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Imagen de una de las salas del Museo de la Salsa de Cali. Está llena de fotografías en las paredes.

PRIMERA DE LA FILA

De Cali pa Colombia

29 de julio de 2020

El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación aprobó, el 9 de julio, al Complejo Musical Dancístico de la Salsa Caleña para entrar a la lista representativa de patrimonio cultural inmaterial de la nación.

El Complejo constituye una manera heterogénea de concebir ese género musical. Representa una suma de “prácticas medulares: la música, el baile, la melomanía y el coleccionismo, que van de la mano de los artesanos del calzado y el vestido artístico, los lutieres, los escritores y los realizadores audiovisuales”, cuenta Diego Echeverri, uno de los investigadores que trabajó en la postulación.

Esta resaltó “el valor identitario de la manifestación. En muchas ciudades del mundo e incluso del país disfrutan la salsa, pero en Cali la viven con una intensidad única”.

La identidad de la salsa caleña viene de la mezcla con otras músicas y culturas colombianas. Desde mediados del siglo xx, habitantes del norte del Cauca, del Pacífico y del suroccidente colombiano migraron a esa ciudad. El intercambio cultural le dio a la salsa caleña figuras como Piper Pimienta Díaz y Tito Cortez, y le añadieron a la clave un aire de currulao.

Tradicionalmente, el género se escucha y se baila a treinta y tres revoluciones por minuto. Pero como el bailador caleño de mediados del siglo pasado estaba acostumbrado al mambo, los discómanos de los bailaderos aceleraron la música a cuarenta y cinco revoluciones por minuto. A esa velocidad el énfasis está en piernas y caderas.

La mayoría de los migrantes llegaron a lo que hoy se conoce como el barrio obrero. “Allí se gestó parte de la tradición salsera”, explica Echeverri. El barrio es un “espacio vivo y vigente de la memoria de personas, situaciones y sitios representativos que dan cuenta de la manifestación de la salsa en el espacio urbano”.

Y, según se explicó en la postulación, lo que hoy es ese lugar de la ciudad está íntimamente ligado a la pasión de sus habitantes por la salsa. Siete años de trabajo están detrás de este reconocimiento.

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