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Estudie seguro

Existen maneras novedosas de garantizar el pago de la educación superior de los hijos, siempre y cuando se planee con anticipación.

16 de septiembre de 2002

Entre los padres de familia se han vuelto muy populares los seguros y los planes de ahorro para garantizar que, pase lo que pase, sus hijos tendrán con qué pagarse la carrera universitaria en un futuro. En el mercado ya hay muchos productos diseñados para darles a los padres la tranquilidad de que, así se quiebren o se mueran cuando sus hijos aún están pequeños, éstos podrán estudiar.

Quizá los más antiguos son los seguros de vida con destinación específica. Es decir, que si el padre de familia que adquiere el producto llega a fallecer, o a quedar incapacitado en forma permanente para trabajar, la compañía de seguros paga los estudios secundarios o universitarios de los hijos cobijados por la póliza. El valor de las primas depende, como siempre, del valor asegurado, que en este caso es el costo de las matrículas, Y, naturalmente, de las edades de los padres y los hijos.

Estos seguros se pueden complementar con otros productos más novedosos. Por ejemplo, hoy en día un padre de familia con un hijo recién nacido puede pagar una suma que oscila entre 15 millones y 18 millones de pesos y tener la garantía de que, dentro de 18 años, éste tendrá su matrícula pagada durante 10 semestres en la universidad que quiera en el país. Si el hijo tiene 14 años, que suele ser la edad límite para entrar en este tipo de planes, la suma por pagar oscila entre 23 millones y 29 millones de pesos y tendrá la educación superior asegurada.

Así funcionan los planes que ofrecen, por ejemplo, las compañías de seguros Royal & Sun Alliance, Colpatria o Mapfre. También se ofrecen productos en dólares para quienes quieren asegurar los estudios de sus hijos en el exterior, como es el caso de la firma internacional Global Education. A diferencia de los seguros puros, que sólo pagan los estudios si los padres mueren o quedan incapacitados, con estos planes se asegura el pago de los estudios universitarios de los hijos aun si los padres continúan laboralmente activos.

Lo que hace la compañía es recibir el capital que aporta el cliente con muchos años de anticipación y ponerlo a rentar hasta acumular una suma que alcance para pagar las matrículas en un futuro, independiente del costo de la universidad (puede ser la más cara o la más barata). ¿Qué pasa si por alguna razón el joven no estudia? Las compañías ofrecen varias alternativas. En algunos casos puede ceder su derecho a un hermano o un beneficiario menor, o también se puede optar por la devolución de la prima pagada, actualizada por la inflación, menos un descuento que oscila entre 20 y 30 por ciento.

De otro lado, también existen los planes de ahorro con destinación específica. En éstos no hay que poner toda la plata de una sola vez. De acuerdo con cálculos de Skandia, con una cuota de 112.000 pesos mensuales se puede acumular, en 15 años, un capital equivalente a 57 millones de pesos de hoy, que es lo que cuesta una carrera en la universidad más cara del país. ¿Qué pasa si el joven decide estudiar en una universidad más barata? La plata sobrante va para el ahorrador, y no para la compañía, como en los otros productos. ¿Qué pasa si los padres mueren antes de tiempo? Se puede adicionar un seguro que pone la diferencia entre lo que alcanzaron a acumular y la meta de ahorro que se habían propuesto. A estos planes se puede tener acceso a través de los fondos de pensiones voluntarias, como es el caso de Skandia, o por medio de compañías de seguros (Suramericana, por ejemplo) o entidades financieras (Fiducolombia, entre otras).

La clave para financiar la educación es, en todo caso, la anticipación. Para ilustrarlo basta un ejemplo: 18 millones de pesos, rentando 6 puntos por encima de la inflación, equivaldrán dentro de 14 años a 41 millones de pesos de hoy, lo cual es suficiente para pagar una matrícula de más de cuatro millones de pesos durante 10 semestres. Para quienes tengan ingresos estables y disciplina de ahorro posiblemente sea más conveniente y rentable acumular el capital de a poquitos, mientras que las personas con entradas de dinero ocasionales posiblemente prefieran salir de eso de una vez.