Especiales Semana

FELIPE: TRIUNFADOR NATO

29 de noviembre de 1982

¿Quién es Felipe González?
¿Cómo es el hombre que en escasos once años logró modernizar el viejo Partido Socialista de Pablo Iglesias hasta convertirlo en la primera opcion electoral de un país como España, aparentemente tan refractario a las ideas del cambio?
Quienes lo oyeron durante esta última campaña electoral, lo describen como un orador inspirado aunque no arrollador, que empieza sus discursos con una nota chistosa del corte de "Apaguen esos focos, que no me he traído la guitarra", y que además de fustigar a la UCD situándola en el mismo carro del ultraderechista Fraga, enfatiza que su programa, en realidad, es hacer que su España, "la de 38 millones de ciudadanos" no tanto "cambie " como que "funcione ".
Sin embargo su tono suele ser en ocasiones sentencioso y enérgico.
Blandiendo el puño para destacar las afirmaciones que considera centrales, arranca ovaciones cuando advierte a los militares: "A los socialistas nos preocupa la defensa de España. Que no puede haber un solo militar que "interprete" la voluntad de nuestro pueblo. ¡Que para éso está nuestro pueblo!". Y con ese ideario, constantemente renovado en frases con las que "contesta" a sus rivales de la campaña electoral, recorrió miles de kilómetros por carretera en un autobús acondicionado donde trabajó sus discursos, durmió y recibió periodistas en un trajín descomunal que ni la más notable figura del rock podría imaginar.
Este hombre, exponente clásico del triunfador nato, tuvo sin embargo un origen bastante modesto. Nació en Sevilla el 5 de marzo de 1942 en la familia del granjero Felipe González y Juana Márquez, y no fue un estudiante excesivamente brillante. Parte de su bachillerato lo cursó en el colegio de los Claretianos hasta cuando, a sus 15 años, los curas le dan la alternativa, al descubrir que tenía una novia, de cambiar de colegio o prepararse para la expulsión, a lo que el muchacho responde matriculándose en otro instituto.
En 1952 su familia tiene que trasladarse del barrio Heliópolis, que empezaba a ser una zona residencial, al barrio obrero de Bellavista, llamado igualmente "Barriada obrera" .
En 1959, después de perder el año de preparación a una carrera científica, se inscribe en la universidad de letras de Sevilla, donde el medio universitario lo lleva a una "crisis de conciencia religiosa", que le deja las primeras inquietudes de tipo político, que le permiten más tarde articularse a actividades de la Juventud Socialista, que habían sido reorganizadas en 1962 por Alfonso Guerra, Luis Yáñez, Alfonso Fernández y Guillermo Galeote.
De esos años, hasta su graduación como abogado, en 1965, el hoy dirigente socialista recuerda su participación en las jornadas estudiantiles que pusieron fin al sindicato universitario de la Falange, SEU, los contactos con la mayor parte de las organizaciones que se oponían al franquismo y la desaparición de los ataques de asma que había sufrido desde su infancia.
Su ingreso en el PSOE data de 1964, pero al año siguiente le es ofrecida una beca que lo lleva a estudiar Economía. Allí, con sus 23 años, el contacto con los emigrantes españoles, la escasez de recursos económicos, la confrontación del estado de su país con respecto a los demás países europeos, radicalizan su pensamiento. "Nena, qué decepción de Europa,--le escribe a su novia en 1965--Qué inmensa soledad la de los inmigrantes. Están desamparados, oprimidos, explotados y para colmo odiados como seres inferiores. Montones de bares en Bruselas ponen un cartel diciendo: "Entrada prohibida a los españoles, africanos y latinoamericanos'. Mi decisión se completó aquí.
El camino emprendido he de recorrerlo como sea y pronto ".
ABOGADO LABORISTA
De regreso a su país, Felipe González abre un despacho de asesorías jurídicas con Rafael Escuredo, Ana Maria Ruiz y Antonio Gutiérrez Castaño, hoy líderes y diputados del PSOE. En su labor en pro de los trabajadores, los jóvenes abogados introducen una práctica jurídica "revolucionaria" en la España franquista: en adelante, la empresa que despide debe probar la culpa del obrero y éste puede valerse del testimonio de sus compañeros de trabajo. Las actividades del bufete, que coinciden con su matrimonio con Carmen Romero, también militante del PSOE, le permiten hacerse conocer en el medio laboral iniciando así, de manera clandestina, la reorganización del PSOE en Andalucía y la implantación de ese partido en el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT).
Por sus actividades, Felipe es entonces elegido delegado al Comité Nacional efectuado en Bayona en 1969, dándose cuenta gracias a ese evento del desfase que existía entre los dirigentes exiliados del partido y las necesidades y posibilidades del partido en España. Al año siguiente, en el XXIV congreso, realizado en Toulouse, Francia, declara: "Nosotros no hemos impuesto los Pirineos. Nosotros no quitamos la libertad a nadie para que saltando estos Pirineos ejerza la política del otro lado que es donde hay que ejercerla".
A partir de ese momento, el líder sevillano se dedica en la clandestinidad a la reorganización nacional del PSOE, en compañía de su esposa y de Pablo Castellanos, Enrique Mujica, Nicolás Redondo, Luis Yáñez, Guillermo Galeote y Gómez Llorente, grupo que compartirá la dirección ejecutiva del partido en compañía de una parte de los dirigentes exiliados entre los que no se encuentra el líder histórico, Rodolfo Llopis.
Esta lenta pero segura ascensión del grupo sevillano culminará en Suresnes, Francia, el 13 de octubre de 1974 cuando Felipe González es elegido secretario general del PSOE.
La nueva dirección traza una estrategia política basada en el fortalecimiento del partido, la conquista de parcelas de libertad, mediante la presión moderada y la negociación, la unión de todas las fuerzas democráticas contra la dictadura de Franco y, en fin, la concientización de la mayor parte de ciudadanos para movilizarlos "en la búsqueda de la alternancia política".
La Internacional Socialista, después de vacilar mucho en otorgar su reconocimiento al nuevo partido, a cambio de continuar con sus relaciones con los dirigentes tradicionales, opta finalmente por el equipo de González.
Este apoyo internacional, sumado a la muerte de Franco y a la voluntad de apertura democrática de las masas españolas, favorece la celebración en Madrid del XXVII congreso del PSOE, en julio de 1976, bajo la vigilancia discreta de la policía. Ocho meses más tarde, el partido es legalizado, momento a partir del cual el secretario general, que funcionaba bajo el alias de "Isidoro", se convierte en Felipe González para la prensa, y en "Felipillo" para las masas que empiezan a seguirlo. ¿Sus armas para tal éxito? Unos dicen que su honestidad, otros insisten que es su buen parecer, a pesar de que su madre dijo alguna vez: "Pero si es el más feo de mis chicos" .
"NO SOY MARXISTA"
La sencillez del joven dirigente, su carisma y su salero andaluz favorecen la implantación del partido en todas las capas sociales. Por otra parte, su honestidad, reconocida incluso por sus contrincantes, es su principal aval político. Por esto González renuncia varias veces a su cargo. En 1976 por estar en desacuerdo con la línea política del periódico "El Socialista" y en 1979 cuando propuso al congreso suprimir la referencia ideológica al marxismo, petición que fue aceptada sólo seis meses más tarde, en un congreso extraordinario que lo confirmó en su puesto de secretario general. "A pesar de mi absoluto respeto por la obra de Marx y por su contribución a la lucha de la clase obrera, no creo que pueda llamarme marxista ", declaró. "Pienso que hay muchas cosas valiosas en Marx. Lo que no creo es que él haya creado un dogma, que uno cite en tanto que lo citado es verdad solo porque Marx lo dijo ".
En ese congreso el líder del PSOE resumió su pensamiento político así: "A una concepción federal del Estado corresponde un partido federal. A una concepción clasista de la sociedad corresponde un partido que responda a los intereses básicos de las clases oprimidas que representa. A una concepción democrática y pluralista de la sociedad corresponde un partido que acepta diferentes concepciones en la construcción de la alternativa socialista. A un partido que cree en la libertad de los hombres y de las colectividades corresponde el lema que preside y anima nuestro congreso: socialismo es libertad ".
El líder español también es vicepresidente de la Internacional Socialista y tiene muy buenas relaciones con América Latina. Su amigo Fidel Castro le envía frencuentemente los famosos cigarros Cohibas y los sandinistas en Nicaragua lo reciben efusivamente siempre que los visita. Como abogado ha atendido varios casos de derechos humanos en Chile, donde la legislación permite tal cosa a los nacionales españoles. A Colombia Felipe González ha venido en varias ocasiones, la primera en 1978, luego en 1980, invitado por Alberto Santofimio y este año para asistir a la posesión del presidente Belisario Betancur. Esta actitud del dirigente socialista corresponde a su criterio de que España debe ser más independiente de la OTAN y de Occidente y más amiga de Latinoamérica y el Tercer Mundo.