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Chiribiquete es una de las formaciones geológicas más antiguas del continente. Sus montañas rocosas tienen más de mil quinientos millones de años y alturas que llegan a los ochocientos metros.

HAY FESTIVAL 2020

'Chiribiquete', un fragmento de la investigación de Carlos Castaño-Uribe

Esta serranía es una pieza clave en cientos de folios de historia no contada para comprender el concepto de ancestralidad prehispánica.

Carlos Castaño-Uribe
20 de enero de 2020

Hace treinta y tres años, tuvimos oportunidad de “divisar” para el Sistema de Parques Nacionales de Colombia la serranía de Chiribiquete. Un sitio excepcional desde todo punto de vista, al que ya no le caben más epítetos de sorpresa y admiración. Iniciamos, entonces, un completo reconocimiento aéreo, en ese momento, dada la dificultad física y real de hacerlo por tierra y agua. Sus intrincadas y abruptas formas y su relieve agreste, milenario y desconocido empezaron a ser investigados a comienzos de los años noventa. Emprendimos la coordinación de las primeras expediciones que nos llevaron a un nutrido grupo de especialistas –que representaba lo mejor de la investigación del conocimiento biológico del país– y a mí a comenzar a escudriñar este mágico mundo oculto, cuya vastedad se pierde entre rocas perpetuas, ríos de aguas de color té y extensas selvas que, a lo largo de estos últimos años, han empezado a ser constreñidas desde los principales centros de colonización amazónica, avecinando un daño catastrófico para este legado planetario.

[…] La evolución cultural de las sociedades indígenas del continente americano está siendo profundizada de nuevo, a partir de hallazgos en varios puntos geográficos y ecosistémicos […]. Hemos empezado a entender que las simples bandas de cazadores no eran ni tan simples ni tan itinerantes como se había supuesto y que, como en el caso de Chiribiquete, quizás habían llegado con un modelo cosmogónico y espiritual más elaborado de lo que se había presupuestado.

Colombia siempre se ha considerado un área de desarrollo relativamente incipiente, frente a los modelos más evolucionados alcanzados en México y Perú […]. Los registros de lo que hemos encontrado hasta el momento en la serranía de Chiribiquete –y que aquí se comparten con un público general– muestran evidencias de manifestaciones pictóricas que podrían estar asociadas con expresiones muy tempranas del poblamiento americano […] Sobresale, además, que sea Chiribiquete, un lugar enclavado en la mitad de la amazonia colombiana, el sitio en donde se documenta una larga tradición cultural –que puede llegar incluso hasta nuestros días–.

[…] La significancia de este contenido mural resulta especialmente estimulante en el contexto pictórico enclavado en la región del Amazonas colombiano y va más allá de las ideas e interpretaciones que hemos deducido en más de treinta años de investigación: es este sitio y sus íconos emblemáticos los que muestran una gran dispersión continental, evidenciando una relación profunda y extensa con otros sistemas naturales, con otros pueblos y etnias.

[…] Colombia ha sido reconocida, en su pasado pre y etnohistórico, como el país de El Dorado. Ahora sabemos que parte de esa dimensión –que tanto interés generó durante la conquista europea y después de ella– no se compadece ni se entiende suficientemente bien si no logramos descifrar su relación con la iconografía del chamanismo […]. Cada nuevo abrigo con pinturas que se descubre en este sitio aporta atributos y componentes que reafirman algunas estructuras generales de un contexto muy amplio […]. De lo que no cabe duda es que en esta serranía se observa la mayor expresión y desarrollo iconográfico respecto de otras tradiciones de la iconografía rupestre.

[…] Finalmente, este libro está elaborado con un nutrido conjunto de imágenes (fotos, mapas y dibujos) que esperamos mejoren la comprensión de los textos explicativos sobre este patrimonio de la humanidad […]. Con esto, esperamos que se pueda engranar una estrategia de educación que permita mejorar la apropiación de todos los colombianos y del mundo en general, para lograr con ellos su defensa y su conservación en el corto, mediano y largo plazo. El papel más importante que tenemos todos es comprometernos y asegurar que este sitio sagrado pueda seguir existiendo, como en los últimos siglos.

*Este fragmento surge de la introducción del libro Chiribiquete: la maloka cósmica de los hombres jaguar (Villegas Editores, 2019), el más reciente del bogotano. Parte de la investigación y toda la producción editorial fue financiada por SURA. Quienes compren Chiribiquete: la maloka cósmica de los hombres jaguar en gran formato o de bolsillo contribuyen a un fondo para proteger este parque. Se vende en Librería Nacional, Panamericana, Lerner, treinta puntos del Éxito y tiendas virtuales de Villegas Editores y Mesa Estándar, entre otros.

El protector del tesoro

Este antropólogo y arqueólogo bogotano de sesenta y cuatro años ha dedicado su vida al estudio del Parque Nacional Natural Chiribiquete, entre Caquetá y Guaviare. Ha sido un actor clave en la protección y conservación del lugar, tanto en su encuentro y declaración como parque nacional como en el trabajo para conseguir reconocimiento legal y ambiental. Ha sido el coordinador general y encargado de las campañas arqueológicas desde 1990 hasta la fecha. Sus investigaciones permitieron elaborar el dosier para la nominación de este parque como patrimonio natural y cultural de la humanidad ante la Unesco. En 2018, Chiribiquete obtuvo esta distinción.

EN EL HAY FESTIVAL: Castaño se presentará el 31 de enero en el Hay Festival de Medellín. En la Casa Hay Festival de Cartagena, los interesados podrán asistir a una exposición de fotografía del Chiribiquete.

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