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¿Hacia dónde va Venezuela?

Alianza BBC
20 de marzo de 2009

"Por fin hay arroz", le comenta una señora al dependiente de un abasto del vecindario de esta corresponsal en la ciudad de Caracas. "Gracias al comandante Chávez", le contesta éste, mostrando sus colores políticos.

Mientras, a través de un radio al lado de la caja registradora, un representante empresarial augura una crisis en breve plazo.

El gobierno -se queja el portavoz empresarial- está obligando a la industria a producir a pérdida y busca como objetivo último imponer una libreta de racionamiento.

"¿En qué vamos a parar?", se pregunta la señora, mientras carga con cuatro paquetes del cereal blanco, a precio regulado de un dólar por kilo.

"El que tenga oídos que oiga", solía ser una de las frases favoritas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Y la respuesta a la pregunta de la señora la ha formulado a voz en cuello: su modelo económico está reñido con el capitalismo liberal, pasa por un fuerte control estatal e impone límites estrictos a la propiedad privada.

Analistas consultados por BBC Mundo -tanto a favor como en contra del gobierno- coincidieron en que las recientes medidas sobre la industria agroalimentaria confirman que hacia allá se encamina el país, ante los ojos de muchos que aún están incrédulos.

Desde que ganó la consulta sobre la reelección ilimitada el pasado 15 de febrero, Hugo Chávez viene pisando el acelerador en las reformas.

 

Sus adversarios creen que lo hace azuzado por la crisis económica mundial, que amenazaría con ponerle fecha de vencimiento a su popularidad, alimentada de altos precios del petróleo.

 

Control estratégico

  Recientemente, un ministro del gobierno chavista dijo que "en Venezuela el liberalismo murió".
 
Cómo se traduce eso en la práctica es cuestión del cristal con que se mire. "Socialismo del siglo XXI" lo llama el presidente. "Capitalismo de Estado", lo llaman analistas que no ven con buenos ojos su proyecto.

La reciente expropiación de una planta arrocera, una plantación de eucalipto y varias fincas productivas son sólo las más recientes decisiones en una larga lista de nacionalizaciones que comenzaron en 2007 con las industrias petrolera, eléctrica y telefónica, y que estuvieron acompañadas de compensaciones por cifras multimillonarias.

Fue el mismo año en que la Asamblea Nacional aprobó el "Primer Plan Socialista de Desarrollo", que contempla que "el Estado conservará el control total de las actividades productivas que sean de valor estratégico para el desarrollo del país".

El Plan parte del análisis de que Venezuela tiene una "economía rentista, que han fomentado grupos económicos que ahora se rasgan las vestiduras por la propiedad privada", según le dijo a BBC Mundo el economista y miembro del buró político del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jesús Farías.

Ante ello la estrategia es "diversificar la economía, desconcentrar la producción", y disminuir la dependencia de las importaciones, un objetivo al que se llegaría a través de una fuerte intervención estatal.
 
"El gobierno es un ente nacional, que representa a toda la sociedad. En la actualidad es la única forma de lograrlo. Una cosa es que lo concentre el Estado y otra que lo haga el sector privado", señaló Farías.

Desde la acera de oposición, el productor agrícola y ex ministro de Agricultura Hiram Gaviria, coincide en el diagnóstico pero cree que el remedio es peor que la enfermedad.

"El gobierno tiene razón en que en Venezuela continúa habiendo una alta concentración de tierras y una concentración agroindustrial. Pero la solución de esos problemas no es el tanque militar, el fusil que llega y encañona al propietario de una unidad de producción", dijo Gaviria, también miembro del partido opositor Un Nuevo Tiempo.

"La respuesta es el diálogo, sentarnos a planificar los volúmenes de producción, los recursos que necesitamos, la infraestructura, así como un acuerdo a lo largo de toda la cadena agroalimentaria para que se moderen las ganancias y se garantice una oferta suficiente y oportuna de alimentos", agregó.

Quién producirá qué

Así las cosas, ¿quién producirá qué en Venezuela en el corto y mediano plazo? No será el Estado en su totalidad, apunta desde el oficialismo Jesús Farías.

"La alimentación es de importancia estratégica, pero no es absolutamente necesario que el Estado tenga el control directo. Tiene que tener el control de parte de la producción, como ya lo tiene, y tener la capacidad de regular", dijo en su conversación con BBC Mundo.

Pero el sector empresarial considera que esos controles van más allá de lo evidente y están reduciendo sus propios espacios a la mínima expresión.

"El gobierno ha venido tratando de manejar la oferta de alimentos por todos lados. Usted ve cómo un día los portavoces del gobierno preguntan que por qué comemos pasta, si eso no es venezolano. O por qué tomamos coca-cola. Así van manipulando y dando facilidades a ciertos productos", le comentó a BBC Mundo Nelson Maldonado, presidente de la cámara de comerciantes (Consecomercio).

De acuerdo con Maldonado, otros mecanismos incluyen una "competencia brutal con los empresarios a través del control de cambio" y un marco legal de dudosa interpretación.

A esto se agrega ahora la intervención de procesadoras y la imposición de cuotas de elaboración de alimentos básicos que deben venderse a precios regulados, como resultado de las cuales los empresarios pronostican una eventual bancarrota.
"Lo que ocurre es que las empresas están produciendo porque tienen un supervisor ahí, pero la producción va a bajar, y eso va a redundar en una situación de escasez y en algunos casos, de cierre de empresas", le dijo a BBC Mundo el economista José Guerra.

No obstante, según el representante del oficialismo ésas son previsiones agoreras.

"Si los márgenes de pérdida que ellos dicen que tienen fueran ciertos, la economía estuviera quebrada. Ahí lo que hay es una lucha de intereses", indicó.

De paso, aclara Farías, la imposición de cuotas y las expropiaciones no respondieron a un propósito de Estado sino a una contingencia: "no hubieran sido necesarias si las empresas se hubieran ajustado a la normativa existente".

Socialismo o capitalismo de Estado

¿Y qué tiene que ver incrementar el control estatal sobre la producción alimentaria con un modelo socialista? Transición es la palabra clave, según el oficialismo.
 

Según le explicó a BBC Mundo el economista del PSUV, el Estado se convierte en propietario de los medios de producción "en nombre de toda la sociedad". Pero eventualmente habrá de ponerse "en paralelo a la sociedad"; su papel habrá de ser servir de instrumento para que "la sociedad se pueda organizar y ejercer".

 

Pero analistas como José Guerra son escépticos. "Hasta ahora esa transferencia no se ha visto. Yo no creo que el Presidente esté dispuesto a dar un paso adelante dándole propiedad a los trabajadores", afirmó.

 

Guerra coincide con quienes, desde la oposición, denuncian que el país se encamina hacia un modelo de capitalismo de Estado, en el que el gobierno sustituye al patrono privado como propietario.

 

Sin embargo, Hiram Gaviria ve otro matiz: "una cosa es el Estado dueño de las empresas básicas de hierro y aluminio, por ejemplo, buscando maximizar el beneficio, y otra es el Estado de esta época dueño de las empresas de hierro y aluminio aumentando la nómina".

 

Llámesele como se le llame, no hay duda en que el gobierno del presidente Hugo Chávez está redirigiendo hacia el palacio de Miraflores el control de áreas económicas y políticas (como demuestra la reciente polémica sobre la descentralización).

  Con ello produce un cambio en el paradigma de muchos elementos que por largo tiempo se dieron por indiscutibles. La polémica sobre si los resultados serán positivos o no sigue abierta.