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Al ritmo de la música: Nayib Bukele y su política de seguridad ponen a bailar a los salvadoreños; ¿qué dice la gente?
Desde que se puso en marcha el estado de excepción, el Gobierno ha notificado la captura de casi 69.000 presuntos pandilleros.
El Salvador lleva más de un año desde que puso en marcha, y de manera ininterrumpida un estado de excepción para intentar poner fin a la guerra contra las pandillas. La medida comenzó a regir después de una escalada de violencia que dejó más de ochenta muertos en marzo de 2022 y sigue generando opiniones divididas.
En las calles de la nación centroamericana el ambiente parece haber cambiado de panorama. Por ejemplo, en la Plaza Libertad de la capital, casi todos los días se observa a decenas de personas bailando cumbias y boleros, algo que ‘difícilmente’ pasaba por la mente de los ciudadanos, por el temor que les despertaban los grupos delincuenciales.
La “guerra” contra las pandillas como la Mara Salvatrucha, lanzada hace 14 meses por el presidente Nayib Bukele, ha despertado un mayor ‘respiro’ en la población, que les ha impulsado a salir y hacer actividades de ocio en espacios públicos.
“Llevo la música en las venas”
“Aquí se vive un ambiente muy bonito, yo hago bailar a los cojos”, dijo a AFP Sonia Isabel Aguilar, una mujer de 75 años, más conocida como Yajaira. Los músicos de la banda Cuscatlán, que tocan en la plaza, se ganan la vida con la generosidad del público.
“Llevo la música en las venas”, aseguró Yajaira, pese a reconocer que también bailaba para “olvidar las penas”. Hace más de una década la violencia pandillera le arrebató a su hijo, Carlos Antonio Cornejo, de 31 años. Ella debió ayudar a criar a su nieta, quien ahora tiene 15 años.
În Plaza Libertad, San Salvador 😃 Se distrează lumea 🙂 pic.twitter.com/nOQblNPKH7
— Anca Șerban (@1001calatorii) April 16, 2023
Antes de que la Asamblea Nacional diera luz verde al cuestionado régimen de excepción, no todo el mundo podía sentir un poco más de ‘tranquilidad’ para retomar sus actividades. A la fecha, de acuerdo con el Ministerio de Seguridad, se han detenido a casi 69.000 presuntos pandilleros, aunque de esta cifra unos 5.000 han quedado libres por no encontrárseles vínculos con la delincuencia.
Con nuestro sistema de videovigilancia 911 apoyamos los patrullajes en terreno en la Plaza Libertad y Centro Histórico de San Salvador y estar alertas en cualquier eventualidad. pic.twitter.com/lyvehjXkgX
— PNC El Salvador (@PNCSV) April 23, 2023
Las maras empezaron a tomar el control en la nación tras el fin de la guerra civil (1980-1992). El gobierno de Nayib Bukele les atribuye 120.000 muertes, una cifra superior de las que dejó el conflicto armado (alrededor de 75.000).
Nueve de cada 10 salvadoreños apoyan la estrategia contra las pandillas, de acuerdo con encuestas, pero los métodos de Bukele son criticados por la Iglesia Católica y organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional, que aseguran que entre los detenidos hay inocentes o que algunos arrestos han sido arbitrarios.
“Es uno de los lugares más seguros”
Marcada por antiguos edificios con grandes portales, la Plaza Libertad era una zona en disputa entre la Mara Salvatrucha y una facción del Barrio 18. Ambas bandas son acusadas de extorsionar a los comerciantes del sector en un contexto en el cual el baile era lo ‘último’ considerado por la población.
Las cosas han tomado un aura diferente ahora, cuando a más de un centenar de personas, principalmente mayores, se les ve bailando hasta después de que oscurece. Además, salvadoreños y turistas acuden a las cafeterías y bares que han abierto en San Salvador.
“El centro histórico vive un renacer y es uno de los lugares más seguros del país”, dijo el alcalde de la capital, Mario Durán. Previamente “era el más peligroso, era el punto rojo de lo rojo”, agregó en una entrevista en la televisión local. María Teresa Belloso, de 66 años, es testigo de eso. En este momento “hay más seguridad, ya uno se puede venir a sentar a los parques, porque antes uno venía por temor”, dijo a AFP mientras esperaba a alguien para bailar.
A un costado de la catedral de San Salvador, la pareja mexicana de Alejandro Magallón, de 38 años, y Lorena Melo, de 30, sobreviven como estatuas humanas y sus trajes dorados de charros. “Que bueno que El Salvador está haciendo algo por la cultura”, comentó uno de ellos al celebrar que en la capital se están “liberando los espacios”.
*Con información de AFP.