Liliana y Nastasia son dos de las beneficiarias del programa Restaurando Sueños de Terpel, una iniciativa que ya cumple 10 años fortaleciendo proyectos productivos que han mostrado cierto nivel de maduración para llevarlos al siguiente nivel en su evolución empresarial. Población pospenada, víctimas del conflicto armado, reinsertados, militares y policías heridos en combate, al igual que a sus familias, son los principales beneficiarios.

Entre ellos también está Ana Silvia Florian, viuda de un miembro de las fuerzas militares que perdió la vida en un combate con la guerrilla hace más de 30 años. Para salir adelante y brindarle un mejor futuro a sus hijos, Ana Silvia se valió de su don en la repostería y su creatividad para elaborar diferentes platos con ingredientes novedosos. Así nació Cariamor.

“A mí esposo lo mató la guerrilla hace 36 años, pero aún todavía es doloroso. Cuando eso pasó mis hijos tenían dos, cinco y siete años. Gracias a Dios con la cocina, haciendo una cosa y otra, logré sacarlos adelante. Empecé sólo con chocolates y ahorita estoy trabajando con postres, tortas y chocolates para eventos y venta al detal”, recordó con los ojos llenos de agua y la voz entrecortada.


Ejemplo de perdón y reconciliación

Gladys Piedrahita estuvo desde niña en la extinta guerrilla de las Farc. Después de la firma del acuerdo de Paz en La Habana pudo reintegrarse a la vida civil. “Cuando tenía cinco años los paramilitares mataron a mi papá, a mí y a mis dos hermanas nos llevó la guerrilla y ahí estuve casi toda la vida. Después de todo el proceso de desmovilización y por medio de organizaciones como la ARN, Terpel y la asociación Asocunt, nos reunimos varias firmantes de paz con algunas víctimas y familiares de presos políticos, y en colectivo empezamos a sacar proyectos en común”, contó Piedrahita.

Gladys participó en la creación de Aromáticas Quindé, una mezcla de plantas aromáticas cultivadas y transformadas por mujeres firmantes de paz y víctimas de la violencia en la granja Agroecológica Asocunt, ubicada en Usme. 

Restaurando Sueños ha beneficiado a más de 150 personas y 37 proyectos emprendedores de 11 departamentos del país. Además, Terpel Colombia ha invertido más de 300 millones de pesos en maquinaria, 800 horas de entrenamiento en formación de negocios y ha generado más de 60 empleos directos en el marco de esta poderosa iniciativa.

“Lo que queremos hacer va mucho más allá de la filantropía, son intervenciones pensadas con un foco de sostenibilidad para estos emprendedores, donde la idea es llevarlos al siguiente nivel de su evolución empresarial. Allí estamos nosotros para apoyarlos con el conocimiento y el capital de trabajo que requieran para el crecimiento de sus negocios, como herramientas, maquinaria e insumos”, aseguró Andrea Cheer, directora de Asuntos Corporativos de Terpel.
De izquierda a derecha: Gladys, Alejandra, Andrés, Ana Silva y Liliana; beneficiarios de Restaurando Sueños. | Foto: Guillermo Torres

Mejor Colombia

Historias de emprendedores a quienes la vida les dio una segunda oportunidad

Con el programa Restaurando Sueños, víctimas de la violencia, reincorporados, pospenados y familiares de militares muertos en combate, han recibido apoyo para el desarrollo y crecimiento de sus negocios.

Redacción Semana
9 de febrero de 2024

Un fatal accidente de tránsito partió en dos la vida de Nastasia Osorio Poliakova, una bogotana con ascendencia bielorrusa y madre cabeza de familia. Ante el juez aceptó su responsabilidad y fue condenada a 9 años de prisión domiciliaria. De la necesidad de encontrar un sustento para sus dos hijas nació Ikra. Un emprendimiento de encurtidos que gracias al apoyo de su pareja, Andrés Bermúdez, maduró y hoy es una microempresa.

“Me conocí con Nastasia cuando iba a recibir su condena, en ese entonces eramos amigos y luego entablamos una relación seria. En medio de ese momento tan complicado, surgió la idea de los encurtidos que buscaban combinar esos sabores de la cultura euroasiática con un toque de la cocina colombiana. Desde entonces, hemos atravesado todo un proceso de crecimiento”, recordó Bermúdez. De hecho, actualmente avanzan con los planes de abrir una planta de producción en Choachí, Cundinamarca.

Al igual que Nastasia, Liliana Romero también estuvo privada de la libertad. Fueron cinco años de prisión. Ante la impotencia de no poder ayudar a su familia, ni de recibir sustento alguno, vio la luz en su talento para la cocina y empezó a elaborar pasteles y empanadas en la cárcel. Hoy, ya en libertad, son su principal fuente de ingresos.

Lili Empanadas es el nombre de este emprendimiento que ya cuenta con un local en el San Andresito de la 38, en Bogotá. Las empanadas también las vende en algunas casas de justicia y centros penitenciarios.

“Después de estar privada de la libertad aprendí que nadie está exento de caer en esa situación, pero la cárcel no lo define a uno. Yo ya pagué mi error y ahora estoy pidiendo una nueva oportunidad de servirle a la sociedad con mi emprendimiento. Trabajo junto con dos hermanas y tengo el sueño de sacar adelante este negocio y hacerlo crecer para que pueda darle empleo a más mujeres y hombres”, aseguró Romero.

Terpel programa Restaurando Sueños que promueve las segundas oportunidades para pospenados, víctimas, y exintegrantes de grupos armados
Bogota febrero 6 del 2024
Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Liliana fue detenida hace 10 años por un crimen que quiere olvidar, pero su resiliencia le ayudó a ser ejemplo para otras internas. | Foto: Guillermo Torres

Liliana y Nastasia son dos de las beneficiarias del programa Restaurando Sueños de Terpel, una iniciativa que ya cumple 10 años fortaleciendo proyectos productivos que han mostrado cierto nivel de maduración para llevarlos al siguiente nivel en su evolución empresarial. Población pospenada, víctimas del conflicto armado, reinsertados, militares y policías heridos en combate, al igual que a sus familias, son los principales beneficiarios.

Entre ellos también está Ana Silvia Florian, viuda de un miembro de las fuerzas militares que perdió la vida en un combate con la guerrilla hace más de 30 años. Para salir adelante y brindarle un mejor futuro a sus hijos, Ana Silvia se valió de su don en la repostería y su creatividad para elaborar diferentes platos con ingredientes novedosos. Así nació Cariamor.

“A mí esposo lo mató la guerrilla hace 36 años, pero aún todavía es doloroso. Cuando eso pasó mis hijos tenían dos, cinco y siete años. Gracias a Dios con la cocina, haciendo una cosa y otra, logré sacarlos adelante. Empecé sólo con chocolates y ahorita estoy trabajando con postres, tortas y chocolates para eventos y venta al detal”, recordó con los ojos llenos de agua y la voz entrecortada.

Ejemplo de perdón y reconciliación

Gladys Piedrahita estuvo desde niña en la extinta guerrilla de las Farc. Después de la firma del acuerdo de Paz en La Habana pudo reintegrarse a la vida civil. “Cuando tenía cinco años los paramilitares mataron a mi papá, a mí y a mis dos hermanas nos llevó la guerrilla y ahí estuve casi toda la vida. Después de todo el proceso de desmovilización y por medio de organizaciones como la ARN, Terpel y la asociación Asocunt, nos reunimos varias firmantes de paz con algunas víctimas y familiares de presos políticos, y en colectivo empezamos a sacar proyectos en común”, contó Piedrahita.

Gladys participó en la creación de Aromáticas Quindé, una mezcla de plantas aromáticas cultivadas y transformadas por mujeres firmantes de paz y víctimas de la violencia en la granja Agroecológica Asocunt, ubicada en Usme.

Otro caso en el que la paz y la reconciliación fueron los protagonistas, es el de Alejandra Valdés y su esposo Carlos. Ella era desplazada por la violencia y él desmovilizado, aunque al principio ella no lo sabía. Se conocieron en Bogotá y se hicieron amigos. No fue fácil, pero con el tiempo entablaron una relación.

Terpel programa Restaurando Sueños que promueve las segundas oportunidades para pospenados, víctimas, y exintegrantes de grupos armados
Bogota febrero 6 del 2024
Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Alejandra y su familia venden productos como miel, polen y propóleo de sus apiarios en Boyacá. | Foto: Guillermo Torres

Al tener que mantener un hogar con hijos de ambas partes, emprender se convirtió en su mejor opción. Hoy ambos comercializan productos apícolas de Boyacá y los distribuyen a varias ciudades del país, además de algunos alimentos típicos de la región.

Restaurando Sueños ha beneficiado a más de 150 personas y 37 proyectos emprendedores de 11 departamentos del país. Además, Terpel Colombia ha invertido más de 300 millones de pesos en maquinaria, 800 horas de entrenamiento en formación de negocios y ha generado más de 60 empleos directos en el marco de esta poderosa iniciativa.

“Lo que queremos hacer va mucho más allá de la filantropía, son intervenciones pensadas con un foco de sostenibilidad para estos emprendedores, donde la idea es llevarlos al siguiente nivel de su evolución empresarial. Allí estamos nosotros para apoyarlos con el conocimiento y el capital de trabajo que requieran para el crecimiento de sus negocios, como herramientas, maquinaria e insumos”, aseguró Andrea Cheer, directora de Asuntos Corporativos de Terpel.