Especiales Semana

Nuestra Historia es ahora

Bogotá, para toda Colombia.

Por Samuel Moreno Rojas
18 de julio de 2009

Hace 199 años, una tras otra, las provincias del entonces Virreinato de la Nueva Granada proclamaron su independencia y abrieron el camino de construcción de una nación fundada sobre los principios de la justicia y la democracia. Esa aspiración, tremendamente actual, nos ha hecho preguntarnos desde hace ya un tiempo por el sentido de la conmemoración del Bicentenario para la capital de la república.

En el contexto presente, cobra enorme relevancia proponer y reclamar una institucionalidad y una democracia cimentadas en la garantía de los derechos de todas y de todos; en el ejercicio pleno de la ciudadanía y en la construcción colectiva del progreso. En una sociedad que tiende al olvido, recuperar la memoria histórica, su sentido y los valores que originaron nuestra aspiración de pueblo libre en América se convierte en una prioridad para entendernos, para construir identidad, posibilitar el diálogo en la diferencia y hacer el mañana. Con ese norte, emprendemos este proceso de celebración que pretende ir más allá del festejo y superar también los límites de la reflexión académica, para alcanzar la conciencia ciudadana. En efecto, creemos que esta es una oportunidad única para hacer esa reflexión como sociedad, para entender que la nuestra es una historia en construcción y para movilizar el cambio colectivo.

Al primer eje de esa reflexión lo hemos denominado la ciudad de la memoria. Un proceso de participación, ético y estético, para convertir la ciudad en un texto vivo de la historia de los dos últimos siglos. Procuramos que la ciudad reviva su memoria, recupere el sentido de la misma y lo actualice. Por eso, precisamente, ‘El Vuelo de la Libertad’ debe constituir un hito estético y social para traer al presente la figura de los hombres y las mujeres que hicieron posible para los pueblos de América el ideal libertario.

Una segunda dimensión está en el Foro del Bicentenario, a través del cual queremos acometer la tarea de reflexión colectiva y participada en torno a los grandes temas y requerimientos de la sociedad, que pretendemos iniciar al final de este año con el Encuentro de Pensadores en Bogotá, el evento que iniciará este itinerario de análisis, que seguirá con otros temas en los dos próximos años, como el agua, la energía, la pobreza, la violencia, la cultura y la tecnología.

Memoria y pensamiento son dos elementos clave para el siguiente paso, la ciudad del futuro. A través de proyectos sociales, teóricos o estéticos, pretendemos construir una proyección nueva de lo urbano que vincule a la academia, a las instituciones científicas y tecnológicas, a las empresas, a los gestores de las artes y las letras y a toda la comunidad, en el ejercicio colectivo de vislumbrar nuestro porvenir de ciudad.

Finalmente, el Bicente - nario de la Independencia es ocasión para fortalecer nuestra relación con el mundo entero y abrir nuestro horizonte en una mirada global, que nos dé la capacidad de entendernos como una gran ciudad abierta al planeta, no sólo en términos de intercambio económico, sino de diálogo cultural y atracción de conocimiento. Eso es lo que pretende el cuarto eje, que llamamos Colombia en el mundo y el mundo en Colombia.

Este es nuestro propósito al iniciar la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, entendido no como unos cuantos eventos, sino como un proceso ciudadano profundamente pedagógico y realmente prospectivo. Convocar la memoria, repensar el presente, auscultar el futuro y mirar hacia el mundo, en nuestro sentir, significa asumir el reto de construir la ciudad de derechos comprometida con progreso, con la equidad y con la justicia que ha de ser la Bogotá Positiva en que estamos empeñados.