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| Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ/SEMANA

CULTURA POPULAR

Las fiestas de San Pacho: Patrimonio universal

Las fiestas de San Francisco de Asís, llamadas de San Pacho que se realizan desde hace 363 años en Quibdó, fueron declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Fotografías de León Darío Peláez.

8 de diciembre de 2012

En las fiestas de San Pacho, que se remontan a 1648 -aunque su forma actual data de 1926-, la locura comienza el 20 de septiembre cuando la fiesta más étnica de Colombia arranca con el Desfile de Banderas de los 12 barrios llamados franciscanos. Luego, cada uno de ellos presidirá los 12 días siguientes, en los que presentan sus comparsas y sus chirimías para acompañar su disfraz: una carroza con figuras talladas en balso por 'disfraceros' que representan escenas cargadas de crítica social y política.

Durante las tardes de estos 12 días, el carnaval o 'revulú' recorre como un huracán los barrios de Quibdó. Después de la última verbena, en la noche del 3 de octubre, con orquestas, baile y sancocho de siete carnes, los 'sanpacheros' se reúnen, a las dos de la madrugada, en el atrio de la catedral San Francisco de Asís. De allí parte la Procesión de los Gozos por el mismo recorrido de los' revulú', pero con una estación en el altar de cada barrio. Al amanecer, regresan jubilosos a la catedral para la misa de seis e ir a dormir hasta las tres de la tarde, cuando se inicia la majestuosa procesión central. Por única vez en el año, San Pacho sale adornado con joyas de oro chocoano que los devotos le han dado en gratitud, para recorrer casi veinte kilómetros bajo un sol demoledor o un aguacero descomunal. En el crepúsculo, los feligreses regresan con San Pacho a la catedral, en cuyo atrio se celebra otra solemne misa como culminación de la fiesta. Como dice el investigador Julio César Uribe Hermosillo: "…La fiesta ha terminado y habrá que esperar hasta el próximo año para volver a vivirla, es decir, para volver a celebrar la dicha de estar vivos para vivir a San Pacho, a ¡San Pacho Bendito!, un santo blanco para un pueblo negro, un santo pobre para un pueblo empobrecido al que lo único que no han podido expoliarle es la alegría".