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La deforestación es catalogada como la principal problemática ambiental de Colombia. Foto: Rodrigo Botero. | Foto: Deforestación - Rodrigo Botero

BOSQUES

Así sería la hoja de ruta de Colombia para acabar con la deforestación en 2030

El Gobierno trabaja en un documento CONPES que busca llevar la deforestación neta a cero en los próximos 10 años. El borrador, conocido por SEMANA SOSTENIBLE, incluye estrategias para reducir las dinámicas ilegales, economía local comunitaria y articulación de las entidades.

6 de noviembre de 2020

Los bosques de Colombia, que abarcan el 52 por ciento de la superficie nacional, están cubiertos por un halo de ilegalidad. El acaparamiento de tierras, la extracción ilícita de minerales, los cultivos de coca, la expansión de vías, la tala y la corrupción, actividades catalogadas como los principales motores de la deforestación, son lideradas por diversas mafias que al Sol de hoy nadie logra desarticular.

El Gobierno estima que entre los años 2000 y 2019, el segundo país más biodiverso del planeta perdió cerca de 2,8 millones de hectáreas de bosque, cifra superior a la extensión de un departamento como Cundinamarca. La Amazonia, hogar de la mayoría de pueblos indígenas y especies de plantas y animales aún desconocidas para la ciencia, es la más apetecida por la nefasta motosierra.

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La acelerada pérdida del tesoro verde nacional también se ve representada en el desconocimiento que hay sobre las bondades que prestan los bosques. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, en 2017 la oferta de productos del bosque y sus derivados fue de 4.844 miles de millones de pesos, lo que representó tan sólo 0,52 por del PIB del país.

Si la deforestación sigue campeando tranquila sin ningún freno contundente, el área boscosa nacional pasaría de 58,8 millones de hectáreas a 48,8 millones en 2030 según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un panorama que le generaría pérdidas al país por 1.505 millones de pesos del PIB y entre 1.034 y 1.670 millones de pesos en ahorros genuinos.

La deforestación en Colombia es impulsada por las mafias y grupos ilegales. Foto: Rodrigo Botero.

A pesar de que Colombia cuenta con antecedentes normativos y de política en materia de gestión de los bosques y economía forestal, la lucha contra la deforestación aún luce insípida. El Gobierno sigue sin capturar una de las grandes cabecillas que están detrás de la pérdida del bosque, mientras que los motores de este flagelo continúan en aumento.

“Al ser un tema tan complejo e intersectorial se requiere desarrollar lineamientos de una política que permitan orientar la acción coordinada del Estado para realizar intervenciones integrales que den respuesta a las necesidades territoriales, además de promover las actividades productivas sostenibles, contribuir con el bienestar de la población y permitir la conservación de los bosques”, cita el borrador del documento CONPES que elabora el Gobierno al cual tuvo acceso SEMANA SOSTENIBLE.

Dicho documento, que debe ser presentado a consideración del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), máximo en diciembre, identifica las acciones que desde el Gobierno se deben desarrollar de manera articulada con los sectores, comunidades y otros actores para controlar la problemática y que al mismo tiempo promueva la conservación y manejo sostenible de los bosques.

Este documento de política, trazado para 10 años, establece tres metas para el corto y mediano plazo:

- La primera es lograr la reducción del 30 por ciento de la deforestación proyectada a 2022
- La segunda es reducir la deforestación a 100.000 hectáreas / año o menos a 2025
- Y la tercera, alcanzar la cero deforestación neta a 2030 (es decir que al comparar lo que se pierde en área forestal (deforestación) con lo que se gana (restauración y reforestación), el valor será cero)

Esta última la más apoteósica y hasta ahora lejana por parte del Gobierno.

La Amazonia es la mayor víctima de la deforestación en Colombia. Foto: Jhon Barros.

“El alcance temporal de esta política es de 10 años. Es decir que su impacto en términos de control territorial, protección, recuperación de ecosistemas forestales, desarrollo productivo sostenible y fortalecimiento de la gobernanza forestal, aportarán al cumplimiento como país de los principales compromisos internacionales de la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de París de Cambio Climático y política de crecimiento verde”, revela el borrador. 

Economía boscosa

El borrador del CONPES plantea cuatro estrategias para lograr que la deforestación llegue a cero a finales de esta década. La primera gira en torno a consolidar alternativas productivas sostenibles que incidan en el desarrollo rural y la estabilización de la frontera agrícola.

Esta estrategia busca la promoción de modelos de desarrollo sostenible basados en el uso eficiente de los recursos naturales y la conservación, que permitan minimizar el impacto negativo de los sistemas productivos tradicionales sobre los ecosistemas y mejorar la calidad de vida y economía las comunidades asentadas en las áreas de influencia de los núcleos activos de alta deforestación”, cita el documento.

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Esta hoja de ruta le apostaría a la generación de condiciones óptimas para el desarrollo de encadenamientos productivos y asistencia técnica, para así consolidar modelos de desarrollo local basados en la maximización de los bienes y servicios del bosque. “Esta estrategia busca fomentar el potencial forestal del país en términos de gestión y aprovechamiento forestal, bioeconomía, sistemas productivos agroambientales y prestación de servicios turísticos”.

Los parches de bosque deforestados en la Amazonia son cada vez más grandes. Foto: Jhon Barros.

Esta estrategia incluye acciones como planes maestros de estructuración de reactivación económica productiva y ambiental en 16 zonas con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), los cuales se desarrollarán en las diferentes subregiones entre los años 2023 y 2028.

Para fomentar el turismo de naturaleza, el borrador de CONPES incluye un diagnóstico para la identificación de las zonas de importancia ambiental declaradas como áreas protegidas, el diseño de una estrategia de turismo en 2021 y proyectos piloto hasta 2026.

La hoja de ruta contará con acciones para la reconversión productiva de las actividades agropecuarias en áreas con frentes de deforestación. “Promoveremos sistemas productivos de bajo impacto como los sistemas agroforestales y silvopastoriles y desarrollaremos guías metodológicas para la inversión en infraestructura logística agropecuaria”, dice el borrador.

El año entrante vería la luz una estrategia de emprendimientos verdes en las zonas de alta deforestación, una alternativa que busca fortalecer los sistemas de productividad y la aceleración empresarial para aumentar la demanda de los emprendimientos sostenibles, incorporando el manejo y gestión sostenible de los bosques.

Las vías aparecen con mayor frecuencia en la densa selva amazónica. Foto: Jhon Barros.

“En 2021, el Gobierno desarrollará una estrategia para consolidar las cadenas de valor forestal y agroforestal. También se trabajará en la habilitación de destinos de crédito para las actividades financiables en el contexto de las cadenas de valor forestal y agroforestal, apoyando los arreglos silvopastoriles”, indica la futura política.

Otras actividades contempladas en la primera estrategia del documento borrador son:

  • Programa de forestería comunitaria entre 2021 y 2029, que comprenderá la identificación y priorización de las zonas con potencial forestal y estructuración de proyectos con enfoque diferencial.
  • Adopción de planes de ordenación forestal que aporten a la reducción de emisiones y cambio climático. 
  • En 2025 generar el módulo de seguimiento de las iniciativas de manejo forestal sostenible.
  • Diseñar el componente de restauración con enfoque diferencial de las áreas afectadas por deforestación.
  • Portafolio de 10 proyectos en zonas de alta deforestación en el marco del Programa Nacional de Pago por Servicios Ambientales.
  • Desarrollar proyectos de desarrollo alternativos en los programas de sustitución de cultivos ilícitos, para así beneficiar a 6.577 familias a 2030.
  • Crear lineamientos para la implementación de las inversiones de compensación ambiental (de no menos del 1 por ciento hacia alternativas sostenibles del bosque).
  • Estrategia para el fortalecimiento técnico de los planes departamentales de extensión agropecuaria en los departamentos más deforestados.
  • Arreglo institucional para brindar extensión y asistencia técnica para el bosque natural en Colombia.
  • Promover la investigación, desarrollo e innovación de cadenas de valor de productos promisorios del bosque.
  • Impulsar la cadena productiva forestal bajo criterios de manejo sostenible, competitividad y empoderamiento de comunidades.

Colombia busca que en 2030 la deforestación llegue a cero. Foto: Jhon Barros.

Un nuevo catastro

La segunda estrategia del documento borrador CONPES es el fortalecimiento de los mecanismos de articulación y gestión transectorial para la efectiva reducción de la deforestación y gestión de los bosques. 

“Brinda orientaciones para fortalecer y armonizar los instrumentos de planificación sectorial y de ordenamiento territorial para revertir las tendencias de deforestación, especialmente en los núcleos activos. Esta estrategia busca lograr la armonización de políticas públicas y sectoriales, considerando las dinámicas territoriales”, advierte el documento.

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Esta estrategia, que irá de la mano con lo dispuesto en el CONPES de Catastro Multipropósito, plantea una actualización catastral de todo el territorio nacional en 2025, vinculando la gestión ambiental como parte de los criterios de clasificación para la priorización del levantamiento catastral. 

“Considerando que la actualización catastral se aborda desde otros instrumentos de política, en este documento de política se plantean acciones que fortalecen los procesos en curso y aportan a la atención de las dinámicas de ocupación y tenencia de la tierra que generan presión sobre el bosque”.

Los bosques de Chiribiquete sucumben ante las mafias. Foto: Jhon Barros.

Para promover el acceso progresivo a la propiedad y otras formas de tenencia, distribución equitativa de la tierra, seguridad jurídica y mercado de tierras transparente, la estrategia plantea que en 2021 la Agencia Nacional de Tierras realice el ordenamiento social de la propiedad en siete municipios con núcleos de alta deforestación

“Esta atención por oferta se realizará mediante la metodología de barrido predial masivo, lo que permitirá avanzar de forma coordinada y progresiva y atender integralmente los requerimientos originados en las diversas relaciones entre las personas y la tierra. En 2021 deben estar formulados los siete planes de ordenamiento social de la propiedad rural operativo, los cuales permitirán el análisis de las características prediales y establecerán una propuesta para su intervención". 

Entre 2021 y 2029, según el borrador, se desarrollarán un total de 2.800 procesos de otorgamiento de derechos de uso sobre predios baldíos inadjudicables ubicados en zonas de Reserva Forestal de la Ley Segunda de 1959, en las áreas potenciales determinadas por Ministerio de Ambiente.

La Agencia Nacional de Tierras se encargará de desarrollar procedimientos agrarios en las áreas con alta deforestación, que incluirán la recuperación de baldíos, deslinde y clarificación de tierras y extinción del derecho de dominio. “A partir del 2021, el Gobierno adelantará la formalización de territorios étnicos, incluyendo áreas que se encuentran en los núcleos de alta deforestación”.

La deforestación está acabando con el hogar de miles de especies de animales en la Amazonia. Foto: Jhon Barros.

La segunda estrategia también buscará poner en cintura varios de los verdugos del bosque, como minería, ganadería y vías. “2.000 mineros del Bajo Cauca, Nariño, sur de Bolívar y Chocó deberán hacer su tránsito hacia la legalidad. Entre 2021 y 2030 tendrá que estar listo el Plan Amazónico de Transporte Intermodal Sostenible, iniciando con un proyecto piloto con criterios de no deforestación y mínimo impacto ambiental”.

Las zonas no interconectadas de Guaviare, Chocó, Nariño, Putumayo y Caquetá contarán con una estrategia para la estructuración y promoción de soluciones energéticas aisladas, partiendo de 10 proyectos con fuentes no convencionales de energía renovable. “Las franjas de estabilización de la frontera agrícola contarán con lineamientos estratégicos para la ganadería sostenible”.

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Esta hoja de ruta diversificará los acuerdos cero deforestación en las cadenas productivas priorizadas, con el fin de ampliar los productos, empresas y cadenas y gestionar un mecanismo que permita su diferenciación en el mercado. “Esto contará con requisitos de acceso a los mercados internacionales relacionados con sostenibilidad y deforestación en los sectores que involucren productos asociados al bosque, como palma de aceite, cacao, café y banano”.

Según el documento borrador del Gobierno, la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia y el Ministerio de Ambiente coordinarán y articularán la gestión de los recursos de la cooperación internacional entre los diferentes actores que intervienen en la lucha contra la deforestación.

La cultura del hacha sigue en varios municipios amazónicos. Foto: Jhon Barros. 

El DNP coordinará y articulará la gestión de proyectos en los núcleos de alta deforestación a través de la inversión pública del presupuesto general de la nación, para lo cual se diseñará un instrumento de focalización de proyectos en el marco de esta política y se incorporará la misma en el Sistema Unificado de Inversiones y Finanzas Públicas”, indica el borrador.

También se formularán instrumentos técnicos para promover la prevención de la deforestación en los proyectos de inversión pública financiados con recursos de regalías. “Se diseñará una herramienta para identificar de manera temprana potenciales impactos negativos asociados a la deforestación en los proyectos de inversión”.

Otras actividades incluidas dentro de la segunda estrategia del documento borrador CONPES son:

  • Fortalecer las capacidades técnicas de los entes territoriales y autoridades ambientales a través de jornadas de capacitación y acompañamiento técnico.
  • Contribuir a la formulación de los planes de vida, etnodesarrollo y desarrollo comunal y comunitario.
  • Lineamientos de infraestructura verde vial para el sector transporte, entes territoriales y Corporaciones Autónomas Regionales.
  • Actualizar las medidas de los Planes Integrales de Gestión de Cambio Climático Sectoriales tendientes a contrarrestar los motores de deforestación. 
  • Fortalecer las capacidades de las comunidades para la prevención y mitigación de incendios forestales.
  • Incentivar los modelos de comercio para privilegiar aquellos productos maderables y no maderables que contribuyan a la protección y manejo de los bosques.
  • Incorporar estrategias que hagan énfasis en la deforestación, cambio climático y gestión sostenible de los bosques dentro los procesos de educación ambiental y Proyectos Ambientales Escolares.
  • El SENA contará con una estrategia de formación para el trabajo y emprendimiento relacionado con el bosque,  dirigida a las comunidades en las diferentes regiones del país afectadas por este flagelo.

Los primeros seis meses de este año han presentado incremento en la deforestación. Foto: Rodrigo Botero.   

Lucha contra las mafias

La tercera estrategia de esta política de 10 años incluye diversas acciones para lograr el control territorial y reducir las dinámicas ilegales que impulsan los proceso de deforestación en Colombia, como cultivos ilícitos, extracción ilegal de minerales, tala de madera, acaparamiento de tierras y corrupción.

“Esta estrategia contempla medidas encaminadas a la prevención, control y restablecimiento de la legalidad a través del ejercicio de las fuerzas militares y en conjunto con la gestión de las entidades de investigación, judicialización y autoridades ambientales”, dice el documento. 

El principal eje articulador para proteger el bosque de las mafias será el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación y otros Crímenes Ambientales Asociados (Conaldef), integrado por los Ministerios de Defensa, Justicia y Ambiente, Procuraduría y Fiscalía. 

“Pese al gran número de instituciones que lo conforman, es necesario integrar al Conaldef a aquellas entidades que hacen parte de la cadena de valor de la lucha contra la deforestación, como el Consejo Superior de la Judicatura y la Superintendencia de Notariado y Registro”.

El resguardo Nukak está entre los territorios más afectados por la deforestación. Foto: Rodrigo Botero.

El documento borrador contempla para 2021 el diseño de una herramienta de gestión gerencial orientada a la integración de datos, con el objetivo de generar la información necesaria que permita dirigir la toma de decisiones para la atención de la lucha contra la deforestación y sus crímenes ambientales asociados. 

Esto debe contar con una batería de indicadores de gestión, recursos, resultados e impactos para realizar el efectivo seguimiento a los programas, planes y estrategias sectoriales impulsadas en el marco de Conaldef”, advierte el borrador. El Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación tendrá que dar marcha acciones para articular los procesos sancionatorios, policivos y de investigación penal y disciplinaria, además de identificar la conexidad con estructuras de delincuencia, grupos armados organizados y rentas ilícitas.

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El Ministerio de Defensa tendrá a su cargo analizar la información de inteligencia con énfasis en las dinámicas que impulsan la deforestación, "con el fin de que las demás entidades desarrollen los procesos necesarios para atender los crímenes ambientales relacionados con los motores ilegales de deforestación. En los próximos dos años, este Ministerio diseñará la Fuerza de Protección Integral Ambiental para proteger de amenazas internas y externas los recursos hídricos, biodiversidad y el medioambiente, y así evitar que las economías ilícitas sigan destruyendo los activos estratégicos de la Nación".

La Macarena figura entre las áreas protegidas más deforestadas del país. Foto: Rodrigo Botero.

“La Policía Nacional y el Ministerio de Defensa realizarán el diagnóstico y planeación de la seguridad ciudadana en áreas rurales con alta deforestación; también fortalecerán el Centro Integrado de Control Operacional Rural (CICOR) y los procesos de capacitación del personal que integra el grupo de Carabineros Guardabosques”.

La Fiscalía General de la Nación contará con un programa de formación dirigido a fiscales, investigadores y peritos especializados que mejoren las competencias laborales relacionadas con el medioambiente. “Las fuerzas adelantan el rol operativo para combatir el accionar delictivo que atenta contra la conservación de los recursos naturales, también fortalecerán sus capacidades de prevención y control”.

Otras acciones para luchar contra las mafias come bosque son:

  • Mejorar la transparencia y seguimiento en el sector forestal de los productos provenientes de bosque natural y plantaciones forestales.
  • En 2021 iniciará la actualización del sistema de trazabilidad forestal, proceso que vincula el desarrollo de los módulos de aprovechamiento y planificación forestal al interior de una plataforma. 
  • Capacitación y acompañamiento a las entidades de control y seguimiento sobre la gestión de la información generada a partir del 2021 al 2030
  • La DIAN creará una estrategia para el control de los requisitos aduaneros en las exportaciones, previamente establecidos en los listados de productos de la flora silvestre desarrollado por el Ministerio de Ambiente.

La agonía de la selva amazónica colombiana avanza a pasos agigantados. Foto: FCDS.

Mejor monitoreo

La última estrategia del documento borrador CONPES busca fortalecer los sistemas de monitoreo y seguimiento para poder administrar de una forma eficiente el recurso forestal colombiano. 

Esto incluye las acciones que buscan asegurar una coordinación y articulación de la información necesaria para la toma de decisiones en relación al monitoreo y seguimiento de la deforestación, a través de la generación de información confiable, consistente y de calidad sobre la oferta, estado, presión y dinámica del recurso forestal”, indica el borrador.

Una de las apuestas será una transformación digital del Sistema Nacional Ambiental (SINA) a través del Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC). “Se incluirán acciones de organización, centralización, estandarización e interoperabilidad de la información requerida para el control de la deforestación y demás procesos relacionados y enmarcados en este sistema de información”.

El Catatumbo está entre las zonas más deforestadas este año. Foto: Ejército.

El Ideam elaborará anualmente la reglamentación de los mecanismos del Inventario Nacional Forestal, Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono y Sistema Nacional de Información Forestal. “Desde 2025, la entidad liderará la elaboración de la memoria técnica de los resultados del análisis del monitoreo del bosque natural y la deforestación anual”.

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El DANE deberá fortalecer técnicamente la Cuenta Nacional de Bosques del Sistema de Cuentas Ambientales y Económicas; esto con el fin de contar con información en términos físicos, monetarios y los movimientos dentro de la economía para productos forestales maderables y no maderables. 

“El Ideam también tendrá a su cargo el diseño de una estrategia de sostenibilidad financiera que vincule recursos del presupuesto general de la Nación para superar las limitaciones de financiación identificadas para garantizar la generación de información acerca de la oferta y estado del recurso forestal”.

Otras acciones contempladas son:

  • Desarrollo de un modelo de riesgo de deforestación a 10 años, programando períodos de ajustes quinquenales. 
  • Identificar la participación porcentual de la deforestación nacional por causas y agentes, así como acciones y sitios críticos de accesibilidad para el monitoreo permanente.
  • Módulos de seguimiento del recurso forestal, áreas en proceso de restauración, zonas de manejo forestal sostenible, acuerdos de conservación y cero deforestación y degradación de suelos.
  • Consolidar procesos de monitoreo comunitario participativo.
  • Realizar dos talleres anuales con el objeto de fortalecer las capacidades de las comunidades rurales en el uso de las herramientas para monitorear el bosque.