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Bruce Bagley, Nicolás Maduro y Álex Saab. | Foto: Archivo particular

JUSTICIA

Bruce Bagley, el profesor universitario que precipitó la estocada a Alex Saab

El académico aceptó cargos hace 15 días por lavar dinero de las empresas de Saab. Las operaciones en las que participó este catedrático de fama internacional fueron tan evidentes que condujeron a EE.UU. directo al señalado testaferro de Nicolás Maduro, capturado en Cabo Verde.

14 de junio de 2020

Un profesor universitario de Miami se convirtió en la pieza clave dentro de la investigación que permitió cerrarle el cerco al empresario Alex Saab en Estados Unidos. Bruce Bagley fue capturado a finales del año pasado por alternar sus cátedras académicas sobre lavado de activos con operaciones que le habrían permitido a Saab blanquear US $2,5 millones cuyo origen fue Venezuela.

La sorpresiva detención fue en noviembre, cuando Bagley declaró que era inocente y que una corte de Nueva York había entendido todo mal. Pero en las cuentas bancarias de Bagley, los millonarios movimientos que recibió desde Suiza y en Emiratos Árabes Unidos, lo delataron. Quedó incluso el rastro de al menos USD 250.000 para su beneficio. Este porcentaje corresponde al 10 por ciento de los fondos que ayudó a blanquear y transfirió a las cuentas de "otro conspirador" -según el indicment- para ocultar la naturaleza, la fuente y la propiedad de los fondos.

Era razonable que Bagley no levantara mayor sospecha porque se escondía bajo una fachada de consultor internacional esculpida desde hacía una década. Era constantemente citado por los medios de comunicación más prestigiosos de Estados Unidos como un curtido experto.  La justicia estadounidense lo reclamaba como analista para sus casos. Incluso, sus conocimientos sirvieron para que fuera testigo en el Congreso de Estados Unidos.

En contexto: 


Había realizado publicaciones sobre economía, lavado de activos y tráfico de drogas en Colombia Bolivia, Panamá, México y Ecuador. Varias veces fue invitado a Bogotá por prestigiosas universidades y organizaciones de la sociedad civil.  De hecho, en su perfil académico sobresalen supuestas consultorías al parecer con Naciones Unidas y agencias gubernamentales de Estados Unidos, entre ellas, el Buró Federal de Investigaciones (Federal Bureau of Investigation, FBI) y la DEA. 

Lo que no resulta del todo claro es por qué si tenía conocimientos tan avanzados sobre el blanqueo de capitales, Bagley dejó pistas sobre sus operaciones a tal punto que el pasado 2 de junio, ya teniendo el agua al cuello, le tocó negociar con la justicia de Estados Unidos.

"Los sobrinos son solo la punta del iceberg. La corrupción es rampante en los círculos de poder en Venezuela", dijo Bagley a Univisión.


En una entrevista realizada por Univision en el año 2016, se le preguntó acerca de dos sobrinos del presidente venezolano que habían sido acusados por tráfico de drogas. "Los sobrinos son solo la punta del iceberg. La corrupción es rampante en los círculos de poder en Venezuela", dijo Bagley.

Ese mismo año, 2016, aparecieron las primeras operaciones irregulares en su cuenta bancaria particular. La cuenta estaba asociada a su negocio de consultoría Bagley Consultants Inc. y como depositarios registraban él y su esposa desde el año 2005.

Durante la primera década, la cuenta estuvo prácticamente paralizada. Pero desde noviembre del 2016 comenzó a recibir giros sospechosos de 200.000 dólares que no tardaron en ser advertidos. Alrededor de noviembre de 2017, la cuenta recibió depósitos mensuales de una empresa de alimentos, y otra ubicada en Suiza, que utilizaba el nombre de una empresa de gestión de patrimonio con sede en los Emiratos Árabes Unidos. Fue en ese momento cuando el Departamento de Estado de La Florida alertó de una causal de disolución por no presentar un informe anual.

Según el indicment, Bagley celebró "contratos falsos" para justificar el origen del dinero. No obstante, el banco cerró su cuenta comercial en octubre de 2018 por actividad sospechosa. En respuesta, Bagley abrió otra cuenta bancaria para poder seguir recibiendo las transferencias de efectivo y tomar su parte.

El dinero, según el indicment, provenía de un colombiano que sería Jorge Luis Hernández, alias Boliche, un narco informante a las autoridades de Estados Unidos y que es quien conecta al profesor con el imperio de Saab. La acusación revela que el profesor participó del entramado a sabiendas que los fondos eran producto del "soborno y la malversación" de recursos robados al pueblo venezolano. Así también queda confirmado por la intervención de las comunicaciones al académico. 

Los cargos contra Bagley fueron demoledores. Fue acusado de lavado de dinero y un cargo de conspiración para cometer lavado de dinero, y enfrenta una sentencia de hasta 20 años de prisión por cada cargo. Así que pocos días después de su detención en su casa en Miami, salió de prisión pagando una fianza de 300.000 dólares y anunciando su colaboración en el caso.   

El pasado 2 de junio se declaró culpable ante el juez Jed S. Rakoff por lo que la lectura de la sentencia quedó programada para el próximo 1 de octubre. 

Bagley sabe mucho de lavado de dinero y tiene mucha información de Álex Saab. Por ello no se entiende cómo optó por trabajar con él directamente y realizar estas operaciones dejando su rastro en evidencia. Lo cierto es que era un eslabón débil que consiguió blanquear una cantidad ínfima (2,5 millones de dólares) frente a las proporciones que manejaba el llamado testaferro de Nicolás Maduro: a Saab le achacan blanqueos por 350 millones de dólares del régimen. 

Lo que sí queda claro es que el profesor acercó a Estados Unidos al polémico empresario, quien ahora espera en Cabo Verde que Maduro le haga el milagro de liberarlo o que Estados Unidos consiga la extradición. Por lo pronto, según confirmó el procurador general de ese país, José Landim, se iniciará el trámite de extradición, pese a que Cabo Verde no tiene tratado vigente con Estados Unidos. Tendrán que apelar a un convenio de cooperación judicial pactado a finales del año pasado para conseguir el anunciado traslado.