Especiales Semana

Mi favorito es Andretti”

Los cambios a fondo en el equipo de Montoya podrían terminar favoreciendo a sus rivales, especialmente a Michael Andretti.

Daniel Proudfoot
17 de abril de 2000

uan Pablo Montoya no se limitó a ganar el Campeonato FedEx de 1999: apabulló a sus colegas de la competencia y asombró a todos los espectadores con el brillo de su técnica, su control del automóvil y su valentía. Este año, sin embargo, el joven piloto de 24 años, oriundo de Bogotá, deberá superar su desempeño para poder mantener su primacía.

Montoya sentirá la presión de tener que ganar a pesar del cambio a los motores Toyota que realizó su equipo. En efecto, Toyota no ha logrado ganar en las cuatro últimas ediciones de la Cart. Pero además tendrá que superar la pérdida de Morris Nunn, su mentor e ingeniero de enorme experiencia que lo acompañaba.

Dario Franchitti, quien empató con el colombiano en puntos pero fue derrotado por haber ganado solamente tres carreras frente a los siete triunfos del campeón, y Paul Tracy —del equipo Kool Green— tendrán la ventaja de correr esta vez con la misma combinación Reynard Honda, con la cual ganó Montoya el año pasado.

Otra media docena de rivales vendrán fortalecidos porque correrán con la última versión de motores Ford-Cosworth. Max Papis y Kenny Brack contarán con un equipo Rahal mejorado; los veteranos de Newman/ Haas, Michael Andretti y Christian Fittipaldi, al igual que Adrián Fernández y Roberto Moreno, del Patrick Racing, dispondrán de motores Ford-Cosworth ZF V-8, los cuales aventajaron a todas las demás máquinas, tanto en potencia como en facilidad de manejo, en las pruebas previas a la temporada.

A la luz de estas nuevas circunstancias ya sería admirable que Montoya terminara entre los tres primeros en el campeonato de este año. Sin embargo sólo el campeonato le resultaría satisfactorio en términos de asegurar su ascenso a la categoría Fórmula 1, especialmente si se tiene en cuenta su encomiable determinación de vencer. Si se le presiona demasiado podrían ocurrir errores similares al choque del año pasado en Australia.

La debilidad que Montoya mostró durante su temporada triunfante fue la incapacidad de asimilar los reveses manteniéndose incólume. Cuando, por ejemplo, él y Nunn no lograron adaptar bien su equipo Reynard para el circuito callejero Molson Indy de Toronto, y ello condujo a su llegada en el octavo puesto, Montoya sufrió un sacudón emocional que generó las condiciones para su choque con Michel Jourdain durante dicha carrera.

En esta ocasión el niño prodigio tendrá que reaccionar con más calma. La experiencia de los altibajos de la última temporada le servirá de ayuda. Si la decisión de Chip Ganassi, dueño del equipo, demuestra estar basada más en la clarividencia que en la preocupación por los resultados financieros y si Toyota resulta ser un motor de primera línea, entonces Montoya volverá a ser el favorito. Su desempeño en las pruebas de Sebring, Florida, fue ciertamente alentador pues fue quien marcó el ritmo y todo su equipo parece estarse amoldando bien a los nuevos chasises Lola.

La predicción es que Andretti y Papis se batirán por el título FedEx y que Andretti triunfará en tanto que Montoya se consagrará como campeón de la clase Toyota.