Especiales Semana

SALUD Y BELLEZA

20 de septiembre de 1993

¡Ojo a los hongos!
DE TODAS LAS INFECciones conocidas, quizá la mas incómoda es la que se manifiesta en las uñas de los pies o de las manos mediante manchas diversas que, si no se trata a tiempo puede extenderse hasta cubrir por completo esas superficies. Médicamente esta infeccion es conocida como onicomicosis que, aparte de ser antiestética es incómoda y muy difícil de tratar.
Existen varios síntomas que pueden poner sobre aviso acerca de la presencia de la infección. Es el caso de la decoloración, la inflamación de la matris de la uña o caída de ésta (oniquia), su curvatura anormal (onicogrifosis), su engrosamiento (paquioniquia), o el desprendimiento de la uña del lecho ungueal o piel que la sostiene (onicólisis) .
El medio ambiente y otros factores como el azúcar elevado, el manicure, la disponibilidad de pocas defensas, las piscinas, los saunas o las condiciones deficientes de aseo, crean condiciones favorables para el nacimiento de esta afeccion producida por distintos tipos de hongos. El tratamiento es extremadamente difícil ya que estos se ubican en el lecho de la uña haciendo difícil el acceso de los antimicóticos, medicamentos dirigidos a las infecciónes cutáneas.

Los culpables
Dos de los hongos que se presentan con mayor frecuencia en estos casos son los llamados dermatofitos y candida. El primero es un hongo imperfecto que se adapta a sustancias y condiciones ambientales diversas, los más comunes son: El Trichophyton rubrun, el T.interdigitale y el Epidermophyton Floccosum.
La onicomicosis producida por dermatofitos es comúnmente conocida como tiña, que es una infección crónica sufrida, casi siempre, por los adultos y que cambia visiblemente la estructura de la uña. El 80 por ciento se ubica en los pies, y el 20 por ciento en las manos.
El contagio del dermatofito suele ser indirecto, y se presenta por andar descalzo en las playas, baños públicos, gimnasios, saunas, duchas, dormitorios o habitacioness de hotel. Debido a que el ambiente húmedo de los suelos de madera y las alfombras de los baños es ideal para el desarrollo y sobrevivencia de estos hongos.
En los pies, los dermatofitos atacan preferiblemente el dedo gordo y el pequeño. Produce un cambio de color en la uña, deformándola, ya que engrosa la capa córnea y la levanta. Es cuando aparecen manchas opacas de color amarillento o verdoso que se pueden extender al resto de la uña. Finalmente esta se vuelve blanda y se desprende. Las infecciones de los pies, generalmente, son difíciles de tratar debido a que las uñas son más gruesas y se demoran mucho más en crecer que en las manos.
Cuando la infección se localiza en las uñas de las manos suele restringirse a una o varias uñas, sin ningún orden aparente y casi nunca a todas. Al igual que en los pies, este hongo ataca preferiblemente la parte superior o lateral, por ser ese punto más débil y es cuando toma una apariencia de marfil viejo.
Otro tipo de hongos que se encuentran en forma natural y normal en el organismo son las levaduras. Estos son organismos unicelulares que, en sujetos sanos, se encuentran en cantidades reducidas e inofensivas en la piel y las mucosa así como en el tracto intestinal.
Sin embargo, hay situaciones de tipo ambiental que alteran el nivel normal produciendo la infección. Una de las más comunes es la producida por la Cándida, especialmente la albicans y el pityrosporum, que actúan como agentes causales de infecciones superficiales de la piel. En el caso de la onicomicosis, generalmente se hace presente en el dedo del corazón y el indice y curiosamente es casi siempre en la mano derecha. La primera fase de la enfermedad se caracteriza por el desprendimiento total o parcial de la cutícula. Posteriormente aparece alrededor de la uña una hinchazón rojiza y una inflamación del tejido que rodea la uña.
Estas lesiones producen muy poco o ningún dolor a menos que se tenga contacto con el agua. Cuando la infección es por Cándida, el borde lateral de la uña toma una apariencia amarillenta o marrón oscuro. Y también cabe la posibilidad de que se extienda por toda la superficie ungueal. Es cuando se observan uñas convexas, irregulares, estriadas y cuya superficie es mate y áspera.

Solución a la mano
Este problema, cotidiano pero terriblemente molesto ha provocado que tanto el cuerpo médico como los laboratorios, dediquen en la actualidad gran parte del tiempo a encontrar una solución práctica y sobre todo eficaz. Es el caso de Laboratorios Roche, que puso a disposición del mercado un nuevo producto llamado Loceryl.
Hasta el momento la mayoría de los medicamentos indicados para el tratamiento de la onicomicosis eran fármacos tópicos, es decir, cremas y pomadas. Esta presentación dificultaba el tratamiento debido, entre otras, a la impermeabilidad de la capa ungueal que dificulta la absorción de cualquier sustancia. Y a la larga duración de los tratamientos, entre tres y 12 meses. Tal demora se debe al lento crecimiento de las uñas, normalmente entre tres y cuatro milímetros al mes. Si se caen entre cuatro y cinco meses, si son de las manos; y un año si son de los pies. Y en la mayoría de los casos el epecialista se veía obligado a quitar por completo la uña para agílizar y mejorar el tratamiento.
Lo novedoso de Loceryl es que además de la crema se presenta otra opción aún más eficaz: la presentación en laca. Varias pruebas han detectado, con el uso de esta alternativa, un ritmo de curacion superior al 70 por ciento, en relación con los medicamentos tradicionales y con sólo una o dos aplicaciones semanales. Además es sencillo de usar sar y ofrece una excelente tolerancia ya que lo máximo que puede llegar a producir y no en todos los casos es una ligera sensación de escozor o leve irritación tánea que no implica ninguna complicación. Además no se corre con el agua ni el jabón, se seca rápidamente y no mancha la ropa.
Aunque necesita prescripción médica, sus efectos secundarios son mínimos y su sencilla aplicación lo convierte accesible a todo aquel que perciba la presencia normal de un hongo en las uñas.
Con todo esto, el tratamiento de la onicomicosis debe continuarse por lo menos seis meses más, después de obtenidoss los resultados óptimos y un periodo más largo cuando la afección se presenta en personas de edad avanzada.
La época de los demorados y tediosos tratamientos se probaban la constancia de más de un hongo se terminó. Hoy, la preocupación médica por los tratamientos cortos, rápidos y eficaces se hace cada vez más evidente. Así que ya no hay excusas cuando se trata de explicar al manicurista el origen de esa mancha que lleva ahí meses sin ser erradicada por completo.
Un mal para prevenir
DESDE 1942, CUANdo el oftalmólogo Norman Gregg encontró, debido a una epidemia de rubeola en Australia, la directa relación entre esta enfermedad congénita y las alteraciones graves del feto, se ha buscado la manera de lograr una estrategia preventiva que evite la llegada al mundo de niños ciegos, sordos, con malformaciones cardiovasculares o con retardo mental provocado por el virus de este mal.
En los países desarrollados, donde el factor económico no es tan imperativo como en nuestro medio, la vacunación antirrubeólica es obligatoria e introducida en los programas oficiales de vacunación. A pesar de esto un informe reciente del centro de control de enfermedades en los Estados Unidos menciona que desde 1989 el incremento de esta enfermedad ha sido notorio.
En el país, aunque no existen datos epidemiológicos exactos, se ha demostrado que se ha presentado un desplazamiento en la curva de edad de presentación de la rubeola, aumentando considerablemente los casos, que con una vacuna a tiempo pueden ser evitados.
En Colombia el Instituto Nacinal para Ciegos realizó recientemente un estudio sobre las causas de la ceguera entre su población. Se encontró que las infecciones uterinas eran responsables del 38 por ciento de las cegueras adquiridas en la niñez, siendo la rubeola una de las más frecuentes. El 26.5 por ciento de las sorderas probablemente fueron causadas por la enfermedad en las madres durante el embarazo.
Otros estudios, también practicados en el país, pero esta vez realizados con mujeres embarazadas, definieron que un 14 por ciento de estas mujeres no tenían anticuerpos contra la rubeola.
En escolares, el porcentaje de niñas de clase media y alta, sin protección varía entre un 11 y 12 por ciento. Las ubicadas en clase baja presentaron un índice del 38 por ciento.
Ante la preocupante situación y en vista de la imposibilidad del Gobierno para financiar campañas masivas de vacunación, se inició en julio del año pasado por iniciativa privada un plan de salud:
la Campaña Nacional contra la Rubeola Congénita.
Ya no es suficiente la vacuna colocada a los 15 meses de edad por el pediatra. Ahora es necesario que los padres estén atentos y conscientes de que no siempre la vacuna de la primera infancia es suficiente.
La vacunación está contraindicada durante el embarazo y hasta seis meses antes de que éste se inicie, por lo que es importante vacunar a todas las niñas en edad escolar y universitaria, así hayan recibido la vacuna en la primera infancia.
Esta campaña que cuenta con el visto bueno de los Ministerios de Salud y Educación, se ha realizado con éxito en muchos colegios de la capital y se espera llegar a extenderla por el resto del país. Ya en varios planteles los padres han costeado la vacuna y las niñas de escasos recursos han tenido acceso a ella gratuitamente.
Los padres de familia e instituciones educativas interesadas en vincularse a esta campaña pueden hacerlo. Basta con escribir a la Campaña Nacional Contra la Rubeola Congénita: apartado aéreo 93834 en Bogotá.