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Colombia ha tenido muchos avances en la atención del cáncer. Hoy está a la par de muchos países en diagnóstico y tecnología. | Foto: Getty Images

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Así avanza Colombia en la lucha contra el cáncer

Con tecnología, personal médico capacitado y diagnósticos más tempranos, el país ha tenido avances significativos en la atención de esta enfermedad. En las regiones más apartadas estarían los desafíos.

24 de junio de 2023

Siberia es una inspección ubicada en la zona rural de Orito, Putumayo, en pleno piedemonte amazónico, a tres horas y media de Mocoa y a ocho horas de Pasto. Allí vive don Mario Fernando Velázquez Caicedo, un profesor de ciencias sociales que con 61 años goza de una pensión por invalidez debido a una apnea crónica.

Su historia con el cáncer comenzó el año pasado, luego de unos episodios de incontinencia y de cansancio a los que no les prestó atención. “En esa época, cuando empecé a tener esas cosas, la incontinencia y la debilidad, nunca se me pasó por la cabeza que fuera algo grave”. Pero la cuestión pasó de “castaño oscuro” hacia mitad de año. Don Mario comenzó a tener problemas estomacales y a defecar con sangre. Preocupado por los síntomas, viajó a Orito y allí le recetaron un medicamento para tratar las dolencias y lo remitieron a Mocoa para que fuera examinado por el doctor Palomino.

Don Mario lo conocía desde hacía tiempo porque había tratado a su esposa de cálculos. Según él, el doctor Palomino es “un duro para detectar cualquier enfermedad y cualquier cáncer. Todos sus diagnósticos son certeros. Si él dice algo, póngale la firma que es cierto”. Con diligencia, el médico ordenó varios exámenes, y aunque el primer diagnóstico determinó la existencia de un nódulo en la próstata que parecía ser benigno, en noviembre se confirmó que era cáncer de próstata.

Su primera reacción fue negarse a visitar al urólogo: “No quería ir porque tenía mucho miedo, en esos momentos la incertidumbre es muy verraca”. Sus amigos y familiares lo convencieron de continuar con los exámenes. “Aquí todavía tenemos muchos mitos entre este cáncer y el sexo. Yo creía que con todo lo que me iban a hacer me iba a quedar sin ‘jugar con el pequeño’. Eso me dio duro, fue un choque. Pero el médico me fue explicando la gravedad del asunto, los dolores y las consecuencias de no tratarlo. Ahí fue cuando dije: ‘Me tocó asumir esto. Me tocó ponerme el paracaídas, el camuflado y el morral, y coger la M-60. Vamos a lo que vamos y si toca guerrear pues tocó ir a guerrear”.

Don Mario fue remitido al Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá. En su caso, la aseguradora actuó con prontitud y a los pocos días tuvo su primera cita. Al día de hoy, este veterano ha tenido tres citas en el Cancerológico y la junta médica determinó que, por ahora, el tratamiento sería radioterapia y una cirugía que se realizará a más tardar la primera semana de julio.

Por una mejor atención

El cáncer es una enfermedad multifactorial tanto en sus causas como en su tratamiento. El caso de don Mario refleja varios factores, positivos y negativos, que influyen en la eficacia y pertinencia de su manejo. También muestra los miedos, el desconocimiento, los mitos, las falencias y los cuellos de botella del sistema de salud colombiano asociados a una enfermedad que infortunadamente ha aumentado en el país, y que lo seguirá haciendo, entre otras razones por el envejecimiento de la población.

Según el doctor Rafael Sánchez París, director corporativo del Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer Luis Carlos Sarmiento Angulo (CTIC), si bien hay otros factores como el estilo de vida o la exposición ambiental, “la incidencia del cáncer está estrechamente relacionada con el envejecimiento de la población en Colombia”. Entre 2018 y 2020, de acuerdo con los datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan), la incidencia del cáncer en el país aumentó 11,12 por ciento, al pasar de 101.893 casos nuevos a 113.221. De estos, el 13,7 por ciento (15.509 casos) corresponden a cáncer de mama; el 12,8 por ciento (14.460 casos) de próstata, y el 7,3 por ciento (8.214 casos) de estómago.

¿Qué tan preparado está el país para asumir un mayor número de casos? La respuesta es sí para unas cosas, pero no para otras. Pese a los cuellos de botella en la prevención y en la atención temprana, hay buenas noticias. Lina Trujillo, ginecóloga oncóloga y subdirectora de atención médica y docencia del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia (INC), afirmó que “Colombia ha tenido muchos avances en la atención del cáncer. Está a la par de muchos otros países en relación con el diagnóstico y a la tecnología. Tiene un personal capacitado que permite al paciente y su familia tener una buena atención. Puede que en las regiones más apartadas de los grandes centros urbanos la atención no sea tan adecuada como uno quisiera, pero hemos mejorado muchísimo”.

En ese mismo sentido se refirió Wilson Cubides, director ejecutivo de la Liga Contra el Cáncer: “La prestación del servicio en nuestro sistema de salud tiene muchas cosas por mejorar, pero el nivel científico y técnico es muy bueno. Cuando por algún motivo algunos pacientes viajan fuera del país, allá los aplauden por la calidad del tratamiento que recibieron en Colombia”.

La calidad de la atención se debe a la existencia de una política pública, leyes y normativa que, pese a problemas en su aplicación, ponen la salud de los pacientes como derecho fundamental; al avance de la investigación, aunque sea con pocos recursos disponibles, y a la adquisición de nuevas tecnologías y metodologías, que priorizan el tratamiento y, además, de manera holística se preocupan por otros aspectos del paciente y de sus familiares o cuidadores.

En cuanto a la investigación, la doctora Trujillo explicó que en el mundo el cáncer ha tenido un giro importante gracias a un mayor conocimiento de la genética y la biología de los tumores, debido a nuevas técnicas como la biología molecular, que permiten crear tratamientos eficaces. Toda esta nueva perspectiva ha empezado a fortalecerse en el país en centros de investigación y hospitales como el Instituto de Cáncer de la Fundación Santa Fe, el Instituto Nacional de Cancerología, el Hospital Valle de Lili y el Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer. Por ejemplo, en Colombia han comenzado a crearse biobancos de tejidos y de genómica de tumores como el que existe hace años en el Instituto Nacional Cancerológico y el que se está montando en el CTIC. Según el doctor Sánchez, estos biobancos son fundamentales para conocer el código genético de los tumores: “Ahora sabemos que, así sean de un mismo tipo, los cánceres no son iguales. Estamos empezando a ver que un cáncer de un europeo es distinto al de un colombiano, y establecer esas diferencias a través de la genética puede originar tratamientos más efectivos para nuestra población”.

También hay un giro importante en los tratamientos paliativos. Si bien en muchos hospitales estos van dirigidos a aliviar el dolor, las instituciones de cáncer más importantes del país también buscan darle una mirada integral que incluya los aspectos psicológicos, familiares y hasta espirituales del paciente. El doctor Guillermo Quintero, médico hematólogo del Instituto de Cáncer de la Fundación Santa Fe, aseguró que más allá de aliviar el dolor, las personas necesitan estar bien en otros ámbitos para “que existan mejores resultados en el tratamiento”.

Tratamientos más oportunos

Muchas de las historias alrededor del cáncer están lejos de ser color de rosa y todavía hay muchos cuellos de botella por superar que tienen que ver con el diagnóstico temprano, la prevención y las trabas que los pacientes tienen que afrontar para poderse enrutar en el tratamiento. En el caso de los dos primeros problemas, las instituciones médicas y el Estado trabajan para fomentar la prevención y concientizar a los colombianos para que estén alerta a los signos que podrían ser sintomáticos de cáncer.

En cuanto al tratamiento oportuno, ese es hoy el mayor obstáculo para la mayoría de los pacientes porque depende de la aseguradora. Don Mario reiteró, una y otra vez, que su EPS es muy buena y que le han autorizado todo con rapidez. Pero también afirmó que en Orito y Mocoa hay muchos enfermos de cáncer a los que sus EPS “no les han parado bolas”, hecho que se agrava con la brecha que hay entre las distintas regiones del país. Según datos de la Defensoría, entre enero y septiembre de 2022 se presentaron 109.825 tutelas relacionadas con el derecho a la salud. De estas, la mayoría (12,42 por ciento), tenían que ver con tumores o neoplasias.

Lo cierto es que, aunque el cáncer va en aumento, todos estos avances también han llevado a que la supervivencia global sea más alta y a que no tenga un desenlace rápido hacia la muerte. Los expertos coinciden en que se está logrando que se convierta en una enfermedad crónica, siempre y cuando se detecte y tenga tratamiento de manera oportuna. En palabras del doctor Cubides, hay que “abandonar la idea y el miedo de que el cáncer significa muerte”.