RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

¿Cómo será la Responsabilidad Social Empresarial tras la pandemia?

La crisis de la covid-19 ha llevado a las compañías a acelerar sus programas de RSE. Así, dejan de ser solo un valor agregado o reputacional para convertirse en pilares de la reconstrucción de la economía nacional.

24 de junio de 2020

Recién estalló la crisis sanitaria y al tiempo que se desataban sus primeras consecuencias económicas, las empresas colombianas o con presencia en el territorio nacional probaron su solidaridad y responsabilidad hacia el país. Ecopetrol donó $10.000 millones para fortalecer el sistema de salud de la capital, Servientrega aportó la logística para transportar ayudas a más de 250.000 familias de escasos recursos, Siemens entregó una unidad móvil de salud equipada para atender casos de coronavirus en zonas rurales y el Grupo SURA proporcionó 900.000 elementos de protección a 28 hospitales en 13 departamentos, por mencionar solo algunas iniciativas.

De hecho, esta coyuntura ha visto a muchas empresas llegando más lejos en sus acciones de responsabilidad social, evidenciando la transformación que ha tenido este concepto en los últimos años. En palabras de Carmen Dávila, experta en medición y evaluación de impactos de RSE, ahora esta noción “va mucho más allá de las donaciones y las relaciones públicas”. Pasó de verse como filantropía para entenderse “como el compromiso de la empresa por mantener un comportamiento corporativo autoexigente con todos sus stakeholders: la comunidad, los empleados, los proveedores, etc.”, según el Monitor de Reputación Corporativa (Merco).

Evolución en tiempo real

En medio de la pandemia, esta evolución se ha hecho evidente en varios aspectos. Para empezar, en los esfuerzos sociales llevados a una escala mucho mayor. Empresas como Alquería han triplicado sus aportes a los bancos de alimento, pasando de donar entre 2 y 4 millones de vasos de leche al año a un total de 10 millones debido a la crisis.

Para Carmen Dávila, a partir de esta coyuntura lo nuevo será el énfasis en la sostenibilidad social. “¿Por qué? Porque la pobreza va a regresar a las cifras previas a la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio propias de la década de los noventa. Familias que habían logrado superar la extrema pobreza regresarán a ella y eso es demasiado grave. Requiere de todo nuestro concurso”.

Es más, este impacto de lo social ya es reconocido como uno de los aspectos más relevantes por los responsables de comunicación de las grandes compañías del país. Según Catalina Londoño, directora de Merco para Colombia, “cada vez más las empresas están adquiriendo un papel protagonista como ‘agentes de contribución social’. Más del 62% considera que este es uno de los frentes que desarrollará en la estrategia de respuesta corporativa ante la crisis”.

Una segunda tendencia de RSE que toma más impulso en medio de la cuarentena es la decisión de muchas compañías de adoptar o ayudar a negocios más pequeños en dificultades, asumiendo su responsabilidad directa con la reconstrucción de la economía del país. Muestra de esto es la recién lanzada Liga del Rescate de la Andi. Según el gremio de empresarios, es una iniciativa para que las empresas se postulen como rescatistas o en necesidad de ser rescatadas, y así, entre todas, lograr evitar la quiebra o el cierre de muchas de ellas.

Por último, uno de los claros aspectos de esta evolución es la mirada y el cuidado proactivo de las compañías hacia sus stakeholders más cercanos: sus propios empleados. Grupo SURA es ejemplo de esto, pues se trazó como primer compromiso ante la crisis proteger el empleo; en este caso, más de 30.000 colaboradores en 10 países, de los cuales 20.000 se encuentran en Colombia. Como explica Tatyana Orozco, vicepresidenta de Asuntos Corporativos, “en este momento, no solo importa la salud física, también la salud financiera y la salud mental. Puede que nuestros empleados no hayan perdido su trabajo, pero sabemos que sus núcleos familiares sí se han visto afectados. Por eso hemos otorgado nuevos préstamos especiales con periodos de gracia y la posibilidad de congelar otros. También creamos la línea de atención psicológica 24 horas para los empleados, los asesores y sus familiares”.

Crepes & Waffles es otra de esas empresas que mira hacia adentro. “Fortalecimos la Academia de las Artes S.E.R., una plataforma digital a la que diariamente se conectan nuestras colaboradoras y sus familias para recibir talleres de finanzas personales y espacios de ejercicio, yoga, meditación, desarrollo de talentos y manejo de relaciones familiares, así como de formación enfocada al autoliderazgo consciente”, cuenta Rodrigo Cabrera, gerente general, quien además añade que el objetivo de este programa es apoyar a sus empleados, mujeres en un 90%, a través de herramientas que les permitan sortear la crisis con entereza y fuerza interior. 

Consistencia y cero oportunismo: retos de la RSE actual

Frente a este alentador panorama también aparecen nuevos retos. Uno de ellos, no dejar de lado temas que ya mostraban grandes avances a nivel de RSE y que con la crisis han pasado a segundo o tercer plano. Desde un enfoque medioambiental, múltiples organizaciones como Greenpeace y la ONU han advertido el resurgir de los plásticos de un solo uso representados en tapabocas y elementos de seguridad. Por otra parte, abanderados de la equidad de género en los ambientes laborales también expresan su preocupación.

El desempleo total aumentó casi 24%, pero la brecha entre desempleados y desempleadas se amplió aún más, es decir, las personas que están sacando de los empleos son más mujeres que hombres. Sin duda, si no incluimos a la mujer en la reconstrucción de esta economía, los datos de PIB y demás no van a tener las cifras que buscamos”, explica María Paulina del Castillo, gestora del camino a la equidad en Aequales.

Finalmente, tal vez el mayor reto de todos sea que estas iniciativas tracen el camino hacia un capitalismo realmente consciente y que permanezcan en el core de todo negocio, no únicamente como respuestas a la crisis. Según Enrique Mañas, director técnico de Merco, “aquellas empresas que venían trabajando estratégicamente la RSE han mantenido una continuidad durante la pandemia y han desarrollado una política coherente, obteniendo por tanto un mayor reconocimiento frente aquellas que sólo han buscado el oportunismo”.

En palabras de Isabella Barrios, exgerente de Arquitectura Social Estratégica de la Andi y experta en sostenibilidad corporativa, “lo que más necesitamos ahora son empresarios que afronten los grandes retos sociales que estamos viviendo y los que están por venir, con su lógica de empresarios y no como simples donantes caritativos”.

Volver a la página principal del especial Colombia en movimiento.