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Europa, paraíso gay

Nunca como ahora el Viejo Continente había tenido una actitud más abierta ante el tema del homosexualismo.

23 de noviembre de 2002

A tiempo que en Colombia vibra la polémica por los derechos de las parejas homosexuales Europa se consolida como el mejor lugar para ellos. A pesar del giro hacia la derecha y del actual gobierno de partidos conservadores los triunfos legales de los homosexuales han desatado una revolución cultural y jurídica sin precedentes.

Gran Bretaña está por aprobar la adopción de niños por parejas de homosexuales y la reciente decisión de España de permitir la convivencia de parejas gays en los cuarteles de la Guardia Civil propició una ola de solicitudes de militares en Europa, ante la cual las autoridades no podrán negarse. En 1994 el Parlamento Europeo declaró en Bruselas la igualdad de derechos de las lesbianas y los homosexuales y pidió a los 15 países miembros poner fin a la persecución de la homosexualidad y atacar toda forma de discriminación de sus derechos.

En los países nórdicos estos cambios se han producido de manera poco traumática por el debilitamiento de las ideas religiosas y por la fortaleza de los Estados y sus leyes, pero en los países de vieja influencia católica y protestante los logros de lesbianas y homosexuales aún causan conmoción.

Suecia es uno de los mejores ejemplos sobre el rápido avance del reconocimiento jurídico de los derechos gay. En 1978 el homosexualismo era considerado un delito pero en el lapso de 17 años todo cambió y, en 1995, se aprobó una Ley de parejas de hecho que reconocía las relaciones homosexuales. Holanda fue el primero en reconocer el matrimonio entre ellos, en abril del año pasado, y en otorgarles los mismos derechos de los heterosexuales, incluida la adopción de niños. Dinamarca cuenta desde 1989 con una Ley de parejas homosexuales y Bélgica, sede de la Unión Europea, quiere convertirse en el segundo país en validar los matrimonios gays.

Alemania aprobó hace un año su Ley de parejas, que iguala los derechos en ámbitos como la herencia, los impuestos, la seguridad social y la separación o el divorcio, y desde principios de 2000 en Francia la ley contempla el registro de parejas lesbianas y homosexuales con asistencia mutua y económica. España, cuyo Parlamento aún no ha aprobado una Ley de parejas de hecho presentada desde 1993, acepta el registro de parejas homosexuales a partir de 1994.

Grandes zonas de las principales ciudades de Europa son de dominio gay. En Madrid los homosexuales tomaron el céntrico y deteriorado barrio de Chueca, lo restauraron y lo convirtieron en una zona de comercios exclusivos para el tercer sexo. Allí sus organizaciones abundan y promueven que mujeres y hombres 'salgan del armario'. Carla Antonelli, de la asociación Transexualia, y Angel Sánchez, directivo de la Fundación Triángulo, estiman en 400.000 el número de lesbianas y homosexuales en España.

De los casi cinco millones que viven en Europa al menos 300.000 son latinoamericanos. Repudiados en sus tierras por su orientación sexual, dos colombianos se establecieron en Europa para "disfrutar de nuestro paraíso y a luchar por los derechos de los gays". Uno es el ingeniero paisa Jairo C., que trabaja como alto ejecutivo de una multinacional en Berlín, y el otro Carlos M., hotelero caleño, empleado de una agencia de viajes de Chueca especializada en excursiones de homosexuales.

Desde Holanda, hasta Inglaterra, Alemania y Francia, el 'voto rosa' de los homosexuales atrae cada vez más el interés de los partidos políticos. Sus derechos tienen un futuro garantizado bajo el amparo de la Unión Europea, que se ampliará a 10 nuevos países miembros. Antiguas y nuevas organizaciones de homosexuales y lesbianas se declaran dispuestas a seguir luchando por sus derechos mientras Antonio Mata, en Madrid, espera una decisión judicial histórica: que una juez le conceda la pensión de viudez por el fallecimiento de Fernando, su pareja, con quien convivió los últimos 18 años.