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SALUD

Pionero en cultura de paciente seguro en cirugía plástica

El cirujano plástico Juan Carlos Monroy Mejía ha creado una cultura de seguridad en sus pacientes, tanto en su práctica diaria como en el gremio.

25 de junio de 2018

Para el doctor Juan Carlos Monroy, cirujano plástico estético y reconstructivo, Fellowship en Cirugía Plástica Estética Mínimamente Invasiva, miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva, de la American Society of Plastic Surgeons, Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica y de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery, la seguridad en sus tratamientos con o sin cirugía, más que una promesa, es un hábito.

Ha sido pionero en el país en crear la cultura de paciente seguro, que se basa en tres principios fundamentales: orientar, cuidar y cumplirles a sus pacientes. Esta iniciativa ha sido plenamente documentada y ha contribuido a generar protocolos en la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, prácticas que lo han llevado a ser conferencista a nivel nacional e internacional en el tema.

“Lo que busco es orientar a los pacientes con un criterio médico ético y honesto del tratamiento que se quieren y se pueden hacer. Siempre digo que, para llevar a un paciente a cirugía, se debe estar absolutamente convencido y llenarse de argumentos para hacerlo. No todos los pacientes son candidatos de cirugía, así como no todos son candidatos para tratamientos no quirúrgicos”, afirma el especialista.

Explica igualmente que al orientar al paciente es importante que el cirujano plástico sepa aterrizar las expectativas de quien lo consulta, conocer cuál es el resultado que desea y ser honesto al explicarle hasta dónde se puede llegar sin vulnerar su salud.

En esta etapa de orientación, el especialista explica que la cirugía plástica debe verse como una oportunidad única. “Soy enfático en afirmar que el principal objetivo de esta especialidad es tener un impacto positivo en su estilo y calidad de vida, para que así mismo interioricen que se debe generar una cultura de autocuidado, que permita mantener los resultados a mediano y largo plazo”.

Una vez se toma la decisión de realizar la cirugía, viene la segunda fase: cuidar al paciente en todo el proceso. “Una de las cosas que más influye en esto es, obviamente, la pericia y experiencia del cirujano; el tener un suficiente récord quirúrgico y pertenecer a las sociedades científicas de mayor prestigio a nivel nacional e internacional es primordial. La ventaja de estos procedimientos es que son programados y se realizan con la planeación suficiente para minimizar el riesgo e incluso saber decir que no, cuando este supera el beneficio. Siempre somos muy claros con los pacientes en decirles que cualquier procedimiento en medicina implica un riesgo, la clave y el secreto está en saberlo controlar”.

Agrega que dentro de las barreras de seguridad, es fundamental que se realice en una institución médica especializada que cuente con toda la infraestructura para ello y no solo en equipos, también en talento humano: que los anestesiólogos, las enfermeras, el equipo de asistencia y de apoyo tengan el entrenamiento suficiente y capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad. La tercera fase y no menos importante es cumplirle la promesa al paciente de obtener el resultado que busca, manteniendo la naturalidad y armonía de su cuerpo, sin vulnerar su estado de salud. Se puede considerar que los procedimientos en cirugía plástica son seguros si se planea, se hace en manos expertas, calificadas y honestas, se estratifica el riesgo y se es consciente de él, agrega el médico Juan Carlos Monroy.