Especiales Semana

LA PRIMERA MADRE

María Cristina Arango de Pastrana es la única mujer en Colombia que es hija de candidato, esposa de presidente y madre de presidente.

7 de septiembre de 1998

El viernes pasado María Cristina Arango de Pastrana adquirió una majestad que no había logrado ninguna mujer en el país y que difícilmente otra colombiana pueda volver a repetir: convertirse en madre del Presidente de la República en calidad de ex primera dama. Pero si a esta experiencia insólita se añade el hecho de que además su padre, Carlos Arango Vélez, fue candidato presidencial, su condición adquiere ribetes más que excepcionales. En Colombia el caso más aproximado es el de María Michelsen, quien ostentó el cargo de primera dama cuando su esposo, Alfonso López Pumarejo, ocupó la Presidencia, pero murió antes de ver posesionado a su hijo, Alfonso López Michelsen. En el mundo quizás el único caso que la supera en la actualidad es el de la reina Sofía, de España, quien es hija de rey, hermana de rey, esposa de rey y será madre de rey.
Semejante privilegio, sin embargo, contrasta con la absoluta discreción con la que ha transcurrido su vida. Alejada de los micrófonos y las cámaras, apartada de los titulares de prensa, María Cristina de Pastrana ha evitado a toda costa hacer cualquier publicidad de su nombre, un rasgo de su personalidad que incluso logró mantener cuando fue primera dama. Ni siquiera entonces fue posible que concediera una entrevista en Colombia o en el exterior. Y así se ha mantenido los últimos 24 años. Es una mujer culta y preparada, amante de la historia y el arte antiguo que domina igual de bien el inglés, el francés y el italiano y de vez en cuando opina de política en privado aunque haya decidido no practicarla nunca. Al mismo tiempo es una entusiasta jugadora de bridge y quienes la conocen aseguran que se sabe de memoria hasta las normas más insignificantes del protocolo y la etiqueta. Quizás por eso mismo también se cuida de mantener una apariencia a toda prueba.
A pesar de ser esposa y madre de conservadores, María Cristina no ha perdido la estirpe liberal heredada de su padre. Tanto que la última vez que participó en una manifestación pública lo hizo en favor de Andrés pero en calidad de liberal, cuando un grupo de disidentes del partido resolvió respaldar al candidato de la Nueva Alianza para el Cambio en oposición a Horacio Serpa. Un gesto que, entre otras cosas, habla de la templanza con la que motivó a su hijo en el camino hacia la silla presidencial.