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Bertolucci, considerado un maestro del cine italiano y mundial, ganó nueve premios Óscar en 1988 por el "El último emperador". | Foto: GETTY IMAGES

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Fallece a los 77 años Bernardo Bertolucci, el director de El último tango en París

El cineasta Bernardo Bertolucci, quien ganó nueve premios Óscar con El Último Emperador y cuyo drama erótico "El último tango en París" cautivó al mundo, murió este lunes a los 77 años de edad.

25 de noviembre de 2018

El cineasta italiano Bernardo Bertolucci, conocido por películas como "El último tango en París" o "El último emperador", falleció en su casa de Roma a los 77 años, indicaron ese lunes los medios italianos y confirmó su oficina de prensa Punto e Virgola en un correo electrónico.

Bertolucci, considerado un maestro del cine italiano y mundial, ganó nueve premios Óscar en 1988 por el "El último emperador", la biografía del último emperador chino.

En 1972 se dio a conocer en todo el mundo con "El último tango en París", una película erótica con Marlon Brando y Maria Schneider que provocó un escándalo por una controvertida escena de sexo. La película fue prohibida en Italia.

Según contó Bertolucci después, la joven actriz Maria Schneider, que entonces tenía 19 años, se había visto profundamente afectada por la escena que simulaba sodomía ya que no había sido plenamente informada antes del rodaje del contenido de aquella. 

Schneider, que sufrió adicciones a las drogas y depresión antes de su muerte en 2011, dijo cuatro años antes que se había sentido "un poco violada" durante la escena y estaba muy enfadada por ello.

Betolucci fue también uno de los pocos directores de cine italianos en rodar con frecuencia en el extranjero: en París, donde realizó su última película "Los soñadores" (2003), pero también en China con "El último emperador", en África con "El cielo protector" (o "Refugio para el amor") o en Bután con "El pequeño buda".

Nacido en Parma, en el noreste de Italia, en 1941, Bertolucci hizo también películas de alto contenido político e histórico, como "Novecento" (1976), que recorre la historia de las luchas de clase en el rico valle del Pô a través del destino de dos amigos de infancia a principios del siglo XX. La película tiene un prestigioso casting internacional (Robert De Niro, Gérard Depardieu, Burt Lancaster, Dominique Sanda). Otro ejemplo es la película "El conformista", sobre la izquierda en tiempos del fascismo italiano.

El cineasta, que en los últimos años iba en silla de ruedas, creció en un entorno rico e intelectual y empezó a apasionarse por el cine a través de la película "La Dolce Vita" de Federico Fellini. Su padre, poeta, profesor de historia y crítico de cine, le regaló su primera cámara 16mm a los 15 años.

"Era el último emperador del cine italiano, el señor de todas las epopeyas y escapadas. Se acabó la fiesta: se necesitan dos para bailar el tango", declaró Gilles Jacob, expresidente del Festival de Cannes, que le concedió una Palma de Oro honorífica en 2011 por el conjunto de su carrera. 

Cuando se le preguntó en 2013 cómo le gustaría ser recordado, Bertolucci respondió a la AFP: "No me importa".

Su legado

Los filmes de Bertolucci a menudo exploraban las relaciones sexuales entre los personajes sumidos en una crisis psicológica, como en “El último tango en París”. El autodenominado marxista tampoco se distanció de la política y la ideología como en “The Conformist”, que muchos críticos consideran su obra maestra.

A pesar de trabajar con algunas de las principales estrellas del cine estadounidense e internacional, Bertolucci siempre defendió su estilo de lo que consideró la presión de la industria cinematográfica estadounidense. Mantuvo el éxito durante gran parte de su carrera, librando la polémica que provocaba su obra cargada de erotismo y algunas incursiones en el cine comercial. "Cuando se trata de cine comercial, tengo el extraño placer de sentirme de otra tribu, un infiltrado”, dijo al diario italiano Corriere della Sera en 1990.

Recibió un galardón a su carrera durante el festival de Cannes en 2011.

Las películas de Bertolucci también contaban las experiencias del director con el psicoanálisis. Siempre dijo que hacer filmes era su manera de comunicarse con el público. Era su lenguaje personal. “Tal vez soy un idealista, pero aún creo que la sala del cine es una catedral a donde vamos a soñar juntos”, dijo después de recibir el premio Directors Guild of America por su filme de 1987. 

Con información de AFP y AP...