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ENTREVISTA

“La prensa en Colombia se la ha jugado enormemente”

Catalina Botero recibió el Gran Premio Chapultepec de la SIP por su desempeño como relatora de la Libertad de Expresión en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Semana.com habló con ella.

23 de diciembre de 2014

Catalina Botero es una abogada colombiana que ha defendido durante muchos años los derechos humanos en el mundo. La semana pasada la Sociedad Interamericana de Prensa le otorgó el Gran Premio de Chapultepec por su gestión como Relatora Especial para la libertad de expresión en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Semana.com habló con ella sobre la prensa en América Latina.

Semana.com: ¿Cuál es el mayor mal de la prensa en América Latina?

Catalina Botero:
Si hablamos de todas las Américas, creo que son tres males. El primero es la violencia contra periodistas. Pasamos del gran narcotráfico a tener pequeños carteles de crimen organizado que tienen como objetivo principal silenciar a la prensa.

El segundo problema es el autoritarismo. Muchos usan la ley y los sistemas jurídicos a su manera para convertir a los críticos, periodistas e investigadores en delincuentes. Incluso, han llegado a cerrar medios de comunicación. Me estoy refiriendo sobre todo a Cuba, Venezuela y Ecuador.

El tercer tema es el espionaje o programas de vigilancia. En algunos casos, como en Estados Unidos, son legales pero ilegítimos. Terminan abusando y permitiendo la captura de datos de agencias de prensa y de contenidos privados de miles de personas.

Semana.com: ¿Cómo se puede solucionar esos tres problemas?

C. B.:
En el problema de violencia a periodistas el Estado debe hacer tres cosas. Realizar programas de prevención, preparar a la fuerza pública para que respeten el trabajo de los periodistas y, además, hacer un mapeo de la violencia.

Otro punto importante es que los estados tienen la obligación internacional de hacer planes de protección, como el de la Unidad Nacional de Protección en Colombia. A pesar de las deficiencias, creo que es el mejor modelo de toda la región.

El tercer punto es la lucha contra la impunidad. Es insólito que el 95 por ciento de los casos de periodistas amenazados y asesinados en América Latina se terminan quedando impunes. Cuando alguien mata a un periodista no solo acaba con una persona, sino también con el objetivo que traía consigo. Es necesario que los asesinos sepan que el Estado hará todo lo que esté a su alcance por hacer justicia.

Semana.com: ¿Cree que la misma prensa latinoamericana es responsable de algunos de sus males?

C. B.:
De la violencia, el autoritarismo y el espionaje, no creo que sea responsable. La responsabilidad es del crimen organizado, y del Estado que no protegió y del funcionario autoritario que no soporta que se burlen de él.

Semana.com: ¿Hasta qué punto la influencia del poder político y económico afecta el buen periodismo y la libertad de expresión en Colombia?

C. B.:
Yo creo que la prensa en Colombia tiene formas de resistir al poder político. No creo que exista una coartación. Me parece que hay pluralismo. Por otro lado, no se puede negar que sí hay intereses económicos. Buena parte de los dueños de los medios tienen grandes empresas. A pesar de todo eso, yo creo que la prensa en Colombia se la ha jugado de una manera sorprendente, sobre todo desde las regiones.

Semana.com: ¿De la prensa colombiana a quiénes admira?

C. B.:
Claudia Julieta Duque se la ha jugado durante muchos años y ha denunciado casos gravísimos. Después de tantas amenazas su caso por fin se está esclareciendo. La Fiscalía está haciendo un trabajo serio y minucioso. Jineth Bedoya también es una periodista extraordinaria y la admiro enormemente. Ahora estoy dando solo dos nombres, pero te podría dar unos 100 nombres de periodistas que se la juegan todos los días. Los que denunciaron el tema de La Guajira, los de la parapolítica, los de las chuzadas…

Semana.com: Por lo visto Colombia no está tan mal en cuanto a libertad de expresión. Sin embargo, un informe de Reporteros Sin Fronteras, dice que Antioquia es el quinto lugar más peligroso del mundo para periodistas.

C. B.:
Colombia tiene una prensa fuerte, vigorosa y cuenta con las garantías institucionales para poder funcionar. Sin embargo, los grupos criminales, como las Águilas Negras, son una amenaza que no existe en otros países. ¡Eso es brutal! Lo que pasa en Antioquía es gravísimo, por eso hay que focalizar la protección allá.

Semana.com: Buenaventura también vive una situación desastrosa.

C. B.:
En sitios como Buenaventura no solo son las bandas criminales. A esto se le suma que ha sido un lugar históricamente abandonado por el Estado colombiano. El informe de Human Rigth Watch sobre Buenaventura es desolador. Eso no ha sido un problema de política de gobierno, sino de Estado.

Semana.com: ¿En América qué países están mejor que Colombia?

C. B.:
Yo nunca hago ranking. Lo que sí puedo decir es que en Uruguay y en Costa Rica hay una tradición de libertad de expresión. Los periodistas no sufren ningún tipo de agresiones y amenazas que despierten algún tipo de alarma. Tienen un marco jurídico que los defiende. Son países que demuestran que sí se puede.