Especiales Semana

LAS 100 EMPRESAS MAS GRANDES DE COLOMBIA

22 de junio de 1987

LO QUE VIENE
Toda esa mejoría experimentada en 1986 ha servido para mantener vivas las esperanzas sobre 1987 y los demás años que restan de esta década. Lamentablemente las noticias no parecen ser las mejores. Aunque la economía colombiana muestra signos de relativa solidez y se encuentra dentro de un nivel de privilegio dentro del contexto latinoamericano, los diversos análisis muestran que lo que se ha conseguido no es suficiente.
Aun teniendo en cuenta los buenos resultados de 1986, los estudios hechos indican que la producción global del pais "era tan solo un 86% de la que se hubiera logrado de haberse mantenido el crecimiento regular de la economía desde 1979". Según Fedesarrollo, para eliminar esa brecha, "en un término relativamente amplio de diez años, sería necesario sostener un ritmo de crecimiento anual del orden del 6.6%", cifra muy superior al 5.3% obtenido en 1986. Peor todavía, es el hecho de que la brecha, lejos de disminuir, debe seguir aumentando. Aun los pronósticos más optimistas indican que en 1987 la economía colombiana crecerá cerca de un 4°% y los años siguientes presentan además serios interrogantes.

LA SUERTE DE LAS 100
Tales circunstancias son definitivas para el comportamiento de las 100 empresas más grandes del país. Por ahora, todavía, no ha llegado el tiempo de las preocupaciones. Las cifras del primer trimestre del año fueron tan buenas como las de 1986 para prácticamente todas las empresas, con las debidas excepciones del caso (Samper, Fondo del Café, Cementos Río Claro, etc.). No obstante, queda la duda del tiempo que va a durar el impulso de la bonanza. Los estimativos hablan de que la situación se podrá sostener por varios meses mas, antes de que la economia empiece a requerir combustible, para mantenerla andando.
Sin embargo, a pesar de que no se requiera, desde ya es necesario ir pensando en el carburante. En primer lugar se ha hablado de la necesidad de que el Estado intensifique su ritmo de gastos. Por ahora se sabe que con los planes sobre erradicación de la pobreza absoluta habrá dinero para una serie dé obras y actividades. No obstante, es probable que la cantidad requerida sea todavía mayor. Aunque en el seno del gobierno hay gente que opina que eso es posible, se tiene la impresión de que en el Ministerio de Hacienda y en Planeación Nacional se considera indispénsable mantener la salud de las finanzas públicas, así eso implique no aúmentar los gastos del sector público.
Adicionalmente, varios expertos han sugerido que es necesario volver a tratar el tema de las tasas de interés.
A pesar de que, en términos generales, se mantienen todavía las condiciones que imperaron en el mercado del crédito en 1986, se cree que este nivel es todavía demasiado alto para permitir que aumente la actividad productiva. En Colombia, la tasa de interés cobrada en el mercado institucional está en cercanías del 42% anual efectivo, cifra que está más de 20 puntos por encima del índice de inflación.
Semejante nivel de lo que los economistas llaman "el interés real", no contribuye en nada a crear un buen clima de negocios. En contraste, se estima que en Estados Unidos la tasa real esta en niveles cercanos al 5% anual.
Sobre este tema, Fedesarrollo ha propuesto que se vuelvan a imponer controles administrativos a las tasas de interés, de manera que el costo máximo del dinero sea del 38.1% anual efectivo, tres puntos menos que cuando se reglamentaron en 1986. Si esto se cumple, se asume que los recursos liberados mejorarian sustancialmente la situación de las empresas al igual que estimularian la inversión productiva. Adicionalmente, se considera que con menores tasas de interés se podria ayudar a solucionar el problema de la cartera de dudoso recaudo del sector financiero. Aunque en estos casos siempre se corre el peligro de que la baja en las tasas de interés estimule la fuga de capitales, ya que podría haber inversionistas interesados en colocar su dinero en el exterior, los estudios sugieren que se puede correr el riesgo.
Estas y otras posibles decisiones son las que le van a labrar el camino a las 100 empresas en los meses por venir. Durante los últimos 36 meses, y para utilizar un término ciclístico, el terrerio ha sido llano en su mayoría.
La incógnita radica en saber la topografía que se va a presentar en el futuro. Si la economía empieza a mostrar problemas, es indudable que para las 100 empresas el terreno será de cuesta. De como se comporten las empresas en él dependerán otras variables como el empleo y el mismo bienestar de buena parte de la población colombiana. Aunque nadie niega que el país atraviesa una grave crisis social, tampoco se discute el hecho de que si a la economía y a las empresas les va mal, las cosas seguirán empeorando.
Por ahora, e independientemente de las cifras, la pregunta es la de si el aparato productivo está mejor preparado para afrontar una eventual recesión de la economía. Aunque obviamente todo depende del tamaño de la recesión, la mayoría de los expertos se inclinan a decir que sí. Costosa como fue, se tiene la impresión de que los empresarios colombianos aprovecharon la experiencia de las vacas flacas de comienzos de la década.
Con esa certeza es un consuelo saber que si bien es dudoso que los buenos resultados de 1986 se repitan, tampoco es muy probable que la crisis vuelva a ser del tamaño que fue. Hasta el momento, se sabe que en 1987 todavía se síente el impulso del año pasado. Para 1988 la esperanza consiste en que,así la economía no esté boyante, el sector productivo esté lo suficientemente fuerte para aguantar una enfermedad sin tener que volver a quedar postrado en la cama.
LAS QUE ENTRARON
Siempre que se hace una selección sobre las empresas más grandes de Colombia, es necesario tomar una decisión sobre lo que entra y lo que sale. En primer lugar, hay que trazar una línea entre sector privado y sector público. La importancia de estos últimos organismos dentro de la vida nacional es tanta que de incluirse las electrificadoras, las empresas de acueducto y alcantarillado, las de teléfonos y telecomunicaciones, así como otros organismos de servicio público, la lista resultante habría sido muy diferente de la aquí presentada, en detrimento de las empresas del sector privado. Por lo tanto, y como es tradicional en la selección hecha por SEMANA, en esta oportunidad se excluyeron deliberadamente las empresas de servicios públicos, con la única excepción de Interconexión Elétrica S.A., ISA, cuyo rol dentro el sector eléctrico escapa un poco a esa categorización.
Por otra parte, es necesario resaltar que algunas empresas se abstuvieron de facilitar la información, motivo por el cual no aparecen en la muestra. Entre estas es necesario destacar a Occidental de Colombia y Compañía Shell de Colombia, propietaria cada una de un 25% de los ricos pozos petroleros de Cravo Norte, en Arauca. Así mismo, hay que notar la ausencia de Texaco, distribuidora de combustibles, debido a que--al igual que en los dos casos anteriores--la compañía alegó que la publicación de sus cifras comprometía la seguridad de sus ejecutivos. El "rosario" de atentados y ataques de todo tipo sufridos por las compañías petroleras durante 1986, se constituye en el principal argumento de aquellos que se niegan sistemáticamente a suministrar información.
Un hecho de origen diferente impidió la aparicion de firmas constructoras. Las dificultades económicas conocidas de varias de las firmas de ingenieros más grandes del país, así como el hecho de que la reforma tributaria puso en duda el tratamiento contable que se le venía dando a las operaciones de los consorcios constructores, hizo que varias empresas de este tipo todavía no tengan balance a 31 de diciembre de 1986.
Finalmente, hay que anotar que en el caso del Fondo Nacional del Café se tomaron tan solo las cifras de balance y patrimonio correspondientes al año cafetero de 1986. Aunque tanto las ventas como las utilidades superaron con creces las de 1985, la imposibilidad de obtener una cifra oficial llevó a que estas aparezcan en esta oportunidad bajo el rótulo del "no disponible".
Una vez más, dentro del grupo de las cien empresas hubo uno que "brilló" por su ausencia. Se trata, nada menos, de las empresas de PostoLux, el emporio de bebidas gaseosas que compite con Coca-Cola. A pesar de que otras empresas de la organización Ardila Lulle aparecen en la lista, las bebidas permanecen por fuera debido a que cada marca en particular pertenece a una compañía diferente que, considerada individualmente, no posee los activos suficientes para entrar dentro de las 100 empresas.
Por lo tanto, a continuación se presentan los resultados de las empresas que conforman "el equipo Postobón". Es importante anotar que en el caso de Servicios e Inversiones, así como en el de Inversiones Carbe, -consideradas como empresas financieras--los ingresos recibidos durante 1986 no corresponden necesariamente a actividades derivadas del negocio de las gaseosas.