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La Asamblea supersónica

Con un récord de velocidad la ‘Soberanísima’ venezolana concluyó su trabajo. Ahora los votantes tendrán la palabra.

20 de diciembre de 1999

Los venezolanos vivieron hasta la última semana en una ‘montaña rusa’. La Asamblea Nacional Constituyente cumplió al pie de la letra los deseos del presidente Hugo Chávez y aprobó finalmente los 395 artículos de su proyecto de Constitución, el texto más extenso del mundo, en un tiempo récord de 48 horas.

La velocidad supersónica de la escena política venezolana en los últimos días arrastró y se convirtió en el impulso inicial de la campaña para el referéndum del 15 de diciembre, en el que con el gobierno y sus partidarios a favor y otros en contra, se decidirá el futuro ordenamiento político del país. Ese certamen será el quinto comicio celebrado por los venezolanos en apenas un año. Para muchos semejante ritmo atenta contra la credibilidad y el entusiasmo de los votantes. Pero estos son los tiempos del estreno de la V República, la Bolivariana de Venezuela y, como parece demostrado, nada es capaz de frenar el ímpetu de la nueva historia.

El proyecto constitucional personal del presidente Hugo Chávez, pues él mismo lo ofreció en las elecciones del año pasado, lo promovió, lo convocó y hoy llega a feliz término, “va a ser un modelo para el mundo”, según sus propios vaticinios. Fiel a su estilo, Chávez ha sido el primero en montarse en la “montaña rusa” para dirigir la campaña y “derrotar” en las urnas con “plomo grueso” a todos los que se oponen a su Carta Magna.

Todas las armas propagandísticas están servidas en la mesa. Dos frentes bien definidos y antagónicos se han conformado para luchar por el ‘Sí o el ‘No’ de la nueva Constitución. Pero además en la boleta electoral se incluirán dos preguntas adicionales, en las que se consulta la decisión de los electores acerca de si están dispuestos a convocar nuevas elecciones para elegir al Presidente y al gobernador de cada estado.

Con el nuevo texto constitucional quedan automáticamente disueltos o borrados del mapa un día después del referéndum el actual Congreso y el Poder Judicial. Su integración, adaptada a las nuevas disposiciones públicas, se hará en una votación popular conjuntamente con las del Presidente y gobernadores.

Estas ‘megaelecciones’ (cinco en una), como ya se las denomina, están previstas para el primer trimestre del próximo año. Preocupado como está por el incremento del 86 por ciento de la pobreza, el 22 por ciento del desempleo y el acoso de la delincuencia el elector venezolano todavía no se ha percatado de la magnitud de lo que está en juego en las urnas en diciembre.

Entretanto la Asamblea Constituyente ha impuesto un régimen de transición para llenar el vacío institucional que se produce en estos casos. Sus funciones se prolongarán hasta el 2 de febrero próximo, fecha en que concluyen los seis meses para lo cual fue nombrada. Un ‘congresito’ de 11 parlamentarios del Congreso actual se ocupará de aprobar unas 30 leyes pendientes en los 90 días siguientes hasta que se elija la futura Asamblea Nacional unicameral.

La Iglesia ha alertado sobre el peligro de que los electores vayan a votar casi a ciegas. “La gente no tiene idea de las cosas que están en juego”, señaló el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, monseñor Baltasar Porras. Aunque los prelados han exhibido cierta neutralidad en el polémico texto, no sin antes criticar el fuerte peso del Estado sobre la sociedad, también harán su propia ‘campañita’ en los templos cuando llamen al voto de conciencia y abran los ojos de los feligreses, como sugirió el subsecretario de la Conferencia Episcopal, Pedro Freites.

Pero los dos frentes del ‘Sí’ y ‘No’ han radicalizado su campaña en vista de que no hay vuelta atrás para rectificar la Carta Magna que sepultará la IV República.

No obstante la tendencia favorable podría aumentar dada la intensidad con que 127 de los 131 constituyentes proclives al gobierno con el presidente Chávez a la cabeza empezaron su movilización en todos los rincones del país para promocionar las bondades de su proyecto constitucional. El frente del Polo Patriótico sacó el símbolo de la boina roja, utiliza los medios de comunicación estatales y privados, Internet, videoconferencias, mítines, caminatas en los barrios y plazas. Y acusa a los opositores de ser “neoliberales salvajes” culpables del desastre actual.

Los del frente ‘No’, en cambio, acusan a los chavistas de “neopopulistas y demagogos”, “socialistas retrógrados”, de “empobrecer a los venezolanos”, de “conducir al país a un desastre mayor” y otras lindezas. En esta orilla se han unido los partidos tradicionales, los gremios empresariales, organizaciones civiles, intelectuales y profesionales que, por su lado, bombardean por los medios e Internet. Pero pocos se hacen verdaderas ilusiones ante el bólido político que comanda, sin intenciones de disminuir su velocidad, el presidente Hugo Chávez. n