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OTELO AL BANQUILLO

Otelo Romao de Carvalho, personaje decisivo en la "revolución de los claveles" va a juicio acusado de terrorismo

26 de agosto de 1985

Como en uno de esos espectaculares juicios italianos contra el terrorismo, con inmensas jaulas de hierro para los acusados, con cristales a prueba de bala y cabinas especiales para los "arrepentidos" ha comenzado en la gris prisión de Monsanto, a 15 kilómetros de Lisboa, un nuevo "proceso del siglo". Esta vez el reo principal, aunque es un personaje de izquierda, no es un profesor universitario ni un intelectual "maldito", como ocurre a menudo en Italia. El acusado principal es un conspicuo militar portugués, que tiene el grado de teniente coronel. Se llama Otelo Romao de Carvalho, 48 años, la personalidad más carismática de la "revolución de los claveles" que puso fin el 25 de abril de 1974 a la tenebrosa dictadura de Oliveira Salazar.
Otelo a secas, como es conocido en Portugal, y 72 personas más (14 de ellas ausentes) van a ser enjuiciadas bajo el cargo de pertenecer a las Fuerzas Populares 25 de Abril (FP-25), organización clandestina a la que se atribuyen numerosas acciones terroristas desde abril de 1980, incluidos diversos robos y decenas de atentados que dejaron seis muertos.
Iniciado el lunes de la semana pasada, el juicio de Monsanto no tiene antecedentes en el país por la magnitud de las cuestiones a juzgar. Contará con la actuación de casi 40 abogados y más de 500 testigos, y podrá durar, en el mejor de los casos, ocho o nueve meses.
De cabellos plateados cortados a la manera militar, sonriendo, formalmente vestido con una chaqueta azul oscura y corbata crema, Otelo llegó a la sede del juicio en un jeep militar fuertemente escoltado. Al entrár al salón una de las acusadas se precipitó sobre él para abrazarlo mientras unos treinta amigos cantaban afuera "Grandola vila morena", el célebre himno de la "revolución de los capitanes". El juez, enojado, amenazó al acusado con hacerlo retirar de la audiencia si continuaban "los desórdenes". Cuando se halló sentado con otros acusados en su "pecera" a prueba de balas, Carvalho escribió en un papel esta frase que pegó contra uno de los vidrios: "Este juicio es una farsa cuyo resultado será la apoteósis de los que ahora están arrestados.
Los acusadores son los que deben estar en la cárcel". Pero no. Quién está encarcelado por ahora es él. Su detención, practicada por la policía portuguesa el 19 de junio del año pasado en medio de arrestos masivos contra los militantes de las Fuerzas Populares 25 de Abril del Frente de Unidad Popular --un grupo izquierdista que en 1980 fue acusado de ser el brazo legal de las FP-25-- causó enorme conmoción en el país. Hoy en día buena parte de la opinión pública, de los políticos y de la prensa se niegan a creer en la culpabilidad de Otelo. De hecho, hay un amplio movimiento que pide su liberación inmediata. Pero el juez de instrucción alega tener pruebas materiales contra el oficial quien desde entonces ha estado encarcelado en el cuartel militar de Caxias de Lisboa.
Valeroso, contestario, romántico Otelo se ha visto envuelto en las más diversas empresas políticas. Después de haber participado como militar en las guerras coloniales de su país en Africa, se adhiere al movimiento de jóvenes oficiales que vendría a ser la fuerza motriz de la insurrección incruenta que liquida el gobierno de Marcello Caetano, impuesto por el régimen de Salazar cuando éste sufre un derrame cerebral y entra en coma. En julio de 1974 es nombrado gobernador militar de Lisboa y a comienzos de 1975 es elevado a la jefatura del Comando Operacional del Continente (COPCON), órgano creado por el poder para garantizar la estabilidad del nuevo orden. Frenada la revolución por las alas moderadas del Ejército y de los socialistas de Mario Soarez, Carvalho abandona el Consejo de la Revolución, donde residía el máximo poder de los militares. Al mismo tiempo su popularidad crece, especialmente en los sectores de izquierda, quienes lo ven como el único capaz de impulsar el proceso hacia adelante.
Después de ser encarcelado durante 44 días y destituido de todos sus cargos, Otelo se convierte en 1976 en candidato presidencial y termina de segundo, con un 17% de los votos, tras Antonio Ramalho Eanes, jefe del Estado mayor del Ejército. Pero ese éxito relativo se anula, expulsado del Ejército en un consejo de guerra y sus apoyos se reducen al FUP. Esta derrota lo hace reflexionar. Decide reingresar al Ejército. En 1982 es amnistiado y logra reconciliarse con Eanes. Es promovido a teniente coronel.
"En vez de un proceso judicial, vamos a tener un proceso de opinión pública, en que el Tribunal y el jurado formarán su criterio tras una parodia de la cual la defensa será un mero instrumento decorativo", dijo Francisco Salgado Zenha, el abogado --fogueado en los tribunales de la época salazarista-- que ahora será el líder de la defensa en este juicio. Parodia que va para largo, pues el presidente del Tribunal, Adelino Salvado, aplazó hasta el próximo 7 de octubre la continuación de la causa ante la ausencia de un acusado, José Rosa Barradas, quien con una bala en la espina dorsal se halla grave y recluido en un hospital de la capital portuguesa. Fue ametrallado el jueves anterior a la apertura del proceso en venganza --según dijo un anonimo de las FP-25-- por haber colaborado con la policía durante la instrucción de este juicio.--