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EDUCACIÓN

“Debemos leer las señales del entorno para ofrecer carreras más pertinentes”

La Universidad Cooperativa de Colombia cuenta con 16 campus a nivel nacional y se ha posicionado como una institución educativa que le apuesta a las regiones. Su rectora, Maritza Rondón, habló con Semana Educación sobre la necesidad de repensar la enseñanza.

26 de septiembre de 2019

SEMANA EDUCACIÓN: ¿Por qué es importante hablar de nuevos caminos en educación?

MARITZA RONDÓN: Primero, por la obsolescencia del conocimiento. Todo este tema de la nueva generación del conocimiento y el acceso a la información hacen que los lapsos de obsolescencia sean cada vez más cortos y es necesario estar renovándose. Segundo, porque las nuevas generaciones tienen diferentes formas de aprender, administran su aprendizaje y escogen qué aprender. La educación tiene que ir al ritmo de estos cambios y nuevas necesidades, tanto de las generaciones como del entorno.

Tercero, por la disrupción de las nuevas tecnologías, no solo para la comunicación, sino para la educación. Las tecnologías nos están llevando a diseñar nuevos escenarios para la enseñanza. Y, por último, un tema muy importante es en qué se está moviendo el mundo laboral. Hoy en día los empresarios están pidiendo, más que técnicos especializados, que sean primero personas. Esto nos lleva a replantear nuestros modelos y nuestras propuestas educativas para ser más pertinentes en la formación del ser.

E.: En Colombia ha habido debate sobre si todos los ciudadanos deberían ir a la universidad. ¿Cuál es su opinión?

R.: Un país que tenga toda su población en educación superior no beneficia tampoco el desarrollo de este. Lo que sí debemos tener es un país con diferentes tipos de educación, ya sea para desempeñar un oficio determinado, dirigir una empresa, liderar, investigar o crear. El tema es poder acceder a esa educación.

Colombia y el mundo necesitan personas que sean capaces de realizar las tareas, que entiendan cómo en los contextos en los que están diariamente pueden generar oportunidades de crecimiento político, económico y social. Yo creo que la educación es base fundamental, pero no está circunscrita a que vayan a una universidad. Además, debemos entender que la misma sociedad es educadora.

En una universidad de regiones como la Universidad Cooperativa de Colombia hemos aprendido que las vocaciones y los territorios son diferentes, así como las necesidades, y que la población tiene una visión de mundo diversa. Ahí es donde nosotros entramos a entender esos contextos para ofrecer una propuesta educativa que los haga competentes y que puedan generar desarrollos importantes desde los territorios.

E.: ¿Hay inequidades en la educación superior dependiendo del territorio donde se imparte?

R.: Seguramente por la naturaleza de cada territorio se nos pueden presentar inequidades. Pero hoy en día, con el desarrollo tecnológico, la movilidad del conocimiento y la globalización, esa inequidad se puede disminuir. Las instituciones de educación superior usamos las tecnologías con sentido pedagógico para llevar conocimiento universal a las regiones más apartadas. Las inequidades existen, pero hay muchas herramientas que desde la educación podemos implementar para que esas brechas se vayan cerrando y poder llevar una educación de calidad independiente donde estén ubicados geográficamente los estudiantes.

E.: ¿Qué tipo de herramientas?

R.: Por ejemplo, las clases espejo. Es usar las tecnologías, tener ubicados en diferentes partes del mundo profesores y estudiantes que quieran compartir y socializar sus experiencias para el aprendizaje. Pero hay una muy importante que se está dando en el mundo y es el internet, que permite la democratización del conocimiento. Las élites del conocimiento que existían antes, circunscritas a unos grupos que se reunían físicamente y cerraban los círculos del conocimiento, van a desaparecer. Internet es una de las razones, ya que llegó para democratizar la investigación, el conocimiento y la educación.

E.: ¿Cómo brindar una educación que sea pertinente para cada territorio?

R.: Ese es uno de los aspectos más complejos en la educación. De los temas que he aprendido en la Universidad Cooperativa de Colombia es que debemos leer y sentir las necesidades de las regiones. Hay que saber leer las vocaciones productivas y todos estos aspectos se pueden convertir en oportunidades para generar pertinencia.

La pertinencia también es lograr que estas personas en territorio se eduquen con programas de calidad, pero que se queden en esas regiones retribuyéndoles posibilidades de desarrollo económico, político y social. No es ofrecer el programa que mayor demanda tenga en el país, sino el programa que más se necesita en esa región, que esté orientado a solucionar situaciones, a mejorar oportunidades y generar desarrollo.

E.: ¿Cuáles son los nuevos caminos para la educación que Colombia debe implementar con prontitud?

R.: El salto que estamos dando a unos sistemas de educación que pasen de medir capacidades y procesos a comparar resultados se traduce en que vamos a hacer una medición de los aprendizajes de los estudiantes. Eso va a ser un hito importante en los sistemas de aseguramiento de la calidad.

Las instituciones debemos tener la capacidad de reflexionar e incorporar nuestros propios sistemas de aseguramiento de la calidad. La declaración de esos sistemas nos va a permitir mostrar la diversidad y la identidad de nuestras instituciones. Un sistema de aseguramiento de la calidad no tiene ni quiere decir que todas seamos iguales, pero sí es la oportunidad para que cada institución declare su identidad, que defina una línea meta y programe cómo va a ser la madurez de su sistema de aseguramiento. En ese orden de ideas, debemos pasar de preguntarnos cuántos doctores tengo a preguntarnos cómo estoy generando aprendizajes con los doctores que tengo.

E.: ¿Cómo diseñar las carreras y los currículos del futuro?

R.: Tenemos que ser capaces de predecir y leer las señales del entorno para ofrecer carreras más pertinentes a lo que está pasando. Las empresas tienen que venir a las instituciones y de manera conjunta construir esos itinerarios de formación. También debemos migrar a la formación por competencias, porque los estudiantes que nos están llegando a las universidades traen un aprendizaje valiosísimo por lo que han vivido y el sistema no puede seguir pretendiendo que los 30 o 100 estudiantes que llegan al primer semestre sean iguales. Cada uno es un mundo y trae unos aprendizajes. El sistema tiene que valorar eso y las competencias deben ser una medida universal que debemos incorporar las instituciones.