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África y Latinoamérica: ¿un romance con futuro?

La II Cumbre de América del Sur-Africa busca planes conjuntos para problemas comunes como pobreza, agricultura, e infraestructura.

Alianza BBC
26 de septiembre de 2009

Un total de 66 países, entre ellos 30 jefes de Estado, participarán este fin de semana en la II Cumbre de América del Sur-África (ASA) con el fin de concretar un plan de acción conjunto en áreas como agricultura, energía, infraestructura y lucha contra la pobreza.

El encuentro, visto por unos como una intensificación de las relaciones Sur-Sur promovida en Latinoamérica por gobiernos como Venezuela y Brasil, es observado por otros –desde la distancia– con cierto recelo por la presencia de líderes como el coronel libio Muammar Gadafi y el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe.

Pero la mayor incógnita en torno a esta cita es si ambos continentes serán finalmente capaces de llevar a la práctica proyectos que tras la primera cumbre de Nigeria en 2006 quedaron simplemente en el tintero.

Puntos clave
"Queremos que esta cumbre no sea una cumbre más, queremos que deje ya el camino trazado para los próximos 10 años", dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez, desde Nueva York durante su participación en la Asamblea General de la ONU.

Por su parte, el vicecanciller venezolano para África, Reinaldo Bolívar, anunció que la resolución final planteará la reforma de la Organización de Naciones Unidas para que la institución "esté al servicio de todos los países que la integran".

Tales declaraciones retomaron así el espíritu del primer encuentro que en su día planteó, entre otras cosas, la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU para integrar a varios países en desarrollo, la creación de un banco afro-sudamericano y el desarrollo de conexiones aéreas entre continentes.

Pero en esta ocasión también se estudiarán medidas más polémicas, como la propuesta de Chávez para la creación de una moneda común que reemplazaría al dólar en los intercambios comerciales entre los países del sur.

Participantes
Al contrario de la primera cumbre, patrocinada por Brasil -y en la que Chávez estuvo ausente- en esta ocasión el líder venezolano hace las veces de anfitrión junto a su par ecuatoriano, Rafael Correa, encargado de conducir el evento.

El presidente uruguayo, Tabaré Vazquez, y su homólogo paraguayo, Fernando Lugo, ya se encuentran en la isla y se espera la próxima llegada del líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva; el boliviano, Evo Morales; la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Sin embargo, no participará el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, cuyas relaciones diplomáticas con Venezuela permanecen congeladas desde que se anunciara la negociación de un acuerdo con Estados Unidos para permitirle utilizar siete bases en territorio colombiano.

Del lado africano participarán 20 jefes de Estado, como el sudafricano, Jacob Zuma, el congoleño, Joseph Kabila, además de Gadafi y Mugabe, quien confirmó su asistencia a última hora.

Antecedentes
En los últimos años, los gobiernos de Brasil y Venezuela se han convertido en los principales promotores de una colaboración con el continente africano.

Ambos países han aumentado el número de embajadas, visitas diplomáticas e intercambios comerciales con países de África afianzando nuevas alianzas que, según ambos países, persiguen una "emancipación y autonomía" respecto a los bloques de influencia occidentales.

"África y Latinoamérica estamos llamados a una cooperación mucho más sana para enfrentar los verdaderos problemas que tenemos: el hambre, la miseria, las enfermedades o el analfabetismo, por eso esta cumbre es extraordinaria", le afirmó a BBC Mundo Raimundo Kabchi, internacionalista vinculado a la cancillería venezolana.

Sin embargo, para el ex embajador de Venezuela ante la ONU, Milos Alcalay la consecución de los acuerdos y su puesta en práctica no será fácil y dependerá ante todo de evitar "una dialéctica de confrontación".

"En la reunión de Nigeria (impulsada entonces por Brasil) los grandes tenores fueron aquellos países que creen en la cooperación norte-sur", aclaró.

"África ha venido ocupando un espacio de gran importancia de diálogo con el G-7. Sin embargo, si volvemos con el discurso de Hugo Chávez en la ONU, creo que va a ser un fracaso, porque ese lenguaje de los años 60 no es acorde con los tiempos", agregó.