Especiales Semana

Las primeras...

Algunas mujeres, oponiéndose a las corrientes machistas de la época, decidieron cumplir sus sueños y participar en distintos sectores de la sociedad. A continuación algunas de ellas.

Carlos Vallejo*
3 de diciembre de 2005

PRESIDENTA DEL SENADO Triunfo contundente En los días previos se especulaba que la votación estaría reñida. Pero el 20 de julio de 2005 a las 6 de la tarde, Claudia Blum de Barbieri, una caleña que después de estudiar sicología y especializarse en ciencias políticas se dedicó a la vida pública, empezando como concejal de Cali, fue elegida como presidenta del Congreso de la República con 83 votos a favor y siete en blanco, que indicaron el apoyo de todas las bancadas. Eso lo sabía su máximo contendor, el antioqueño Luis Guillermo Vélez, cuando tres horas antes desistió de seguir en la contienda. Y así, después de 14 años en el Legislativo, y de manera tan contundente, Claudia Blum de Barbieri se convirtió en la primera mujer en la historia en ocupar el cargo que ostenta en el presente. PRESIDENTA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL Igualmente calificada La presidencia de la Corte Constitucional tuvo el 30 de septiembre de 2003, por primera vez en su historia, nombre de mujer. Clara Inés Vargas, abogada de la Universidad Nacional y calificada por sus compañeros magistrados como una mujer de línea dura, empezó su gestión diciendo que la tutela se debería ampliar para que cobijara otros derechos que no contemplaba entonces. Su gestión, que terminaría el 9 de agosto de 2004, se distinguió por la reorganización de algunas dependencias para un mejor funcionamiento. Es la única mujer de la entidad y pertenece a la Asociación Mundial de Mujeres Juezas y a la Asociación de Magistradas de Altas Cortes de América Latina y el Caribe. Hoy ocupa el ciento por ciento de su tiempo en la Corte y recuerda que cuando ocupó la presidencia, le tomaba más o menos, el 500 por ciento de su tiempo. UNIVERSITARIA Y MÉDICA Adelantada a su época Era la época en que las mujeres no podían estudiar carreras profesionales en el país. Pero Ana Galvis Holtz, pasando por encima de ese impedimento, decidió ingresar a la facultad de medicina de la Universidad de Berna, en Suiza, que le otorgaría el título de doctora en medicina el 26 de junio de 1877 y la convertiría no sólo en la primera doctora en medicina de la historia del país sino también en la primera profesional. Nacida en 1855 en el hogar formado por el doctor Nicanor Galvis y la suiza Sofía Holtz fue, después de otras 19 mujeres, la primera de la historia de la institución en graduarse con la máxima calificación y se convirtió en una reconocida ginecóloga. LLEGÓ A LA PASARELA DE MILÁN Alta costura Silvia Tcherassi es, a juicio de los entendidos en la materia, la latinoamericana más reconocida entre las nuevas generaciones de diseñadores. Las creaciones de esta barranquillera, que llegó al mundo de la moda después de dedicarse al diseño de interiores, incluyen alta costura, prêt à porter, trajes de novia y accesorios. Durante los últimos años, sus creaciones se han presentado en pasarelas tan importantes como las de Nueva York, París, México D. F., Poznan, Praga, Miami, Düsseldorf y, sin duda la más importante, Milán. Su éxito es tal, que tiene cinco boutiques propias en Colombia, una en Miami y varias en importantes almacenes en Latinoamérica, Europa, Asia y Estados Unidos. CON CÉDULA 0001 Sólo en 1954, gracias al acto legislativo No. 3 del mismo año y después de agitados debates en todas las esferas, se proclamó que las mujeres podían ejercer el derecho de elegir y ser elegidas, y a tener, para ello, el mismo sistema de identificación que tenían los hombres. La primera cédula femenina se expidió el 25 de mayo de 1956 a doña Carola Correa de Rojas Pinilla, esposa del entonces Presidente de la República, general Gustavo Rojas Pinilla, con el número 20.000.001. La mujer podría votar por primera vez en el plebiscito del primero de diciembre de 1957, que supuso el final del Frente Nacional, pero no se sabe con seguridad quién fue la primera en hacerlo. EN UNA UNIVERSIDAD COLOMBIANA Ingreso aprobado En 1934 se presentó al Congreso de la República un proyecto de ley para que las mujeres ingresaran a la universidad en igualdad de condiciones que los hombres. En medio de la polémica, que se suscitaba siempre que se reclamaban igualdades para ellas, el proyecto fue aprobado. Y en 1935 la facultad de medicina de la Universidad Nacional recibió a la primera estudiante universitaria de la historia del país: la colombiana descendiente de alemanes Gerda Westendorp. Sin embargo, ella se retiró de esa carrera, se graduó de idiomas y, años después, fundó el curso de alemán y el centro de idiomas de la Universidad Nacional, estudió latín, filosofía e historia en el Instituto Goethe de Alemania y fue profesora de universidades como la Javeriana y la Santo Tomás. EN GRADUARSE COMO UNIVERSITARIAS EN COLOMBIA Las primeras cuatro El cura Manuel José Sierra, rector de la Universidad de Antioquia, recibió en 1932 a la que se convertiría en la primera promoción de universitarias en la historia del país. En 1937, Rosa María Navarro, Amanda Güendica, Berta Restrepo y Mariana Arango se graduaron como odontólogas. Se dice que esta última fue la primera porque su padre, un personaje importante de la región, habría hecho el arreglo para que su diploma se entregara tres días antes que los demás. Entre Mariana y su compañera Amanda Güendica fundaron el primer consultorio odontológico femenino que, ubicado al frente de la Catedral Metropolitana de Medellín, en la esquina de la calle Caracas con Palacé, era ideal para escuchar los sermones de los curas por su supuesto atrevimiento. ABOGADA Y JUEZ Señora ley En 1937, el rector de la Universidad Externado, Ricardo Hinestroza, aceptó a Rosa Rojas Castro en la facultad de derecho de la institución, aclarando que no respondía por el comportamiento de los muchachos. Pero todos en la universidad la respetaron por la dedicación y la entrega que la harían convertirse, en 1942, en la primera abogada de la historia del país y, un año después, tras superar el obstáculo de una demanda bajo el argumento de que si la mujer no podía elegir tampoco podía ser elegida, en la primera jueza. Los abogados de Rosita, sus profesores, ganaron el pleito al Consejo de Estado y ella pudo ocupar el despacho 109 del Palacio de Justicia y desempeñarse con plena libertad en su profesión hasta cuando murió, a los 40 años, por una encefalitis aguda. VETERINARIA El amor después de la vocación Cuando tenía 8 años, su papá la llevaba a los potreros de sus haciendas de Viracachá, Boyacá, a presenciar las faenas de los vaqueros. Pero Lilly Plazas Morales se interesaba más en la forma como los campesinos curaban los animales enfermos, que en esto. Y muchos años después, en 1950, ese interés la convertiría en la primera doctora en veterinaria de la historia del país. El 9 de diciembre de ese año, próxima a viajar a Estados Unidos a especializarse, dijo a SEMANA que "sólo después de hacer esto pensaré en la posibilidad de tener novio. Primero la vocación y después el amor". MAGISTRADA La ley feminista A finales de mayo de 1959, el Consejo de Estado aceptó las renuncias irrevocables de tres magistrados del Tribunal de Cundinamarca y llamó, entre quienes estaban destinados a ocupar las sillas vacías, a la abogada Fabiola Aguirre de Jaramillo. Ella se había graduado de derecho de la Universidad Externado y era la esposa del entonces exministro de Trabajo Delio Jaramillo. Uno de sus principales propósitos al entrar a la magistratura, como lo declaró a SEMANA el 3 de junio de 1960, era convertir en feministas a los magistrados que aún no lo fueran. SERVIdora SOCIAL Ayuda desinteresada En 1936, María Carulla, una joven colombiana descendiente de familia española que había ido a Barcelona a estudiar servicio social, consciente de la necesidad que tenía su país en esa materia, fundó en la Universidad del Rosario de Bogotá, la que habría de convertirse en la primera escuela de servicio social, llamada luego trabajo social. La premisa era que las mujeres de clase social elevada que pudieran trabajar desinteresadamente y tuvieran cómo pagar sus estudios, se unieran para buscar las maneras de ayudar a los hogares pobres. Muchas mujeres de la época, gracias a este proyecto, iniciaron estudios de servicio social en las universidades y contribuyeron a que la mujer se ganara un lugar en la sociedad. PRESIDENTA DE LA CÁMARA Segunda pero primera Nacida en 1969 en Lorica, Córdoba, Zulema Jattin, comunicadora social de la Universidad Complutense de Madrid, se convirtió el 20 de julio de 2004 en la primera mujer en la historia de Colombia en ser presidenta de la Cámara de Representantes en votación plenaria de la corporación. Porque otra mujer, por otras circunstancias y no por elección, había desempeñado el cargo: la liberal uribista Nancy Patricia Gutiérrez tuvo que encargarse en el primer semestre de 1999, cuando Armando Pomárico, quien oficiaba como presidente, fue encarcelado por un caso de corrupción. Jattin, que desde el inicio de su gestión se comprometió a combatir la pobreza y reivindicar a la mujer en la búsqueda de oportunidades para desempeñar altos cargos en la vida pública, culminaría en el cargo el 20 julio de 2005. REINA NACIONAL DE LA BELLEZA. Trece años de reinado La ganadora del primer Reinado Nacional de la Belleza, celebrado el 12 de noviembre de 1934, después de que tuvo que ser aplazado el año anterior por la guerra con Perú, fue la cartagenera Yolanda Emiliani Román. Ella acababa de llegar de París y, al día por ello en la moda europea, tomó la ventaja sobre sus rivales rápidamente. Pero tendrían que pasar 13 años para que se conociera el nombre de la segunda en lucir la preciada corona. La Segunda Guerra Mundial y una serie de conflictos internos en el país hicieron que pasara todo ese tiempo para celebrar la segunda edición del concurso en 1947. EN OLIMPÍADAS. Dorada y precoz Olga Lucía de Angulo, con apenas 12 años, estaba lista para competir en los 400 metros libres en los Juegos Olímpicos de México en 1968. Y apenas lo hizo, sin importar que no ganó, pasó a la historia como la primera colombiana que compitió en los Juegos Olímpicos de la nueva era y, además, como la competidora más joven de la historia. Después de eso, esta nadadora caleña nacida en 1956 y recordada por su disciplina, tendría una envidiable carrera que incluye 10 medallas de oro en los Juegos Bolivarianos de 1970, en Maracaibo, ocho en los Juegos Nacionales del mismo año y una medalla de bronce al año siguiente en los Juegos Panamericanos de Cali. Actualmente vive en Canadá. ÁRBITRO DE FÚTBOL Que empiece el partido El 8 de agosto de 1999 en Bucaramanga, a punto de iniciarse el partido de fútbol entre el equipo local y el Deportes Quindío, un hecho singular llamaba la atención: en la mitad de la cancha se encontraba, dispuesta a dar el pitazo inicial, la primera mujer en ser árbitro de un partido de la primera división del fútbol nacional. Y, desde entonces, Martha Liliana Toro no ha parado de ejercer esta pasión, que alterna con su profesión de docente de educación física en el Colegio Nacional Loperena, de Valledupar. Hoy, a sus 36 años y después de seis dirigiendo, se indigna cuando algunos comentaristas deportivos la mandan a cocinar por algún error cometido. Y recuerda que el día de su debut sintió la misma ansiedad que siente cada vez que tiene la responsabilidad de impartir justicia en una cancha. Pero también recuerda que, como ese día, eso se va con el pitazo inicial. BOMBERO Fuego contra fuego Miriam Malpica recuerda, cada vez que se mira al espejo y ve su pelo corto, que antes de un incendio que se lo quemó junto a las pestañas y piernas, solía ser mucho más largo. Pero a esta mujer, nacida en 1956 en Bogotá y perteneciente a la primera generación de mujeres que ingresaron en 1975 al Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, nada la llena más de satisfacción que oír un simple gracias tras exponer la vida. Después de hacerlo por 30 años, en los que se desempeñó entre otras cosas como jefe de operaciones del Cuerpo de Bomberos de Bogotá y comandante, se dedica en la actualidad, a sus 49 años, a dirigir la central de comunicaciones del centro. DESNUDa ANTE UN FOTÓGRAFO El lenguaje de la piel Dora Franco jamás pensó que la serie de desnudos que le hizo Hernán Díaz la iba a hacer dejar el país. Eran los finales de los 70 y el fotógrafo la había descubierto en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de los Andes, donde estudiaba, como modelo de desnudos para los estudiantes de pintura. Pero tampoco pensó que en Estados Unidos iba a llegar a la fama tras convertirse en modelo de Salvador Dalí y Andy Warhol y ser fotografiada, entre otros, por Richard Avedon. Se especializó como fotógrafa de modas, lleva viviendo cinco años en España y es actual colaboradora de revistas europeas de gran importancia y prestigio, como Vogue.