La ruta del café

Despues de Cartagena el Eje Cafetero fue el destino más visitado por los colombianos en 2001. Su excelente ubicación, a tan sólo tres horas por tierra de Bogotá, Medellín y Cali, además de sus grandes atracciones como haciendas cafeteras, recursos naturales, parques temáticos y la seguridad en sus carreteras,

brindan la mejor alternativa para disfrutar un placer olvidado en Colombia: el turismo. El Eje Cafetero tiene planes para todos los gustos: en sus ríos, los amantes de los deportes extremos practican el canotaje y el balsaje; en los parques temáticos como el del Café y Panaca el turista se divierte y aprende sobre el campo colombiano; en las aguas termales se recargan las energías del cuerpo o si prefiere la cultura puede asistir al Festival Iberoamericano de Teatro. Por todo esto y mucho más el Eje Cafetero es, kilómetro a kilómetro, la oferta más variada y completa para el visitante.

A la par con el nacimiento y consolidación de la vocación turística en esta región, silenciosamente sus habitantes han trabajado con la dedicación y pujanza que los caracteriza en la recuperación de las ciudades afectadas por el terremoto, la crisis del café y el desempleo. Para ello, el Eje Cafetero cuenta con dos macroproyectos que jalonarán la economía regional: el túnel de La Línea y la autopista del Café que gracias a la llamada Ley Quimbaya esperan atraer mayores inversiones a la región.

Pero volviendo al turismo, hay que decir que se ha convertido en una punta de lanza en la que tres despartamentos tienen puestas grandes expectativas. Finalmente, se trata de una tierra fértil, llena de haciendas, de historias de rejoneo, de mulas y empresarios en la que se forjó gran parte de la Colombia de hoy.

El reto para el Eje Cafetero es entonces proyectarse como una tierra que a pesar de las dificultades, no renuncia a su grandeza y tiene en su gente, sus parajes y municipios, un futuro promisorio. SEMANA recorrió sus rincones y hoy presenta una guía con lo mejor de la oferta turística.