Quise su boca… Quise su bocaAtrapar todas las lenguas Quise sus dientesAfilar una a una las palabras Quise su pielVestir de tarde ante la lumbre Quise sus piernasEclipsar el día entre las mías Quise su risaLlené cada ahogo en mi garganta Luisa Fernanda Trujillo Amaya (1960) Ciruela Alégrate de haber reídoDel sabor que habitó en tu gustoDe las palabras candentesDe la siesta dormida en la lluviaDe la mano que te soltó una noche De la canción que cantamos un día camino de SevillaDe la tarde en que caminamos por el río y vimos El torrente y el pez volando hacia la piedraAlégrate de la ciruela que fuiste en la rama de mis dientes,Y de la risa repetida en tu risa. José Zuleta Ortiz (1960) Viaje Toda mujer que amamos se vuelve Manoasin darnos cuenta. Eugenio Montejo De donde nunca se podrá irla lluvia de tu peloes de este río de palabras crecidasque corren hacia tu recuerdode esta fiesta de peces tricoloresque se alimentancon las huellas de espumaque dejó tu sonrisade estos silenciosde planeta rojoque como un niñobuscodebajo de las piedras Álvaro Neil Franco Zambrano (1969) Poema de la primera vez Hay algo irrecuperableen descubrir a un desconocido.Ofrecerse ante la vista y el tactode quien hasta entoncessolo nos ha tratado vestidosentraña un acto de desprendimientopoco común.Si la ocasión permitehacerlo sin vehemencia,hay algo de paternal y fraternoen desatar los cordones,desajustar los brochesy bajar las cremalleras.De este modolas prendas van quedando en el suelo,como espigas segadas por el deseo.Suele sobrevenir entoncesun instante en que la caja negra se abrey retiene para siempreun olor, un gesto, algún escorzo del cuerpo.Luego vendrá lo de costumbre en estos casos:las caricias, las precauciones, el delirio, el hastío,el amor, la obsesión, las despedidas.Cualquier cosa puede sucedery llegar a borrarse.Pero queda el tatuaje del instanteen que nos fue dadorobar el fuegodel aliento del desconocido. John Galán Casanova (1970) 28 Cuando el amor vuelveno se sienta en primera filaobserva desde atrás, mira con receloatento a que el deseo aparezca y lo deshaga.Ya no lo crea, ya no lo fantaseasolo acepta el deseo real, el que aparece de cuando en vezcon absoluta necesidadcasi fisiológicacasi. Llena en un instante el vacío de noches enterasal abrigo de las sábanases un instante mínimo, que ocurre muy rara veztodo lo demás lo inventamosno existelo fabricamos para llenar el vacío del cuerpo por el cuerpo. Por eso, cuando el amor vuelvesi vuelveya no se quedaacecha el momento en que el deseo es realporque cada día es una despediday el encuentro un manjar de diosesservido entre tus manospara ser saboreado con el tacto del artista. Un diminuto momento, casi un prodigiocasi. Karolina Urbano (1974) 17 poemas de 17 poetas colombianas Siembra Conocí el amor con dos niñosque sembraban árboles por toda la ciudad.Cerca de mi casa creció un árbol de algodón.Él, ya de joven,pasaba de vez en vez recogiendo las semillas.La esquina se llenaba de motascuando el árbol entregaba sus frutos.Nadie supo qué pasó con ella.El chico se hizo viejohincándose para sembrary dejando regado el algodón por todas partes.De esa manera comprendíque el amor dura toda la vida. Angélica Hoyos Guzmán (1982) Podéis decir que Robert J. O’Hara amó a una mujer Podéis decir que amé a una mujer alta como octubre,Con sus lentas tardes de tedio y sus calles que se le enredaban en el cuello.Podéis decir que tenía los pezones duros en una cabina telefónica.Que tantas manos tenía, y que una a una del bolso las iba sacando.Algunas traían nuevas siluetas, como un sueño sigue a otro,Y en el teatro la luna se ve más cerca.Dos necesitaba para endulzar el café, la izquierdaPara los labios; otra para predecir la caricia, con todo y el meñique curioso.Credenciales de vida que se caían con el vestido.Costumbres y parientes, trajes, olvidos, comunismo y Dios en la cruz.El divorcio de sus padres, el suicidio, los crucigramas,La patria, este sol 2 centímetros más alto, todo esto es lo que somos,Aquello que nos trajo el uno al otro con la foto del pasaporte;El perfil de nuestros días transcurridos en tantos amores extraviados,Que al cabo de 3 whiskys ya compartimos.Pero es esto mismo, corazón solitario, al alba de cada presente que resume nuestras vidas(Incluso el amor con sus ritos), lo que mañana mismo puede separarnos.Ella me lo enseñó con un golpe de valija.Decid mejor que Robert J. O’Hara amó a una mujer, sencillamente,Como un mortal con azar y jueves. Decid que la trama se teje sin nuestro consentimiento,Siempre al vuelo, y que somos los dueños de un humilde lote baldío de rosas.¿Por qué habría necesidad de más? Julio Alberto Balcázar (1984) Poema de amor 2 Tus restos en una bolsa negra.Volver al mundo como si nada. Lavarse las manoslavar la camisa limpiar la casamejorar de genio por no generar sospechahacerse de día en día el pendejopasar por vivo que por muertopasar por encima del hecho en concretoy volver al mundo como si nada. Cargar con tu muerte con tu cadávercon tu cuerpo en una bolsa negra.El amor nos cambia. Amalia Moreno (1988) Pez de fuego Cada palabra que te ofrezco es un anzueloes una llamaes otra forma de invitarte al centro de mi cuerpoque también es mi espíritupara que veas el vacío que se agita La carnada que utilizo es invisiblesustancia astral Mi intención es ferozla conquista del alma requiere la mayor ofrenda. Alejandra Lerma (1991) Encuentro Para Cinthya Si el arroyo que pasa por mi casame llevara a la tuyacuántos chapuzones no me hubiera dado yatan solo para presentarme ante tu puertasucio harapiento y húmedopidiendo refugio en tu habitación Allí, al calor de tu axilaveríamos caer la lluvia por la ventana como una pésima película–Las muertes ajenas serían un cálido tema de conversación– Pero el arroyo que pasa por mi casaarrastra cuerpos bañados en sangrehacia un lugar lejano habitado por otros cuerposMuchos cuerpos apiladosformando una montañasemejante a una fuente que en vez de aguaescupe alaridos y huesos Allí el arroyo es más poderosoporque las lágrimas de los ahogados aumentan su caudalAllí desembocan todos los arroyosincluso los de tu infancia y la mía A veces imagino que esa desembocaduraes nuestro primer y último punto de encuentro… Kirvin Larios (1993) 12 poemas dedicados a los gatos

Poemas tomados de ‘Nuevo sentimentario‘, selección de Darío Jaramillo Agudelo, Juan Felipe Robledo y Catalina González Restrepo (Luna Libros, 2019).