FOROS SEMANA
Un trabajo de respeto
El 10 de diciembre cumplió 71 años la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Autoridades y líderes sociales se reunieron para reconocer la labor de los defensores de derechos humanos y analizar cómo garantizar su seguridad. El presidente de la república y el defensor del Pueblo pidieron respeto frente al que piensa y defiende una idea diferente.
En Colombia, ser un líder social o un defensor de derechos humanos es un ejercicio de alto riesgo. Así lo muestran las escalofriantes cifras de agresiones, que van desde amenazas hasta asesinatos. Por eso, cuando en el encuentro se analizó las razones de ese peligro y los caminos para resolverlo, surgió una respuesta que, aunque no es una acción concreta, sí es un acto profundo: si queremos garantizarle la seguridad y la vida a los líderes sociales en Colombia, debemos empezar por eliminar la estigmatización del que piensa diferente.
El defensor del Pueblo, Carlos Negret, fue claro en ese mensaje. “Debemos dejar atrás el legado de la violencia e instaurar formas pacíficas de tramitar nuestros conflictos y diferencias. Si nosotros logramos respetar al otro que piensa distinto y está en otra actividad política, será mucho lo que habremos avanzado”, dijo el funcionario.
Para Negret, hay otros elementos centrales que deben tenerse en cuenta: la presencia de las instituciones y los altos funcionarios del Estado en los territorios, conociendo y viviendo la realidad de los ciudadanos; la implementación de esquemas colectivos de protección; la defensa de las mujeres, que son quienes más sufren la violencia hoy en día; y la implementación integral del acuerdo de paz.
En el último punto estuvo especialmente de acuerdo Erlendy Cuero, líder social y representante de Afrodes. Erlendy, quien habló en nombre de los líderes pero también de las víctimas del conflicto, aseguró que el único camino que hoy tienen las comunidades es la construcción de la paz, sacando la fuerza de la nostalgia que produce ver que otros compañeros ya no están.
Sobre esa necesidad de implementar el acuerdo de paz, el presidente Iván Duque envió varios mensajes, que pueden ser leídos como un parte de tranquilidad. Primero, aseveró que desde su Gobierno, con la estrategia Paz con Legalidad, quieren llegar a los 170 municipios más afectados por la violencia, es decir, los territorios que priorizó el acuerdo y que se conocen como municipios PDET. Segundo, explicó que desde el inicio de su mandato implementó el Plan de Acción Oportuno para la protección de líderes sociales, que entre otras cosas busca garantizar las herramientas de protección colectivas y responder de manera más oportuna a las alertas tempranas.
Pero si hubo un mensaje que llamó especialmente la atención fue el que le envió a la presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Patricia Linares, quien se encontraba en el auditorio como una asistente más. Le dijo que el Gobierno quiere trabajar para que los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición se fortalezcan, y las capacidades de atender las demandas históricas de las víctimas sean justas. Este es un mensaje relevante si se tiene en cuenta que a principios de año fue precisamente el Gobierno quien presentó las objeciones a la ley estatutaria de la JEP, una acción vista por muchos como un ataque al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.
A la par con estas reflexiones sobre la defensa de los líderes, también hubo espacio para analizar la coyuntura nacional, donde miles de ciudadanos se han volcado a las calles para exigir la garantía de sus derechos. Juan Carlos Cortés, viceprocurador general de la nación, explicó que este fenómeno debe alegrar a Colombia, pues es una muestra de una democracia fortalecida, con una sociedad y unos líderes que reclaman inclusión y una paz efectiva.
Sobre esto se pronunciaron tanto el jefe de la misión de verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, como el embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg. El primero quiso dejar claro que quienes hoy se están manifestando para exigir sus derechos a un futuro de paz, justicia e igualdad de oportunidades son también defensores de derechos humanos y deben ser protegidos. Goldberg, por su parte, aseguró que Colombia no puede lograr la estabilidad sin unas fuerzas que den seguridad y operen con habilidad, por lo cual es necesario recuperar la confianza entre estas instituciones y los ciudadanos.
Con esto, de nuevo, la conclusión es que defender los derechos debe pasar por el respeto del que piensa diferente. Así lo dijo el presidente Duque terminando su intervención: “En medio del disenso de la democracia, debemos ser capaces de construir los grandes consensos. Es esencial que en nuestras sociedades tengamos claro que no se pueden reivindicar los derechos pasando por encima de los demás”.
*Este encuentro fue organizado por Foros Semana, la Defensoría del Pueblo y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).