Especiales Semana

Innovadores, así son los doctores

El mayor acceso a los doctorados en el país abre campo a la investigación y permite que se genere conocimiento en las empresas.

29 de marzo de 2008

En el transcurso de los últimos dos años, se duplicaron los programas de maestrías y doctorados en Colombia, de 331 maestrías y 60 doctorados que existían en 2006, se pasó a 624 y 105, respectivamente, en 2007, según el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies). Con ello se está haciendo evidente una trasformación en la educación superior colombiana que responde a dinámicas generadas en un contexto internacional, está interesada en el desarrollo de la ciencia y la tecnología y ha sido impulsada por políticas públicas de fomento a la creación y el fortalecimiento de posgrados.

Dicha transformación es aún más notoria en las reformas académicas que se empieza a llevar a cabo en instituciones de educación superior donde, entre otros aspectos, se fortalece la investigación y se generan mecanismos desde el pregrado para que los estudiantes den continuidad a sus estudios en el nivel de posgrado. De tal forma, la educación se asocia como un proceso activo que deben mantener los individuos a lo largo de la vida y que aporta a su interacción con la sociedad.

Por consiguiente, la tendencia es a que cada día existan más profesionales con título de maestría. Según el Snies, en 2005 las instituciones de educación superior reportaron 2.614 graduados, y a 2006, 3.073, de los cuales el 67,8 por ciento se concentraba en tres áreas del conocimiento: Economía, Administración, Contaduría y afines; Ingeniería, Arquitectura, Urbanismo y afines, y Ciencias Sociales y Humanas.

Una razón para que se opte por la formación posgradual es que esta incide positivamente en el incremento del salario; mientras el ingreso mensual promedio de un profesional con título universitario de pregrado es de 1'196.270 pesos, con título de maestría es de 2'410.441 pesos (fuente: Observatorio Laboral para la Educación). Otra motivación es la posibilidad de establecer un vínculo como docente de una institución de educación superior o como investigador. De hecho, el fortalecimiento de las maestrías contribuye al mejoramiento de la calidad de la educación superior, y este ha sido promovido por el Ministerio de Educación Nacional a través de programas que facilitan estudios en este nivel a los docentes.

Doctores para la empresa

De igual forma, se encuentra en ascenso el número de doctores en el país: para 2004 existían 1.995; en 2007 se llegó a 4.002, de estos, 1.160 son mujeres, y 2.841, hombres (fuente: Scienti-Colciencias). Los profesionales con título de doctorado cobran hoy una importancia particular en el mundo, ya que cada vez se les reconoce más el liderazgo que ejercen en los procesos de innovación que favorecen la economía, tanto con la creación de productos como en la reconfiguración de recursos y la generación de nuevas formas de organización y de mercados.

Es así como en los países del norte existe una demanda creciente de doctores por parte de las empresas, en especial aquellas que se basan en tecnología, como la biotecnología, las biomédicas y las telecomunicaciones. Este modelo hace visibles los beneficios de la relación universidad-empresa-transferencia de conocimiento.

¿Cómo se han establecido esas relaciones entre los doctores y las empresas colombianas? Luis Antonio Orozco Castro, estudiante del doctorado de Administración en la Universidad de Los Andes e investigador de la Vicerrectoría de Investigaciones de la misma institución, se ha dado a la tarea de hacer un seguimiento riguroso a la segunda Encuesta de Innovación y Desarrollo Tecnológico, realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y Colciencias, en 2005.

En la encuesta, el investigador identificó las empresas colombianas que tienen registrados productos (patentes, marcas, software, derechos de autor) a través de los cuales se puede inferir que tienen innovación. A diferencia de los países del norte, en la lista colombiana no sólo figuran empresas dedicadas al desarrollo tecnológico, también aparecen industrias de alimentos y bebidas, y de confecciones.

La relación que las empresas colombianas establecen con la investigación se da a través de vínculos esporádicos con los centros de investigación o con las instituciones de educación superior, con la presencia de un Ph D dentro de su personal y, en algunos casos, a través de la existencia de un Departamento de Innovación y Desarrollo, el cual, por lo general, es liderado por un Ph D.

La Encuesta de Innovación y Desarrollo Tecnológico registra 6.670 empresas, Orozco identificó la presencia de 324 doctores, lo que equivale al 0,1 por ciento del personal ocupado, que se distribuyen en las medianas y las pequeñas empresas (50,6 por ciento) y grandes empresas (49,4 por ciento). Para el primer caso, son los mismos empresarios quienes tienen el título de doctor.

De estas 6.670 empresas, 824 presentan un producto protegido por los derechos de propiedad intelectual, y de las 824, sólo 151 tienen Departamento de Innovación y Desarrollo; 673 tienen producto pero no Departamento, en buena medida porque son multinacionales, lo que significaría que son estas las empresas que están patentando el mayor número de productos en el país.

De las 673, el investigador tomó una muestra de 151 para hacer asociaciones con las 151 que tienen Departamento de Innovación y Desarrollo, es decir, en total observó 302 empresas, de las cuales 48 tienen departamento y al menos un doctor, y 22 no tienen Departamento y al menos un doctor.

De esta manera concluyó que a medida que aumenta el número de productos registrado, es mayor la presencia de Ph D en las empresas; así mismo, en cuanto hay más doctores en una empresa, se incrementan las relaciones con las redes organizacionales, un aspecto que determina la capacidad de asociación para innovar.

En efecto, un hallazgo significativo fue el hecho de que las empresas que han establecido relaciones estrechas con los centros de desarrollo tecnológico y otras organizaciones afines han contado con la presencia de Ph D, de tal forma que es más amplia la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas planteados y, en consecuencia, hay mejores resultados en el proceso de innovación.

Esta valoración de los profesionales con título de Ph D confirma los esfuerzos que se están haciendo para que el país trabaje por una cultura de innovación apoyada en la ciencia y la tecnología. Un tema en el que se viene trabajando desde hace más de una década a través de los programas de Colciencias, la creación de centros de desarrollo tecnológico y de investigación —estructuras institucionales que adelantan investigación y realizan transferencia de tecnología a la industria— y más recientemente con la conformación de los Centros de Excelencia, en los que confluyen distintas universidades para abordar desde la investigación científica problemas particulares de nuestra sociedad.

Es claro que el país está orientando la inversión en ciencia y tecnología a mejorar la competitividad y productividad, de cara a los tratados de libre comercio. Por esta razón, ha hecho un llamado: se necesitan maestros y doctores en Colombia. -