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Posgrados, el paso a seguir

En un mundo en el que el conocimiento avanza a gran velocidad y el mercado laboral es cada vez más competido los posgrados son la mejor alternativa para obtener bases sólidas que garanticen un buen futuro profesional.

30 de marzo de 2003

Antes las abuelas solian decirles a sus nietos: "Todo lo que se aprende es poco para vivir". Hoy, en un mundo cada vez más globalizado, en donde se multiplican las exigencias laborales, el conocimiento avanza día a día a pasos agigantados, tal vez la máxima debería ser: "Todo lo que se sabe es poco para competir". Por eso hoy cada vez son más los profesionales que ven la necesidad de volver a la universidad, más temprano que tarde, pues es claro que los conocimientos adquiridos en un pregrado son insuficientes para enfrentarse con éxito a un duro mercado laboral.

Frente a esta creciente demanda de capacitación y de conocimiento no es extraño ver en los diarios, especialmente los domingos, numerosos avisos que ofrecen cientos de cursos, seminarios, talleres y especializaciones que buscan calmar esa sed de información para no quedarse atrás en el trabajo.

El problema es que frente a esta avalancha de ofertas pocos saben realmente por cuál decidirse (ver artículo Especialización, maestría o doctorado).

Expertos y las universidades más importantes del país coinciden en que la mejor forma de adquirir los conocimientos y las habilidades profundas que sean realmente útiles para el resto de la vida profesional de una persona es a través de un posgrado.

Según la legislación nacional los programas de maestría y doctorado son los grados académicos más altos que ofrece el sistema educativo colombiano.

Consuelo Corredor, vicerrectora académica de la Universidad Nacional, advierte que el mercado laboral exige un nivel de conocimiento mayor, y hoy, difícilmente un pregrado puede darle a una persona la ubicación satisfactoria que cualquier profesional busca en el mercado. Y en la medida en que aumenten los niveles de formación en posgrado se van desvalorizando los títulos de pregrado.

En este momento, según el Icfes, hay 43 doctorados, en su mayoría en ciencias básicas, puras y humanas; 316 maestrías y más de 3.100 especializaciones.

Carlos Angulo Galvis, rector de la Universidad de los Andes, considera que las maestrías son un elemento importante para la formación de una persona que perdura a lo largo de la vida, "no sólo porque adquieren fortalezas y conocimiento al tener que regresar a las aulas, ser evaluados y preparar trabajos de investigación, sino porque una maestría aumenta la capacidad de análisis de las personas, independientemente de lo que estudien, y hace que regresen al trabajo mucho más fortalecidos, laboran más eficientemente, con nuevas habilidades y una enorme capacidad de independencia".

Las maestrías y especializaciones en salud son exigentes en tiempo -duran de uno a dos años y medio- y exigen en su mayoría un trabajo de grado de investigación. Por eso lo que las universidades buscan es aceptar a personas que tengan un interés claro y concreto que defina para qué quieren adelantar una maestría y que además estén dispuestos a profundizar científicamente.

La mayoría de expertos consultados no coinciden sobre cuál es el mejor momento para tomar una maestría. A veces determinadas personas no tienen un claro campo de trabajo, así que puede ser aconsejable laborar unos pocos años antes de escoger una especialización, pero en personas con una vocación definida que desde el pregrado saben claramente sus fortalezas y su futuro el posgrado se convierte en la oportunidad de continuar sus estudios enfocados a lo mejor de sus capacidades

Estudiar para competir

Pero así como los posgrados son importantes para las personas, también lo son para el país. A finales del año pasado el Banco Mundial publicó el estudio 'Cerrando la brecha educacional y tecnológica en América Latina', que reveló que el crecimiento de un país era igual a su productividad, y que ésta dependía del grado de desarrollo e innovación tecnológica, de la educación y de una fuerza laboral calificada.

Además determinó que Colombia era un país que adoptaba y adaptaba tecnología pero no generaba innovación científica y técnica.

Por eso, frente al reto del país de llegar a ser innovadores científicos e incrementar la productividad y el crecimiento, Jairo Cifuentes, vicerrector académico de la Universidad Javeriana, dice que "Colombia necesita contar con programas académicos que tengan soporte de investigación y formen gestores de conocimiento, personas capaces de usar, aplicar y desarrollar conocimiento, y eso sólo lo permite hacer una maestría o un doctorado".

Incluso el mismo gobierno está decidido a darles un impulso a los doctorados y las maestrías.

William Ponce, director del Comisión Nacional de Maestrías y Doctorados, que controla la calidad de estos programas en el país, dice que "en los próximas semanas el Ministerio de Educación podría definir una nueva modalidad de maestrías, conocidas como profesionales que, a diferencia de las actuales, dan profundos conocimientos y herramientas sobre un área específica, pero no requieren un trabajo de investigación ni tesis para graduarse".

Este tipo de posgrados le darían cabida a ciertos programas de profundización que hoy no son considerados como maestrías, así tengan una intensidad académica similar. Es el caso de ciertos programas de alta gerencia o de administración de negocios.

Recientes tendencias investigativas indican que en Colombia se está decantando un modelo propio, en el cual se empiezan a entender las maestrías MBA y algunas científicas como oportunidades de acceder a nuevos conocimientos y a la vez generar ideas innovadoras que pueden ser desarrolladas en el ámbito laboral. Este modelo se caracteriza, además, por tener componentes científicos e investigativos que lo sustentan, sumado a la participación de profesores con mucha experiencia investigativa.

Otro aspecto que será reforzado por el gobierno son los doctorados. Gracias a un crédito del Banco Mundial se financiarán nuevos programas y los alumnos podrán obtener mayores recursos para investigar.

Jorge Hernán Cárdenas, director de la Fundación Corona y coautor del libro Educación doctoral en Colombia, advierte que la educación de posgrados del país es de alto nivel y las investigaciones son de carácter internacional, pero el problema es que son muy reducidas en número de estudiantes y cuentan con pocos recursos económicos para trabajar.

Con todas estas características el panorama de los posgrados en la educación superior colombiana va rumbo a la consolidación de una serie de profesionales, no sólo competitivos sino también propositivos, que respondan al proceso de desarrollo del país.