Especiales Semana

Francisco De Paula Santander

13 de julio de 2010

El 20 de julio de 1810, el estudiante Francisco de Paula Santander se encontraba en la casa de un criollo santafereño cuando llegó el rumor. En la Plaza Mayor de Santafe el pueblo se levantaba contra la autoridad española. A partir de ese momento, la vida del joven cambió para siempre, porque de inmediato se unió a los revoltosos. Había nacido el 2 de abril de 1792 en la Villa del Rosario de Cúcuta y tenía escasos 18 años cuando se vinculó a la causa independentista. Al comenzar la reconquista española, desde 1816 se encargó de organizar la resistencia en los Llanos Orientales, que fue el comienzo de la campaña que concluyó en 1819 con el paso por el páramo de Pisba los Andes y el triunfo decisivo en la batalla de Boyacá.

Más allá de su destacada historia como militar de la guerra de independencia, la importancia histórica de Santander reside en su obra como estadista. Primero, como vicepresidente de Cundinamarca, como se denominó a la Nueva Granada durante el período hoy conocido como la Gran Colombia. Y luego de toda la república, luego de ser aprobada la Constitución de Cúcuta.

Caracterizado por su civilismo, pronto entró en conflicto con los militares venezolanos que acompañaban a Bolívar, y luego fue acusado de participar en la conspiración septembrina de 1828, que atentó contra el Libertador. Perdonado por éste, salió al exilio en Europa hasta 1832, cuando regresó a ocupar la Presidencia, primero de manera interina, y luego, por elección, desde 1833 hasta 1837.

A Santander se atribuye la creación del orden legal necesario para hacer viable a la República. Por eso, su pensamiento quedó recogido en la frase: “Colombianos, las armas os han dado la independencia, las leyes os darán la libertad”. Y su pensamiento civilista quedó consignado en la frase siguiente: “La espada de los libertadores tiene que estar, de ahora en adelante, sometida a las leyes de la República”.

Santander construyó el primer sistema de educación pública que existió en Colombia, al impulsar la creación de escuelas, colegios y universidades en los que se impartía una educación laica orientada por una filosofía liberal. Murió en Bogotá el 6 de mayo de 1840 y es considerado el fundador del Partido Liberal.