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El sucesor de Spielberg

Nació en la India, tiene 32 años y es el nuevo maestro del suspenso en Hollywood. 'Señales', su más reciente película, se estrena en Colombia.

11 de diciembre de 1980

Es muy probable que el nombre M. Night Shyamalan no sea familiar para la mayoría de los colombianos. Y mucho menos Manoj Nelliate Shyamalan que es como en realidad se llama. Pero sin duda sí lo son los escalofríos y el suspenso generado por películas como Sexto sentido (The sixth sense) y El protegido (Unbreakable), dos de las creaciones de este director de cine nacido en la India y criado en Filadelfia.

Por estos días empieza a sonar con fuerza en la crítica especializada gracias a que el 2 de agosto se estrenó en Estados Unidos Signs (Señales), su más reciente producción que entró en cartelera con pie derecho. En su primer fin de semana se posicionó en el tope de las taquillas con una recaudación de 60,3 millones de dólares, algo que no debe ser extraño para él si se tiene en cuenta que Sexto sentido ocupó el décimo lugar en Norteamérica entre los filmes más taquilleros de todos los tiempos y logró recaudar en todo el mundo cerca de 700 millones de dólares.

Estos éxitos obtenidos a sus 32 años lo convierten en uno de los más jóvenes realizadores de mayor demanda en la actualidad. Incluso le han valido el honor de ser comparado por los críticos con uno de los directores que más admira: Steven Spielberg, quien con tres décadas de carrera a cuestas se ha ganado el apelativo de 'El rey Midas' de la industria cinematográfica. Al igual que Spielberg, Shyamalan es como un hombre orquesta del cine: escribe el guión de sus propias películas, las produce, dirige y edita. Además, y a pesar de su reciente surgimiento, se ha convertido en uno de los guionistas mejor pagados de Hollywood. Por escribir Señales Disney le pagó 5.000.000 de dólares y cerca de ocho por dirigirla.

Pero sin duda un rasgo en común es que ambos sobresalen, en sus respectivas generaciones, por su forma de contar historias que tocan las fibras más sensibles de un público que puede estar entre 10 y 100 años. "Un guión debe tener emoción, humanidad y suspenso", explica Shyamalan. Pero es el último de estos ingredientes el que más atrapa en sus películas. Son thrillers sicológicos en los que maneja con maestría la sugestión más que la imagen explícita, de manera que ha reformulado el concepto del terror en el cine. "Genera más suspenso lo que no se ve que lo que se ve y a Night le gusta jugar con la imaginación del espectador", explicó a SEMANA el productor de Signs, Frank Marshall,

Sus producciones son el resultado de la suma de dos elementos recurrentes que se han convertido en la marca de fábrica Shyamalan: la mezcla de lo sobrenatural con historias de gente común y corriente que lucha internamente contra sus propios demonios. El sabe cómo garantizar que un tema profundo sea a su vez comercial y taquillero. Su sello personal consiste en hacer girar todo el relato en torno a un secreto que sólo se descubre al final.

Por ello también lo han comparado acertadamente con Alfred Hitchcock, pues él mismo afirma que se inspiró en la ya clásica película The birds (Los pájaros). Con este director guarda otra semejanza, una característica que podría denominarse egolatría, pues Shyamalan, al igual que Hitchcock, roba pantalla en todas sus películas. Por ejemplo, en Sexto sentido aparece brevemente como un hombre que va a comprar en una joyería el anillo de compromiso para su novia. En Señales tiene un papel más relevante a pesar de lo corto. Es el vecino de la familia de Graham Hess (interpretado por Mel Gibson), quien es un ex reverendo que ha perdido su fe al afrontar dos signos críticos: la muerte de su esposa y la aparición en sus cultivos de maíz de unas extrañas marcas geométricas consideradas mensajes de extraterrestres.

La trayectoria de Night Shyamalan empezó 22 años atrás cuando recibió el mejor regalo de su vida: una cámara de ocho milímetros. Con ella desafió la tradición familiar según la cual tenía que haber sido médico como sus padres y 12 miembros de la familia. A los 16 años el joven Manoj ya había realizado 45 cortometrajes y decidió estudiar cine en Nueva York. Antes de graduarse realizó su primera película, Praying with anger, que no sólo dirigió y produjo sino que también protagonizó y que fue nominada como la 'Película Debut del Año' por el American Film Institute de Los Angeles.

La suerte no lo acompañó siempre. En 1994, por ejemplo, escribió un guión titulado Labor of love. La 20th Century Fox se interesó en la historia y Shyamalan la vendió con la condición de dirigirla. Pero hicieron caso omiso del trato y no creyeron en él por ser tan joven. El guión nunca se convirtió en película. "Yo la maldije", afirma, y tal vez no esté bromeando al decirlo porque su personalidad guarda cierto halo de misticismo. Su cuello siempre está rodeado de una cadena de plata con inscripciones en sánscrito de proverbios que usa para protegerse. Además siente una gran conexión con los nativos norteamericanos y por ello cambió el Manoj Nelliate por Night, que significa noche. "Para estos nativos sólo en la noche se puede ver el universo", cuenta.

Y es que M. Night Shyamalan no es una persona convencional, al igual que sus películas, algo a lo que presta especial interés: "En estos días parece que la mayoría de la gente no tiene coraje para inventar una historia original y llevarla a cabo. Cada película es una secuela o está basada en una serie de televisión, en un best seller o en un juego de video". Tal vez por eso su miedo no se encuentra en el terreno de lo sobrenatural sino, como él mismo asegura "mi mayor temor es convertirme en una persona del montón".