sorpresa que, aunque no hizo transferencias a los
departamentos como lo debía hacer por ley, La Nueve Millonaria gastó 4.451 millones de pesos en publicidad
y 974 millones de pesos en la compra de vehículos, adquisición de artículos deportivos y electrodomésticos.
Una situación similar se presentó en la lotería Lotto Lotín, que según la Superintendencia solo transfirió 961
millones de pesos al sector de la salud, pero en cambio gastó 4.576 millones de pesos en publicidad y 4.667
millones de pesos en inversión tecnológica.Hospitales y médicos en el quirófanoAparte de la situación de
iliquidez, algunos expertos señalan varios problemas internos de las entidades que podrían provocar el cierre
de los hospitales: altos costos laborales, desequilibrios financieros, ineptitud administrativa, falta de control e
información, los cuales se han producido en parte porque no estaban preparadas para los nuevos retos que
introdujo la Ley 100. Según el Ministerio de Salud, los hospitales gastan en promedio el 65 por ciento de su
presupuesto para pagar salarios, lo cual origina una carga prestacional demasiado alta. Por otra parte, la Ley
100 puso a los médicos en medio de un gran dilema: la ética hipocrática _cuyo objetivo es el servicio al
paciente_ y la ética corporativa _fundamentada sobre la idea de la productividad económica_. El sistema
de seguridad social ocasionó que los médicos perdieran su autonomía profesional e hizo que tuvieran que
atender a cuatro pacientes en el tiempo que antes les tomaba examinar a uno. Esto ha hecho que ellos
tengan que ordenar muchos exámenes a sus pacientes con el fin de compensar el tiempo que les falta para
realizar diagnósticos adecuados. De esa forma se ha desmejorado la calidad del servicio y han aumentado los
costos de la salud. Los salarios de los médicos se redujeron de manera significativa y la relación entre
médico y paciente prácticamente desapareció. Para Juan José Navia, director científico de la Clínica
Shaio, "el problema ha desmotivado a los médicos y esto podría hacer que se pierda su filosofía de
servicio".Otro dolor de cabezaVarios especialistas del sector señalan que las Empresas Promotoras de
Salud, EPS, y las Administradoras del Régimen Subsidiado, ARS, también se han convertido en un dolor de
cabeza para el sistema de salud. Algunas de ellas no solo no están pagando oportunamente sus obligaciones
a los centros médicos, sino que han ejercido una manipulación arbitraria de todo el sistema. Los hospitales
se quejan de la manera como fijan los costos de los tratamientos y los honorarios de los médicos y los
usuarios protestan porque muchas de las entidades no permiten la libre elección ni del hospital ni del
especialista que los deben atender. Por otra parte, en las enormes y prolongadas deudas que algunas de las
EPS tienen con los hospitales no se están pagando los intereses por mora. Los centros médicos se ven
incapacitados para exigir esa obligación porque las EPS les advierten que de hacerlo podrían perder el
contrato para el año siguiente. Deudas de la saludDeuda total de las Empresas Promotoras de Servicios,
EPS, y de las Administradoras del Régimen Subsidiado, ARS, con los hospitales: 607.000 millones de
pesosDeuda en mora de más de 90 días de las EPS con los hospitales: 284.000 millones de pesosPrincipales
EPS deudoras de los hospitales hasta diciembre de 19981. Instituto de Seguros Sociales (ISS): 98.051
millones de pesos 2. Caprecom: 21.300 millones de pesos3. Unimec: 13.979 millones de pesos4.
Saludcoop: 10.643 millones de pesos