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LA TRAGEDIA ARGENTINA

Con la entrega del Informe Sábato sobre los desaparecidos llega la hora de hacer justicia

29 de octubre de 1984

"Tenemos la certidumbre que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje", dictaminó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas en su informe final. Después de nueve meses de una difícil investigación, el titular de la CONADEP, Ernesto Sábato, entregó al Presidente Raúl Alfonsín un documento de 50 mil hojas, con cerca de nueve mil testimonios jurados, que constatan la sistemática violación de los derechos humanos, por parte del poder de facto, que gobernó la Argentina desde 1976 hasta 1983.
"Esta labor fue ardua", dijo Sábato durante la ceremonia de entrega en la Casa Rosada, "porque además de tener que recomponer un tenebroso rompecabezas después de muchos años de producidos los hechos, cuando se han borrado deliberadamente todos los rastros, tuvimos que soportar constantes amenazas e insultos".
Convencidos de que los crímenes --que se han calificado como de lesa humanidad, al igual que aquéllos perpetrados por los nazis--, no fueron producto de "excesos" cometidos esporádicamente por unos cuantos, los once miembros de la CONADEP han llegado a la conclusión de que se trató más bien de "una metodología del terror planificada por los altos mandos", y que el secuestro, desaparición y tortura fueron "los actos normales y corrientes efectuados a diario por la represión".
El informe analiza detalladamente el proceso por el que pasaron miles de personas de todo el país, incluyendo algunos adolescentes y ancianos, a partir del día en que fueron privados ilegítimamente de su libertad. Entre éstas, se comprobó que 8961 permanecen desaparecidas aunque se cree en una cifra más alta, ya que varias familias aún vacilan en denunciar los secuestros por temor a represalias.
Según los testimonios recibidos, el 62% fueron detenidos en su domicilio, el 14% en la vía pública, el 13% en el trabajo o estudio y el resto en dependencias militares (conscriptos) o en circunstancias desconocidas.
La Comisión también constató la existencia de 340 centros clandestinos de detención, en donde se aplicaron 14 modalidades distintas de tortura algunas innovando en la historia de esa tenebrosa práctica. En unos de estos "antros", certifica el documento, también dieron a luz embarazadas detenidas cuyos hijos les fueron arrancados en el momento del parto y hasta hoy no se sabe su paradero.
En el secuestro de padres jóvenes, algunos niños fueron raptados y entregados a otras parejas. Según los secuestradores esto convenía a "la salvación de los niños, Jugar a ser Dios es probablemente una de las formas más satánicas de orgullo", escribe Sábato en el informe.
Los argentinos ya conocían muchas de estas denuncias y otras aun más espeluznantes sobre tortura, robo y extorsión, a través de los informes de diversos grupos defensores de los derechos humanos y de la prensa. Sin embargo, la entrega y difusión de esta investigación, se ha constituído en uno de los hechos políticos mas resonantes desde que se reinstauró la Democracia, por ser este el primer documento de carácter oficial, ya que la Comisión fue creada y su labor definida por el mismo Alfonsín. Es más, la CONADEP no sólo se ha limitado a describir los vejámenes sufridos por las víctimas, sino queda los nombres de 1300 oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y de seguridad, in volucrados en esta guerra sucia contra la subversión, categoría que k Comisión considera "tenía un alcance tan vasto como imprevisible". Por el malestar que la revelación de estos nombres podría causar entre las FFAA, la CONADEP y el gobierno resolvieron no divulgarlos.
No obstante esta decisión, se respiraba un clima de tensión el día de la entrega del informe. El aparato esta tal de inteligencia advirtió sobre la posibilidad de provocaciones montadas por elementos paramilitares contra la manifestación en apoyo a trabajo realizado, por la CONADEP. Esta marcha fue convocada por el justicialismo y el radicalismo --las dos fuerzas políticas mayoritarias- más los partidos Intransigente, Comunista, Demócrata Cristiano, tres vertientes socialistas, organizaciones de derechos humanos y otras de profesionales. Leyendas ofensivas contra la CONADEP y los manifestantes aparecieron escritas en la Pirámide de Plaza de Mayo, como siniestros indicios de que estos temores podrían convertirse en realidad.
Con todo, la marcha que reunió unas 70 mil personas, transcurrió sin percances, y los rumores de sabotaje parecieron haber sido parte de una maniobra psicológica, dirigida a desalentar el auspicio oficial de la manifestación.
A pesar de que no hubo violencia, el impacto de la entrega del informe ha complicado las relaciones entre el gobierno y las FF.AA. "Hay una campaña contra las FF.AA. que quiere mantener vivo el pasado me diato, y los dramáticos episodios de una guerra inspirada y alentada por el fanatismo ideológico, cuyo brazo político subyacente prosigue con su prédica infame y disolvente hacia las instituciones militares", dijo el titular del arma de infantería recientemente.
A juzgar por este discurso pronunciado justo antes de la entrega del documento y concluído con un saludo al General Videla, existe una clara resistencia entre los hombres de uniforme a que se esclarezcan los crímenes cometidos. Tal reticencia llegaría a su máxima expresión, si se confirma la información recogida por SEMANA, de que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se negaría a dictar sentencia contra los responsables de la implantación de este régimen de terror, por considerar que las causas presentadas ante ellos "no reúnen pruebas lo suficientemente exhaustivas".
Algunos sectores de las fuerzas militares que habían visto con buenos ojos la decisión de Alfonsín de permitirles "limpiar" su institución a través de la justicia castrense, parecen ahora inclinarse más por que los casos pasen a la justicia civil--como lo prevee el nuevo Código Militar--, trayendo el desgaste político del gobierno y, por lo tanto, su propio fortalecimiento.
Si desde la derecha el informe de la CONADEP ha sido criticado por destapar demasiado, desde la izquierda éste ha sido atacado por no ser lo suficientemente exhaustivo. Las Madres de Plaza de Mayo, quienes dieron su ejemplo cuando lo más terrible de la represión dominaba, fueron la única organización de derechos humanos que no se adhirió a la marcha. "No fuimos a la marcha de apoyo al informe Sábato, porque no estábamos de acuerdo en que no se dieran los nombres de los militares incluídos en el documento", dijo Hebe Bonafini, presidenta de las Madres, a un diario capitalino.
Desde un comienzo las Madres y otras organizaciones políticas manifestaron su desacuerdo en que el gobierno creara un organismo investigador, dependiente del Ejecutivo, pidiendo en cambio, la conformacion de una comisión bicameral con más poder para secuestrar información, la cual ellos creen aún tienen los militares.
El Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, temiendo que el informe Sábato se deshaga en los vericuetos de la justicia y nunca se descubra la verdad, reclamó al gobierno "urgentes rectificaciones en las políticas seguidas con respecto a la violación de los derechos humanos".
Como moderador de las fuerzas encontradas, el gobierno democrático ha prometido llevar las acusaciones hechas por la CONADEP a los tribunales y va a auspiciar la publicación de un libro que resumirá sus hallazgos, incluyendo éste sí, los nombres de 200 hombres de armas involucrados en los crímenes. El libro aparecerá a fines de octubre y está siendo preparado por Sábato y otros miembros de la CONADEP. El Ejecutivo ha creado también una subsecretaría de derechos humanos, dependiente del ministerio del Interior, que se encargará de "agilizar los casos presentados ante la Justicia y de velar por la protección de los derechos humanos de aquí en adelante".
El informe de la CONADEP no marca el tin de esta trágica etapa.
Aún queda por recorrerse el camino más difícil, en el que se tendrá que hacer justicia sin poner en peligro la Democracia, ya que si se conoce toda la verdad, hay quienes temen un resurgimiento de lo que Sábato llama en su informe "las fuerzas del mal", y entonces la catástrofe no tendría límites". -