Los colombianos, según datos oficiales, realizan 62 trámites a lo largo de su vida, sin embargo, varios de estos procesos aún no están disponibles en internet | Foto: Bloomberg

Gobierno en Línea

Latam avanza en gobierno electrónico, pero los ciudadanos siguen haciendo fila y persiste la corrupción

Los gobiernos latinoamericanos tienen la oportunidad de hacer más eficientes sus procesos y combatir la corrupción gracias al internet, una poderosa herramienta de participación ciudadana que ha puesto en jaque a un sinnúmero de mandatarios en todo el mundo.

29 de septiembre de 2015

El fenómeno de la corrupción ha reaparecido con fuerza en varios de los países de América Latina, incluso en aquellos que están gobernados por líderes de izquierda que subieron al poder con la promesa de poner fin a los viejos paradigmas y lograr la equidad social. 

Según un reporte de la Organización Transparencia Internacional, el país más corrupto de América Latina y el Caribe en 2014 fue Venezuela. Con una puntuación de 19 sobre 100, el país gobernado por Nicolás Maduro compartió la peor posición con Haití.

Uruguay fue el mejor clasificado a nivel regional  (21 a nivel mundial), en parte, gracias a sus notables avances en materia de Gobierno electrónico. De hecho, ese  país prevé que para el 2017 todos sus procesos burocráticos estén en línea.

Esta nación suramericana, de tan solo unos 3 millones de habitantes, entendió que es más eficiente que los ciudadanos realicen los trámites, pagos y consultas en internet que de forma física.

Es por ello que en el listado anual de los países con mayores avances en términos de Gobierno electrónico de las Naciones Unidas se situó primero en América Latina y 26 a nivel global por encima de países como Rusia, Suiza, Grecia y Portugal.

La Universidad Católica de Uruguay “destacó el ascenso de 24 posiciones que ha tenido el país de 2012 a 2014”, y explicó que este positivo resultado se debe al diseño de un plan estratégico a corto plazo para lograr una mayor competitividad en ese campo.

Este desafío también lo comparte Colombia, una nación que tiene importantes retos en su relación con la ciudadanía por medio de internet, ya que a nivel latinoamericano es el tercer país con mayores avances en esa materia pero en el mundo se ubica en la casilla número 50.

El hecho de que los ciudadanos todavía gasten dinero en transporte y hagan filas interminables para recibir un documento, mantiene relegado al país en los listados internacionales. 

La problemática, en parte, se debe a la falta de confianza de las personas a la hora de realizar trámites por internet. Esta situación resulta compresible si se tiene en cuenta que Colombia es el tercer país más afectado por cuenta de los fraudes electrónicos, con más de 300.000 denuncias por suplantación de identidad , según cifras entregadas a este medio por el presidente de Certicámara, Hector Jóse García.

La viceministra de Tecnologías y Sistemas de Información TI, María Isabel Mejía, reconoce que, a pesar de los desafíos, en la actualidad los ciudadanos pueden “acceder a más y mejor información pública de manera expedita”, lo que ha incentivado el “control social a la gestión de los gobernantes”.

“El avance en materia de Gobierno electrónico en Colombia se evidencia en el incremento gradual del número de transacciones e interacciones. Actualmente, el 65% de los ciudadanos y el 81% de los empresarios, se relacionan con el Estado por canales en internet”, apuntó la directiva en una entrevista concedida a Dinero.

Uno de los logros más importantes del país, tiene que ver con la publicación de información primaria por parte de unas 600 entidades públicas en el portal www.datos.gov.co. Esa información está a disposición de investigadores, desarrolladores e incluso periodistas para la ejecución de sus proyectos o actividades.

Los colombianos, según datos oficiales, realizan 62 trámites a lo largo de su vida, sin embargo, varios de estos procesos aún no están disponibles en internet. Por esta razón el MinTIC, junto a otras entidades del Estado, promueven la ‘Ruta de la Excelencia’, una iniciativa con la cual busca digitalizar 19 servicios relacionados con la salud, empleo, identificación, movilidad, entre otros.

Este proyecto prevé mejorar la atención que recibe la ciudadanía en línea acerca del proceso de restitución de tierras, reparación integral a víctimas, solución de sus conflictos familiares, atención de emergencias, entre otros.
 



Adicionalmente, como parte de la 'Ruta de la Excelencia' se promoverá la apertura de datos referentes a movilidad, seguridad ciudadana, prestación de servicios de salud, ordenamiento territorial, cadena producto del agro y calidad y cobertura educativa. Esta estrategia “permitirá el desarrollo de aplicaciones tecnológicas que ayuden a resolver problemáticas o generen nuevas oportunidades”, agregó la viceministra TI, María Isabel Mejía.

La clave para lograr que los Gobiernos sean más eficientes es “simplificar la burocracia y aprovechar las innovaciones tecnológicas con el fin de brindar mejores servicios”, explicó en un artículo periodístico el jefe de la división de Capacidad Institucional del Estado del Banco Interamericano de Desarrollo, Carlos Santiso.

 “En muchos países de la región, la maraña burocrática que deben sortear los ciudadanos es asfixiante y también sofoca la competitividad y el emprendimiento”, sentenció el experto en el documento titulado: ¿Cómo recuperar la confianza en los gobiernos de América Latina?

Esta teoría toma fuerza en el escenario actual, pero hace más de 30 años el teórico estadounidense Marshall Mcluhan pronosticó que las nuevas tecnologías se iban a convertir en la extensión del pensamiento humano, así como el martillo es una prolongación de la fuerza del brazo. 

A pesar de que ya han transcurrido varias décadas desde que se popularizó este concepto en la esfera académica, aún existen barreras para la explotación de las herramientas digitales en la modernidad. 

Una de ellas es la falta de acceso a las nuevas tecnologías y la desconfianza que supone interactuar con los medios digitales. Gran parte de esta responsabilidad corre por cuenta de los gobernantes y la falta de inversión para ejecutar estos proyectos que sin duda facilitarían la vida de las comunidades.